La Supercopa la ganó Liverpool y esto despierta algunos comentarios que van más allá del partido.
La que se definió el domingo pasado fue la sexta edición. La Supercopa en el mundo es un trofeo que se dirime entre los ganadores del campeonato o liga anual y el ganador del torneo de Copa.
Como en nuestros lectores me consta se encuentran muchos que no son asiduos concurrentes al fútbol, aprovecho para explicar la diferencia entre Liga o Campeonato local y la Copa.
Nuestro campeonato uruguayo en Brasil es el Brasilerao, en España la Liga, en Italia la Seria A, en Francia la Serie 1 y en Inglaterra la Premier League.
Como se sabe, en todos esos países desde hace décadas se juegan al mismo tiempo los torneos de Copa. En estos torneos con formato eliminatorio, participan los clubes de lo que podría ser la A, B, C y D de nuestro anterior formato.
Por lo general, los clubes de Primera o la A arrancan jugando con juveniles hasta que llegan a las instancias más decisivas y les vienen súbitas ganas de ganarla, pero si son muy grandes (por ejemplo, en Europa) no quieren complicar su Liga o la Champions y terminan muchas veces perdiendo ante equipos menores lo que les significa un alivio.
En España el dinero árabe les dio un cambio de formato y sede en las últimas temporadas, en donde participan los dos primeros de cada campeonato, juegan semifinales y luego la final. Todo se hace en el país del Emir que ponga la plata.
El caso de Uruguay
Pero volviendo al Uruguay, recién en 2022 pudimos ponernos a tono con el resto del planeta creando la Copa Uruguay. En su primera edición el campeón fue Defensor Sporting en un final apasionante ante, en ese entonces, el recién ascendido La Luz. Participaron clubes de las tres categorías de AUF y los clasificados por OFI de todo el país.
Pero como ya estaba previsto, en Uruguay se mantuvo el formato de Supercopa anterior. Ante la ausencia de un ganador de Copa, la Supercopa se jugó siempre entre el campeón uruguayo y el campeón del Intermedio.
Nunca entendí esa solución ya que el Intermedio no deja de ser un campeonato corto como el Apertura y Clausura, aunque al jugarse en dos series requiere solo ocho partidos para ganarlo contra 15 de los otros.
Eso hace que no parezca para nada justo equiparar al campeón de una liga de 37 partidos contra uno de los ganadores de los tres torneos cortos y encima el más corto de ellos.
Igual así fueron las seis ediciones jugadas hasta ahora, con alguna situación como la de este año en donde Nacional había ganado ambos campeonatos y habilitó a jugarla a Liverpool que era el vice de ambos también.
El año pasado Peñarol debió esperar que la AUF definiera un rival porque el Intermedio se suspendió ya que faltaban fechas a raíz de la pandemia que arrastraba atrasos desde el 2020. Finalmente su rival fue Plaza Colonia que había ganado el Apertura.
En mi opinión el fútbol uruguayo tiene un grave problema. Solamente dos clubes convocan. El resto difícilmente venda mil entradas y a veces ni siquiera eso en finales.
En este mes de enero que pasó lo pudimos vivenciar. El clásico de verano jugado en el Estadio Centenario agotó los 43 mil boletos que se pusieron a la venta y de haberse puesto 60 mil como se hacía antes, se hubiese vendido todo.
Por el contrario, la final de la Supercopa, que agregaría el título 166 para Nacional o el 6 para Liverpool, apenas comercializó 12 mil entradas.
Teniendo en cuenta las dificultades que tiene nuestro futbol para hacer atractivo cualquier partido que no tenga a los dos grandes en la cancha o a lo sumo a uno de ellos buscando el Campeonato Uruguayo, se me ocurre una idea que puede parecerse a la variante española, pero sin el Emir.
La actividad anual de nuestro futbol presenta los siguientes campeonatos: Apertura, Intermedio, Clausura, Copa Uruguay, Campeonato Uruguay e incluso la tabla anual.
A simple vista aparecen seis posibilidades para que los clubes inscriban sus nombres en la historia. Cada una tiene su importancia. Pero como se estila hoy en día, más allá de las diferentes valoraciones, creo que una variable que contemple a los seis le daría más brillo a la definición de la Supercopa.
Si bien la espantosa actuación de Peñarol no lo hubiese clasificado de ninguna manera, no siempre se da que un club grande quede a 22 puntos del otro en la Anual y que no gane ningún torneo corto tampoco.
En años “normales”, la posibilidad de seis clubes en la definición generaría seguramente una presencia de los dos grandes con la posibilidad de algún clásico más, sea en final o en semifinales.
Es una idea, pero lo que es seguro que el formato actual no atrae a nadie y sin clásico está destinado al ninguneo.
De todas maneras, hay que resaltar que en seis ediciones jugadas los títulos se reparten entre tres. Peñarol ganó 2, Nacional 2 y Liverpool 2.
Los negriazules ganaron ambas copas ante Nacional y en el caso de la última con muchas bajas, y con 10 hombres durante 60 minutos lo que agiganta la proeza.
Aprovecho para contar que en muchos medios se maneja un hecho indudable y es que Liverpool en los últimos cuatro años ha ganado cinco copas. Eso es correcto. Lo que es incorrecto es que sean las únicas ganadas por el equipo de la Cuchilla. En 1968, los negriazules obtuvieron el Torneo Relámpago que tenía un formato similar al Intermedio actual, con la presencia de los dos grandes y es una copa oficial que quedó algo olvidada, pero que hay que reconocer porque en su momento fue organizada por la AUF y cualquier otro la computaría como un título más.
Lo que sí parece ser un mérito de la administración de José Luis Palma es que si bien a Liverpool todavía le queda pendiente ganar un Uruguayo, desde 2019 hasta hoy se ha posicionado como el tercero en discordia contra los grandes, ganando un Apertura, un Intermedio, un Clausura y ahora ya lleva dos Supercopas. Y recién ahora con Jorge Bava repite el técnico de la última conquista. Las otras tres fueron con técnicos diferentes (Pezzolano, Méndez y Cuello), todos con un perfil similar de buen fútbol sin dejar de lado la garra y la lucha.
Liverpool en los años 70 tuvo campañas notables como en 1971, 1974 y 1975, quedando en la orilla de una copa que ganaría Defensor en el 76 por primera vez para un club de los llamados chicos en el profesionalismo.
Luego Danubio, Progreso, Bella Vista y Central se sumaron a la lista de campeones uruguayos que tenía a Wanderers, Rampla y el viejo River FC como coronados fuera de los grandes desde la época amateur.
Todo indica que la cantera de Liverpool que crece día a día y el saneamiento económico que le permite estar tranquilo, más temprano que tarde le permitirá cumplir el viejo sueño.
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