La reciente elección de autoridades de la Asociación Uruguaya de Fútbol dejó al descubierto un entramado de poder que viene de larga data. Desde la creación de la Confederación Sudamericana de Fútbol, luego Conmebol, las sospechas sobre manejos económicos que incluían millonarios negocios vinculados al marketing y la televisación de torneos estuvieron siempre rodeados de polémica, que indefectiblemente derivaba en denuncias con consecuencias graves en contra de sus propios dirigentes. A pesar de ello los dirigentes de las asociaciones locales se fueron sumando al staff dirigencial a cambio de sueldos estimados algunos en US$ 60.000 mensuales. Como contrapartida, se le ha permitido a quien gobierna desde la lujosa sede ubicada en la ciudad de Luque, Paraguay, tener prácticamente el control de las Federaciones que la integran. En los últimos años y bajo la Presidencia del paraguayo Alejandro Domínguez, la Conmebol ha tenido directa injerencia en las decisiones de la AUF, acompañando intervenciones e influyendo en las últimas elecciones de autoridades.
¿Quién es Alejandro Domínguez?
Pocos saben que Alejandro Domínguez, el hombre más poderoso del fútbol sudamericano, dirigió una revista en Paraguay. Se llamaba Foco e integraba un conglomerado de medios junto a dos radios y dos diarios (La Nación y Crónica, ambos de Paraguay). Ese papel lo llevó a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) como representante guaraní: allí fue vicepresidente de la comisión de libertad de expresión. Era un asistente habitual a las reuniones anuales de la organización, pero se fue “desilusionado”, según quienes más lo conocen.
Alejandro Domínguez Wilson-Smith –tal es su nombre completo– es uno de los tres hijos de Osvaldo Domínguez Dibb, quien era apodado el “Grondona paraguayo” por el poder que ostentaba, en forma similar al fallecido dirigente argentino. A lo largo de su vida, Domínguez Dibb tuvo empresas periodísticas y tabacaleras, además de un estilo personalísimo para administrar y dirigir su club de toda la vida: Olimpia. Hacia allí fue Alejandro Domínguez luego de encauzar su actividad académica: graduado en Economía en la Universidad de Kansas y con un MBA en la Universidad Católica de Asunción. De Olimpia saltó a la Asociación Paraguaya de Fútbol y contrató a Ramón Díaz como entrenador del seleccionado guaraní (entre 2014 y 2016). El paso siguiente fue la Conmebol. Tiene 48 años, 22 de ellos como dirigente de fútbol.
Más allá de manejar los negocios familiares, Domínguez continuó el linaje de su padre en el fútbol, aunque con un estilo menos polémico. Gracias al fútbol conoció al presidente argentino, Mauricio Macri. “En 1996/97 recibí una invitación suya y nos reunimos. Es mi amigo y esa vez nos encontramos también con cinco clubes de Argentina, siete de Brasil, dos de Uruguay y tres de Chile. Y ya planteábamos lo de los ingresos de los clubes por la participación en torneos internacionales. El resultado fue ¡cero!”, recordó en una entrevista con La Nación horas después de ser ungido presidente de la Conmebol. Corría enero de 2016.
La amistad entre el presidente del fútbol sudamericano y el mandatario argentino se reforzó en los últimos años. Domínguez le avisó por teléfono a Macri que la final de la Copa Libertadores del año pasado no podía jugarse en Argentina luego de los incidentes en el Monumental. El presidente argentino, al principio, protestó. Con el transcurso del tiempo terminó por entenderlo. Días antes, Domínguez le había propuesto a su amigo argentino jugarla en dos sábados, para concitar la mayor cantidad de espectadores alrededor del mundo. Macri compró la idea enseguida.
Derechos de televisación: bajo sospecha permanente
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez Wilson-Smith, habló sobre los contratos de la matriz de fútbol y defendió los vínculos que mantiene con empresas que se sospecha sobornaron al organismo para seguir adelante con sus negocios.
“Cuando yo asumo la administración de la Conmebol, asumo la administración tal cual estaba. A partir de ahí nosotros hicimos todos los trabajos para entender, porque hay muchas cosas que uno no puede… A ver, cómo explicarle al mundo que en la Conmebol no existe ningún documento desde 2013 para abajo; no hay un archivo de documentos que nos demuestren contratación o contratos que tenía vigente la Conmebol, asientos contables; no hay registros bancarios, se tuvo que reconstruir todo”, dijo Domínguez Wilson-Smith en declaraciones a la emisora Monumental AM de Asunción.”
“Y hay muchas cosas que la gente tiene que entender. Muchas personas tuvieron o tienen relación con los hechos de corrupción, se han declarado culpables o han salido culpables, pero muchas empresas que pertenecían a estas personas, las sociedades anónimas, las sociedades jurídicas, no tenían problemas. No sé si me explico; los tres dueños del consorcio DATISA tienen problemas a título individual, pero DATISA como empresa no tiene problemas”, expresó la máxima autoridad del balompié sudamericano.
Cabe mencionar que DATISA es un conglomerado empresarial formado por Traffic (del brasileño José Hawilla), TyC (gerenciada por el argentino Alejandro Burzaco) y Full Play (de los argentinos Hugo y Mariano Jinkis). Tanto Hawilla como Burzaco se declararon culpables y confesaron haber pagado decenas de millones de dólares en sobornos a dirigentes de la Conmebol para quedarse con los contratos de transmisión televisiva y marketing del fútbol de Sudamérica. Los Jinkis, sin embargo, no declararon ya que consiguieron eludir el pedido de extradición solicitada por la Justicia norteamericana.
Yamandú Costa: “No les importa la gestión ni mejorar el fútbol”
El Sr. Yamandú Costa es un reconocido empresario del Departamento de Canelones y desde hace más de una década es el presidente del club Juventud de Las Piedras. Costa ha sido un duro crítico del funcionamiento de la AUF y la actuación de sus directivos, a quienes acusa de cumplir órdenes de la Conmebol a cambio de suculentas sumas de dinero. En diálogo con La Mañana, Costa se refirió a la situación actual luego del bochornoso acto eleccionario.
Desde su visión, ¿cómo se dilucida todo lo relacionado con la elección en la AUF?
Lo que sentimos es un profundo dolor por la situación que está viviendo el fútbol uruguayo. Creo que nunca quedó tan evidenciado el poder por el poder mismo como ahora. Se está avasallando la democracia y los códigos básicos de convivencia por parte de un grupo que aplica el autoritarismo, el amiguismo y lo único que importa es el poder. No les importa la gestión, el fútbol, mejorar los campeonatos o las condiciones laborales de los trabajadores del fútbol. Lo que importa es crear un séquito al que se lo premia con algún “vinten” o pagándole un pasaje en avión. Nosotros ya habíamos denunciado la corrupción en la Conmebol en 2013 en contra de Eugenio Figueredo, y fuimos sancionados y suspendidos en nuestro ejercicio de la Presidencia de nuestro club. El tiempo nos dio la razón, porque luego nueve de los diez presidentes de las asociaciones que la integran fueron a prisión. El poder que se instaló en la Conmebol compra voluntades. Entonces, aquellos que tienen que defender a los clubes, ¿a quién van a defender? A quien les paga. Luego denunciamos a Wilmar Valdez por recibir fondos de FIFA y destinarlos a la construcción de una cancha de césped sintético para beneficiar al club Rentistas al que pertenecía. Una institución que tenía un embargo importante por parte del BPS, pero el día que le adjudicaron los rubros apareció un certificado que decía que el embargo ya no existía.
¿Podemos decir que la Conmebol desde Alejandro Domínguez se excede en sus funciones?
Obviamente, porque acá vale todo. Como ya dije, es el poder por el poder mismo. Los estatutos, la independencia de las federaciones y las reglamentaciones no existen. Por ejemplo, la Conmebol inhabilitó a Pablo Ferrari con el mismo argumento que habilitó a Oscar Curutchet. Se dijo que el poder político no podía estar vinculado al fútbol, pero se aceptó la intervención con Pedro Bordaberry y Armando Castaingdebat, quienes cobraron por su gestión. La reglamentación para ellos es un chicle. Todo esto con la complicidad de alguno de los jugadores que integraban la selección uruguaya, todo manejado desde lejos por Diego Lugano. Son un grupo de jugadores ricos que cobran un importante porcentaje de los dineros que llegan al fútbol uruguayo.
¿Cómo se sale de todo este problema?
La solución no es fácil. Nosotros, por ejemplo, hemos sido perseguidos por la Mutual haciéndonos pequeñas observaciones sin valorar que hicimos una millonaria inversión cumpliendo con los requisitos de FIFA.
Luego de los cambios en los estatutos, los clubes profesionales perdieron el control de la AUF. Hoy los jugadores, los técnicos y hasta los árbitros que cobran sueldo son parte de los que toman decisiones, por ejemplo, en la discusión por los Derechos de Televisación. La única salida para solucionar el problema económico de los clubes es la formación de una Liga Profesional en la que venimos trabajando, desde que está el Ec. Alonso nosotros hemos perdido US$ 500.000 por ingresos correspondientes a lo generado por la Selección Uruguaya.
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