Chile y Bolivia
Sr. Director:Mucho se ha hablado y escrito en estos días acerca de la situación en dos países hermanos, Chile y Bolivia. Algunos incluso quieren igualar ambos procesos. A mi juicio eso es un tremendo error.
Veamos: En Chile, el aumento – no mucho- del transporte colectivo ocasionó una revuelta casi sin igual contra el gobierno absolutamente legítimo y electo no hace mucho tiempo. Las protestas alcanzaron tal magnitud que recuerdan el famoso “bogotazo” de 1948, del que participó el cubano Fidel Castro. Solamente un tonto, un miope o un mal intencionado puede creer el cuentito de que la revuelta, perfectamente coordinada, se debió a la suba en el precio de los medios de transporte. La destrucción de casi dos decenas de estaciones del hermoso metro de Santiago así lo demuestran, entre otras cosas, como ser que los Carabineros detectaron personas venezolanas y cubanas en los destrozos, algo no menor. No, lo que se quería y se sigue queriendo, era demostrar que la mejor economía de Sudamérica, modélica por donde se la ve, sobre todo si la comparamos con otros países de la región, era el “funesto” plan del neoliberalismo (apareció la palabrita), porque promueve la desigualdad entre las personas. Quienes así piensan deberían leer el excelente libro de Axel Kaiser- cuyo casa fue atacada por la turba- llamado “La Tiranía de la Igualdad”.
Sinceramente lo recomiendo.
Que la protesta se haya desmadrado totalmente ante la incapacidad del Sr. Piñera para hacer valer el estado de derecho, desprendiéndose el cinturón y por tanto logrando que la prenda para lo que se le usa, se cayera, es otra historia. No se sabe ya hasta dónde va a seguir ofreciendo cosas para frenar una revuelta que lo quiere derrocar.
En Bolivia la situación es totalmente diferente. Se celebraron elecciones viciadas ab initio como decimos los abogados, al permitirse la candidatura de Evo Morales otra vez más, cuando un plebiscito celebrado en el año 2016 no lo permitía. No contento con ello, el oficialismo boliviano, ante el escándalo mundial, suspendió durante cerca de 20 horas el escrutinio, para reanudarlo ya con una ventaja para el aymara que le permitía obviar la segunda vuelta. Como esto cayó muy, pero muy mal, en la OEA y otros organismos, el Evo, como le dicen, pidió que se realizara una auditoría electoral, e incluso, la celebración de nuevas elecciones, a las cuales tampoco se podría haber presentado conforme al citado plebiscito. En castellano antiguo, quería perpetuarse en el poder.
Ante esa situación, y frente a la renuencia del ejército a reprimir a la población, presentó renuncia y se marchó a Cuba, caramba, qué digo, a México, en Cuba hay mucho racionamiento.
Solo no ve la diferencia quien no quiere.
Saludo al Sr Director y a todo el staff de La Mañana muy atte,
Dr. Esc. César Eduardo Fontana
C.I. 1.060462
Dualidades de criterio
La dualidad de criterio, la práctica de medir cosas similares con varas distintas, parece una característica profundamente arraigada en los seres humanos. Ayer nomás, un partido de fútbol que vimos por televisión, nos dió el ejemplo semanal. A los pocos minutos una infracción hizo caer en el área adversaria a un jugador de Peñarol. La barra gritó penal. La hinchada contraria gritó que no.
En el segundo tiempo se invirtieron las cosas. Los que gritaron penal o protestaron que no, cambiaron de puesto. Después, la discusión de si el primer penal fue dudoso y el segundo, claro como el agua Salus…
¿Cuántas veces escuchamos decir a algún fanático que le encantaría ganar con un gol hecho con la mano, o en orsai, y en el último segundo, para dejar “caliente” al rival? El famoso gol con la mano de Maradona contra los ingleses, fue transformado en “la mano de Dios”. La glorificación de la trampa, agregada a la intención perversa de afirmar, que Dios necesita hacer goles con la mano.
El hinchismo político y el futbolístico suenan igual. Ni que hablar cuando entramos en tiempos electorales como lo de este momento. Todo es válido para acusar al rival. Aun cuando se trate de la misma conducta que practicamos nosotros.
Si el juez cobra una dudosa infracción a nuestro favor, celebramos en regocijado silencio. Si es al revés, el árbitro pasa a ser un ladrón, vendido, cobarde, gusano y (según el caso) operador del plan Atlanta. Unos afirman que el presidente Evo Morales fue depuesto por un golpe de estado. Otros, que el golpe lo dió el mismo Morales, al desconocer una decisión popular que negó la posibilidad de reelección. A lo que hay que sumarle el fraude electoral. Los mismos que defienden al expresidente boliviano, también se niegan a admitir que en Venezuela existe una dictadura y dicen que Cuba es una democracia… diferente.
Hay que reconocer en esta constancia cierta coherencia. Podemos hablar de bloques, o de hinchada internacional… Por ejemplo, un partidario del presidente Bolsonaro rechaza a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte…
Todos sabemos que cada uno tiene su camiseta, de modo que no deberíamos sorprendernos con las reacciones airadas.
Pese a ello, y obviamente sin que esto signifique asumir defensa alguna, diariamente los ejemplos de estas dualidades obligan a levantar la vara de la capacidad de asombro.
Hace unos días un ignoto ciudadano, tuvo la malhadada idea de sugerir en una red social, «escuadrón de la muerte», para combatir la delincuencia que asola al País. Algo así como el vengador de las viejas películas de Charles Bronson, o el Punisher de Jon Bernthal. El hombre desató las justas iras de la crítica, y terminó siendo expulsado de su partido. Y no está mal.
Lo que sí está mal es que un expresidente con exposición mundial, excandidato a Nobel de la Paz, titular de un film de un famoso director serbio, haya hecho la apología del delito afirmando que su placer más grande haya sido entrar a un banco con una 45 en la mano -obviamente a robarlo- y no haya pasado absolutamente nada. Ya sabemos que hay dualidades de criterio, pero parafrasendo a Orwell, algunas son más dualidades que otras…
Jubilado
Héroes y Santos
Agradezco al señor José Varela sus enriquecedores comentarios sobre mi nota «Héroes y Santos» (06/11/2019).
Los aportes que menciona como obras del general Santos (reivindicación de Artigas, devolución de trofeos al Paraguay, perdón a los derrotados en Quebracho, perdón a los presuntos implicados en el frustrado magnicidio), son válidos.
Asegura que el trabajo de HH estuvo «armado por los autores intelectuales del atentado», (Santos pensaba igual). Que Ortiz fue «utilizado y engañado». Que cometió parricidio.
¿Por qué negarle ciertos atributos de «héroe romántico»? Si después de todo, el Noveno Círculo del Dante está lleno de héroes románticos, con el propio Satán en el medio del hielo…
Guillermo Silva Grucci
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