Un año después de que la invasión rusa de Ucrania trastocara los mercados de productos agrícolas básicos, los precios de los alimentos permanecen elevados, pese a haber retrocedido de los máximos registrados a comienzos de 2022. Dos de los principales exportadores mundiales de trigo y otros cultivos esenciales están entrando su segundo año de guerra, lo que implica que muchos países vulnerables aún se vean afectados por una agudizada inseguridad alimentaria. Los Estados frágiles y afectados por conflictos, en donde viven 1.000 millones de personas, están especialmente expuestos a este riesgo. Tras once bajas mensuales consecutivas, los precios han descendido 19% con respecto a los máximos de marzo, según informes de la FAO. Como muestra el gráfico, si bien los precios ajustados por inflación descendieron en febrero respecto al año anterior, estos siguen siendo 12% más altos que el promedio de cinco años. Los aceites vegetales fueron el factor que más incidió en la disminución de precios, junto con los productos lácteos y los cereales, en tanto que los precios del azúcar y la carne varían poco con respecto a inicios del año anterior.
Jeff Kearns, FMI
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