Los productores que tenían aseguradas sus cosechas esperan una rápida respuesta del Banco de Seguros del Estado a sus reclamos, ya que necesitan los fondos para la siembra de invierno. Este trámite se está enlenteciendo por los estudios que deben realizarse ante los reclamos.
Se estima que en Uruguay hay 300 mil hectáreas y que 700 mil no lo están. El mercado de los seguros del ahorro es manejado por cinco empresas de seguro, entre ellas el Banco de Seguros del Estado que tiene el 60% de la cartera.
El BSE cubre diferentes tipos de seguros. Uno de ellos es el de seca (Seguro de Rendimiento) para el sector agrícola. Básicamente, se aseguran los kilos por hectárea, y lo que paga el banco es la diferencia entre lo proyectado y el rendimiento. En medio de la sequía se estima que aquellos que tenían contratado este seguro cobrarán hasta el 100% porque en muchos casos el rendimiento es cero. El BSE tiene en su cartera un 30% de las cosechas de este tipo aseguradas.
Este es considerado por el BSE “el siniestro más grande de la historia” y se calcula que la institución pagará entre US$ 70 millones y US$ 90 millones a los productores. Se estima que entre todas las compañías pagarán US$ 150 millones, estando aseguradas el 25% de las cosechas.
El BSE factura por año US$ 30 millones por los negocios del agro (incluyendo forestación) y las ganancias del año pasado fueron de US$ 8 millones. Esto es el 2% de la facturación anual del banco, que es de US$ 1.400 millones.
El presidente del BSE, José Amorín Batlle, dijo en el programa radial “En Perspectiva” que si bien se corrió el rumor de que el banco no pagaría, sostuvo que esto no es así. “Estamos muy sólidos y no hay ningún inconveniente”, afirmó. “Lo que estamos haciendo ahora es ver cómo aceleramos los pagos para que el productor no tenga problemas con los cultivos de invierno”.
Este es precisamente uno de los temas que más preocupa a los productores porque se deben hacer estudios sobre las pérdidas en cada caso. No se toma una decisión inmediata, como puede ocurrir con un accidente de tránsito con un vehículo. Las normas establecen que se debe inspeccionar el campo asegurado y comprobar la pérdida que se dio en la cosecha por parte de los técnicos, para efectuar después un cálculo sobre el pago a realizar, lo que lleva un tiempo considerable. Los ingenieros agrónomos del banco concurren a los campos y mediante el vuelo con drones se hace ahí una evaluación sobre las pérdidas. La situación en muchos lugares es bastante gráfica. Por ejemplo, en un campo en Soriano con soja, que el año pasado había tenido un rendimiento por hectárea de 4.100 kilos, ahora tiene un rendimiento de 700 kilos. En algunos casos, donde inclusive hay riego artificial, la pérdida fue total porque no había agua para ese riego.
No existe por el momento dentro del BSE ninguna decisión del directorio de cambiar estas normas, por lo cual no se darán decisiones de tipo “express”, como sí ocurrió en otros comentados siniestros. Por ejemplo, en el incendio del shopping de Punta del Este, cuando se decidió el pago de manera inmediata a los comercios que fueron afectados y estaban asegurados por el banco, o más recientemente en un incidente en un edificio en Punta Carretas, cuando se cubrió la rotura de vidrios de los edificios cercanos.
Este hecho de la sequía también afectará los costos de las pólizas en el futuro. El BSE reasegura muchas de sus pólizas, o sea, contrata para ellas seguros en el exterior de grandes multinacionales dedicadas a este negocio. En este caso en particular, la mayoría de las pólizas del agro no estaban reaseguradas, de ahí las pérdidas en las cuales se incurrirán por parte del BSE.
Debido a que la sequía se da en toda la región, afectando a Argentina y Brasil, es de estimar que los costos de reasegurar el año próximo se incrementarán y se estima que las negociaciones de reaseguros, que comienzan a mitad de año, serán más complejas no solo para el BSE sino también para otras empresas. No se descarta que algunas de las cuatro aseguradoras privadas que hay en Uruguay con negocios enfocados en el agro, se retiren de este sector.
Ante la idea de la creación de un seguro obligatorio para el agro, propuesto por el presidente Lacalle Pou, el presidente del BSE se manifestó más partidario de “la libertad responsable” o sea que cada productor asegure si lo considere necesario.
Esto se debe a que muchos productores se verían reacios a pagar un seguro obligatorio, ya que estos hechos de sequía extrema se dan de manera poco frecuente. Por otra parte, para implementar una póliza de tipo obligatorio y poder reasegurarla en el exterior, se debería presentar un estudio complejo sobre la producción de todo el país en materia agrícola, lo cual puede tomar años en realizarse.
Para Amorín el camino es crear un fondo de compensación, lo que es algo complejo de instrumentar.
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