Es fundamental recuperar el estado de los animales antes que lleguen las primeras heladas que se podrían dar en un mes, para que el invierno no agrave los daños ya sufridos.
La Asociación Rural de Tacuarembó (ART) difundió la semana pasada una carta abierta en la cual expresa su preocupación por la situación que atraviesan los productores como consecuencia de la sequía que afecta al país y proponen a las autoridades algunas medidas que servirían de ayuda a la situación entre las que se destacan “la libre importación de cualquier tipo de alimentos para animales”, a la vez que llaman a “concientizar a la población toda, de las graves consecuencias” de la sequía. Estamos ante una “catástrofe” que repercutirá también “en los siguientes meses y años” en todo el país. Agrega que es necesario que el “Gobierno nacional nos escuche y actúe en consecuencia”; y “en caso de no recibir una respuesta que aporte soluciones inmediatas, se tomaran las medidas pertinentes a la altura de la grave situación”, por lo cual “no se descarta el enlentecimiento de rutas nacionales”.
El presidente de la ART, el productor ganadero y veterinario Rubén Roura, dijo a La Mañana que “el productor ha sufrido muchísimo con una sequía que muchos consideran igual o peor a la de los años 88/89”, con un “déficit hídrico que ha superado incluso a los productores más cuidadosos de su forraje y reservas de agua”.
“Es preocupante el estado de ánimo de los productores”
La carta abierta que se difundió y en la cual se piden medidas para atender la situación, “se hizo en base a una reunión que hubo con productores socios y no socios de la ART, porque esta institución se debe a los asociados, pero no en forma exclusiva, se convocó la reunión con carácter grave y urgente porque estamos muy próximos a que comiencen las primeras heladas, lo que es posible que ocurra en abril”. Al otro día de la reunión se hizo una conferencia de prensa y se difundió la carta abierta mencionada.
“El productor sabe que no puede quedarse de brazos cruzados mirando la seca, pero tampoco tiene herramientas para actuar frente a este incendio que le va quitando su forma de vida . Muchos productores nos han dicho que si tienen que vender los animales se van a tener que ir del campo a la ciudad”, expresó.
Dejar el campo “es una posibilidad inaceptable, porque no podemos seguir dándonos el lujo del éxodo rural, simplemente porque no están llegando las medidas de apoyo en tiempo y forma”, enfatizó.
Roura subrayó que “el estado de ánimo de los productores es preocupante al punto de que el 1° de abril habrá en Artigas una jornada de ayuda psicosocial para los afectados por la sequía”, la cual involucra a la Intendencia de Artigas, a ASSE, la Universidad de la República, al Ministerio de Ganadería. “Se ve que han entendido que los productores necesitaban ayuda” que no es solo económica o productiva, sino para abordar “una situación muy angustiante para quien la vive y el estado de ánimo del productor antes de las últimas lluvias era muy delicado”.
Las lluvias que cambiaron el ánimo de los productores
Respecto a cómo impactaron las últimas precipitaciones, Roura precisó que cuando se realizó la última reunión de donde surgió la carta abierta “la situación era diferente a hoy, no había caído una gota, pero las lluvias aunque insuficientes “cambiaron el estado de ánimo, y eso hace que se empiece a pensar con otra cabeza”.
Las lluvias han sido “muy irregulares, con zonas que registraron 120mm y otras con 15 o 20mm”, esa variabilidad “se ha dado en los últimos años, pero ahora con algo de humedad en el suelo, los campos empiezan responder, rebrotar y el animal con el hambre encuentra cómo alimentarse”.
Pero el tiempo del que disponemos para que las pasturas crezcan es escaso: “La primavera y el verano son los períodos de mayor crecimiento de pastura; no así el otoño y el invierno, y mucho menos cuando empiecen a caer las primeras heladas, ahí se frena por completo”. Por lo tanto podemos tener “unos 30 días antes de la primera helada, estamos contra reloj, en ese tiempo debemos tratar que el animal cubra ciertos requerimientos energéticos para que la debilidad se le pase”.
El objetivo “de la idea es llegar a las primeras heladas con un animal recuperado, porque de lo contrario, ante un temporal de viento, frío y un poco de lluvia, lamentablemente va a arrasar con un montón de ganado”.
Animales que mueren de hambre y sed
Consultado sobre cuántos animales han muerto por falta de agua y alimento, Roura dijo que no puede decirlo con precisión, “pero sí he visto personalmente animales muertos en caminos, en campos, muchos en un tajamar seco, otros muertos a campo. Como veterinario veo que el animal murió porque ya no tenía más nada que comer”. De ahí “la necesidad de acceder a un alimento animal a bajo precio”.
Para calcular cuánto alimento se necesita, el presidente del la ART dijo que se debe proporcionar a cada animal “un 3% del peso vivo por día. O sea que un animal de 100k va a necesitar 3k de ración por día para cubrir sus necesidades energéticas básicas y así pasar el invierno. A eso se suma la cantidad de animales que pudieran haber. Las vacas que en un año normal pesarían 380 o 400k están pesando 270 o 280k”.
La ración que se necesita “depende del sistema de producción y de la humedad” que se haya logrado con las últimas lluvias porque se podría “plantar algún verdeo para ayudar a la ración con lo cual se podría bajar del 3% al 1,5% del peso vivo. Cada predio es una situación diferente, pero la mayoría de los productores está afectado y eso significa que la mayoría del rodeo nacional está afectado también”.
La seca también golpea a la agricultura y “se ven chacras de secano, soja por ejemplo, que estaban diezmadas” lo que obliga al productor a “destinar su cultivo como alimento animal”. También “el arroz con cáscara se puede usar como alimento animal. Otra posibilidad son los fardos de paja de arroz, porque el animal necesita la ración y fibra”.
Por tanto “tenemos soja que es un cultivo secano y arroz que es regado como opciones de alimento; en tanto que los agricultores respiran con las nuevas lluvias porque les permite planificar en los cultivos de inviernos con otra perspectiva, además de que la agricultura se adapta más rápidamente que la ganadería porque esta depende de los ciclos de los animales”.
Movilizaciones en las rutas y el precio de la ración
La carta abierta de la ART no descartaba la posibilidad de implementar enlentecimiento en del tránsito en la ruta. “No es corte, que es ilegal, sino enlentecer”, preció Roura. Sobre ese tema “tuvimos un intercambio con la Federación Rural donde hay gremiales que poyan la carta y otras son más cautas a la hora de emitir un juicio”.
Por otro lado consideró que el productor dedica cada minuto a su producción, al cuidado de sus animales, “más ahora con esta crisis, por lo que no dispone de tiempo”, por lo tanto “implementar enlentecimiento de rutas es complicado y si se llega a esa situación es porque ya no queda otra opción”.
Otro de los puntos planteados fue la libre importación de ración, que “también es una medida extrema”. Este pedido “viene por el lado de que al productor le llegue el alimento a un precio accesible, si eso pasa, y el ministro (de Ganadería, Fernando Mattos) se comprometió a que los precios de la ración y los fardos no subirían en forma desmedida, no sería necesario importar”.
Sin embargo “la ración sigue subiendo, está a US$ 470 la tonelada en promedio y hay productores que no pueden pagar. Aspiramos a bajar el precio o que el productor pueda acceder fácilmente a raciones del exterior y lograr pasar el invierno con el animal vivo. Es lo mínimo que se pretende”, planteó.
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