Mi padre soñó, durante mucho tiempo, con esta idea: reanudar la publicación de La Mañana. Él no sólo nació y creció dentro del ambiente de este periódico, que por tres generaciones formó una parte esencial de nuestra identidad familiar, sino que también aprendió, tras su cierre que, con fe y trabajo, siempre es posible reconstruirse de nuevo, invocando aquella máxima de Rodó: “Reformarse es vivir”.
Por ello cuando tuvo la oportunidad de reconquistar este medio, no dudó ni un minuto en comprar en un remate judicial allá por el año 2007-2008 la marca de La Mañana, que había fundado mi bisabuelo Pedro Manini Ríos. Desde entonces tuvieron que pasar diez años para poder concretar ese anhelo. Y así, en el año 2018, nos convocó a mí y a dos de mis primos no sólo para invitarnos a participar en esta empresa, sino también para expresarnos su voluntad de embarcarse en una nueva aventura para la que se había preparado toda su vida y a la que le dedicaría sus últimos años.
Así, en este renacer de La Mañana, Hugo supo convocar y reunir a un grupo heterogéneo de personas, formando un equipo capaz de llevar adelante esta obra. Y así se fue articulando las diferentes secciones: cultura, actualidad, rurales, política, comunidad, economía, editoriales, deportes, amalgamando los diversos matices, buscando la pluralidad de opiniones y de voces. Tenía un don muy especial para armonizar grupos humanos, y en cada uno de los encuentros que fuimos teniendo a lo largo de estos cuatro años, que se cumplirán el 1º de julio del corriente, confirmaba lo que afirmó el día de su lanzamiento el 26 de junio del 2019: “Pretendemos ser un órgano plural y objetivo al margen de cualquier propuesta electoral”.
Además, siguiendo uno de los postulados fundamentales de La Mañana que es, “El interior es capital”, logró que nuestro equipo tenga raíces en todo el territorio nacional, ya que siempre consideramos vital revalorizar la cultura rural.
Por otra parte, esta nueva etapa del trabajo de mi padre significó también una revelación para mí. En más de una ocasión me expresó que el periodismo corría por mis venas y lo fui descubriendo de a poco, con su ejemplo, y con el aporte de todos los que se sumaron a esta aventura que parecía tan a contramano: editar un nuevo medio de prensa escrita en el Uruguay cuando la tecnología sigue abriendo nuevos caminos en el campo de la información.
No tengo más que palabras de agradecimiento y de satisfacción por ser parte de La Mañana. El enriquecedor contacto con cada entrevistado, con cada lector que envía cartas, con el apoyo de los anunciantes, con cada uno de los que todos los miércoles nutren las páginas, creo que es el mejor legado que me ha dejado mi padre. El poder hablar y escuchar y empatizar. Tener siempre una palabra con alguien en cada edición. Sin duda es el aspecto humano lo que prima como fruto del esfuerzo de estos años.
Haber podido leer cada miércoles a mi padre, ver impresos sus pensamientos, sus palabras es algo de lo que siempre estaré agradecida a La Mañana. Tenía una capacidad especial para conectar cosas diversas y originales, dejando en cada nota su impronta personal.
Expresaba su pensamiento de forma galante, y sus planteos siempre eran faro de guía y de reflexión.
Su mayor disfrute consistía en cerrar cada martes un nuevo número de La Mañana. Ahora estaremos como equipo cada miércoles recordándolo y honrándolo con cada edición.
Este medio de prensa, fundado en 1917, que nos enorgullece dirigir, seguirá saliendo, ondeando sus banderas con nuevos vientos y defendiendo los mismos valores que desde hace ya más de un siglo venimos transmitiendo. Pues como me expresó mi padre a poco de nuestro relanzamiento: “Debemos abrir un espacio para la reflexión… ‘Espacio más no ese dónde el viento y el pájaro se mueven más arriba que tú y con alas mejores, sino dentro de ti, en la inmensidad de tu alma, que es espacio propio para las alas que tú tienes’”. De ese modo, a través de la respuesta que le dio Leuconoe a Trajano, en la Parábola de J. E. Rodó, continuaremos dándole vida a este espacio, La Mañana, para seguir creciendo, y continuar con nuestro aporte a la historia de este país.
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