El descubrimiento de la política: Solón de Atenas. Salvador Rus Rufino. Francisco Arenas –Dolz. TECNOS. 2022. 378 págs., $1200.
Veintisiete siglos atrás la situación tampoco era fácil en Atenas. Una cuádruple crisis financiera, económica, política y social arrastraba a una comunidad política a un abismo tan profundo que amenazaba con hundir la nave del Estado.
Solón (638 a.C-558 a.C) fue un reformador político, legislador, estadista y poeta ateniense, considerado, asimismo, uno de los Siete Sabios de Grecia. Vivió una época de grandes cambios; la comunidad ateniense, aunque fundamentalmente agrícola, había alcanzado, desde los comienzos de su unificación política, una estratificación social compleja. Los eupátridas o “bien nacidos”, nobles terratenientes de la zona del Ática, eran dueños de la mayor parte de la tierra y señores de una considerable proporción de la población. Siguiendo a Aristóteles: “Los pobres se hallaban esclavizados, no solo ellos en persona, sino también sus hijos y sus mujeres… También los préstamos se aseguraban mediante la esclavización personal…”.
Solón, de carácter profundamente austero, tuvo un papel destacado en la Guerra de Salamina. Pero su fama de moderado fue la clave para llegar a ser elegido arconte, en un contexto marcado por los crecientes conflictos entre el bando popular y la aristocracia antigua. Logró un poder especial para legislar e introducir cambios en la forma de gobierno. Pero, aunque sus leyes resolvieron varios de los problemas de la sociedad ateniense, esto no era visto como suficiente por sectores que continuaban percibiendo que sus demandas no eran escuchadas, en especial las referidas a la repartición de tierras. Solón buscaba el justo medio, “guarda todo con mesura”. Es interesante el juicio de Plutarco: “fue, pues, elegido Arconte después de Filómbroto y justamente medianero y legislador; a satisfacción de los ricos, por ser hombre acomodado, y de los pobres, por la opinión de su probidad”.
Solón anuló las deudas contraídas por los campesinos según las leyes anteriores y estos recuperaron las tierras embargadas. (Aristóteles, Plutarco y Diógenes Laercio interpretaban que la medida anulaba todas las deudas, Dionisio de Halicarnaso que sólo abarcaba las deudas de los deudores más indigentes mientras Androción opinaba que lo legislado apuntaba a una disminución radical de los intereses de las deudas contraídas).
Asimismo, derogó la ley por la cual era posible cobrar deudas mediante la esclavitud del deudor y sus familiares. Asimismo compró esclavos para liberarlos, y en la conjunción de ambas medidas, en los hechos, se estaba derogando la esclavitud del ateniense.
En lo económico se prohibió la exportación de los cereales fuera del Ática pero se estimulaba la exportación del aceite de olivo. Se legisló métodos sustentables de plantación, se estimularon las labores artesanales y se redactó una ley que obligaba al padre a enseñar un oficio a sus hijos, quedando estos, en caso de no haber recibido dicha educación, eximidos de la obligación de mantenerlo durante la ancianidad, tal como era costumbre en la época.
“Solón comprendió que los seres humanos desean y sueñan con una seguridad intelectual y física para vivir y desarrollar sus proyectos vitales y comunitarios. Como arconte, les ofreció a unos y a otros esa seguridad, con autoridad y con argumentos sólidos para vivir, justificar y desarrollar una vida plena, excelente en convivencia con otros, en suma, para realizar el ideal que desde entonces ha servido para definir la política: conseguir la plenitud vital en el espacio de convivencia ciudadana, conviviendo de forma pacífica, coordinada y cooperativa”.
“El descubrimiento de la política: Solón de Atenas” es un espléndido ensayo que recupera la raíz de la democracia. Y desde la Grecia clásica resuena un mensaje, es imposible construir un sistema democrático con ciudadanos ahogados en deudas.
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