La inestabilidad de los precios de la miel afecta la competitividad de las mieles uruguayas. Según algunos analistas, la principal distorsión en el mercado internacional proviene de los países asiáticos que fabrican mieles artificiales.
Los precios internacionales de las mieles cayeron estrepitosamente a la mitad de lo que se ofrecía el año pasado y esto repercute en el bolsillo de los productores locales. La Mañana entrevistó al empresario Alejandro Evia de Nectarbee S.A, la principal empresa exportadora del país quien sostuvo que “hoy no hay precio” para este producto. El último negocio pactado hace algunas semanas atrás se concretó en US$ 1,30 por kilo, lejos de los precios que se tenían hace un tiempo atrás.
Actualmente el mayor porcentaje de mieles uruguayas tienen como destino Estados Unidos. La demanda de Europa “prácticamente desapareció”, luego de que España fuera un fuerte jugador para el producto uruguayo durante el año pasado. Evia explicó que las causas son multifactoriales, y van desde el dumping argentino, la guerra en Ucrania, la postpandemia, e inclusive las mieles adulteradas provenientes de Asia. De todos modos este escenario puede cambiar en cuestión de horas debido a las fluctuaciones permanentes de los países que importan este tipo de productos. Para el empresario el factor más distorsionante sigue siendo las mieles fabricadas por empresas asiáticas que elaboran lo que requiere el mercado en un determinado momento y a un precio menor que las naturales. Para sobrevivir muchas empresas deben acudir a mercados paralelos que les permite comprar este tipo de productos más baratos y ser más competitivos a la hora de vender.
Durante la pandemia el consumo de mieles creció abruptamente por tratarse de un alimento natural. En ese contexto el consumidor lo asociaba a temas respiratorios lo que también repercutió en la forma de consumirlo. En España, uno de los principales mercados uruguayos durante ese lapso de tiempo las ventas de los supermercados se dispararon porque la gente no podía salir a la calle a comprarlo.
Evia sostuvo que la empresa trata de buscar mercados abiertos para tener un abanico de posibilidades y siempre colocar lo que produce el país. En Uruguay se produce buena miel pero los mercados internacionales son muy segmentados y hay que saberse ubicar. Y como ocurre también en otros rubros los problemas de escala imposibilitan al país hacer negocios constantes y asegurarles a los importadores el flujo de productos que necesitan.
Con el eucalyptus se espera recuperar algo lo perdido
Como en la mayoría de los rubros productivos a cielo abierto, la apicultura ha sido fuertemente afectada por el déficit hídrico de los últimos meses. La producción de miel cayó estrepitosamente a los 8 kilos por colmena cuando el promedio país supera los 20 kilos. Durante varios meses los productores debieron intentar mantener las colmenas hasta que comenzara a llover para que estuvieran lo suficientemente robustas como para enfrentar el frio del próximo invierno. De todos modos se viene una puerta interesante con la producción de canola que aporta una buena entrada de néctar y proteínas “que nos ayuda hacer más abejas” para recomponer las que se perdieron en el verano. A esto hay que agregarle los incrementos de los costos de producción y la caída de los precios de mieles. En promedio los productores están recibiendo entre US$ 1,40 y US$ 1,50 por kilo de miel cuando para producirla es necesario en el entorno de US$ 2.
Por estos días muchos productores están inmersos en la zafra de producción de miel de eucalyptus. La Mañana entrevistó al productor floridense Néstor Viera para quien también en este tipo de producción ya “está jugado el partido” porque está lloviendo y repercute en la floración. Sostuvo que hay muchos productores que ya están cosechando en el entorno de los 20 kilos aunque se espera un poco más. Y esto es necesario por el incremento de los costos que implica mover las colmenas, en este caso desde el sur del país hacia el norte donde se concentra el grueso de la producción. Para ello se utilizan los montes de eucalyptus de la variedad grandis situada básicamente en el litoral del país, los departamentos de Rivera, en la zona de Arévalo en Cerro Largo, en Río Negro y en las cercanías de ciudad del Carmen en Durazno.
Los productores grandes son los más afectados
Aunque parezca un contra sentido para el caso de la apicultura son los productores más grandes quienes sufren las mayores pérdidas. En el país más del 90% son pequeños productores que tienen su principal ingreso en otros rubros. Viera señaló que crisis como la que afectó el país en los últimos meses puede repercutir para esos productores en pérdidas de colmenas o no poder adquirir mejores herramientas de trabajo como puede ser un vehículo nuevo. Pero son los grandes apicultores que se dedican de lleno al rubro quienes son más afectados por la caída de los precios como en este periodo, el déficit hídrico de los últimos 3 años o el incremento de los costos para mantener las colmenas en buen estado.
El avance de los monocultivos ha sido responsable de la crisis del sector. Explicó que si bien no se pierden colmenas, sí se pierde un volumen de abejas aptas para salir a trabajar sobre todo en periodos de fumigación. Este escenario repercute en caída de producción. Para contra restar esta problemática es necesario invertir en jarabes y proteínas en las colmenas “para que esté siempre haciendo abejas”. Agregó que se trata de una especie de “primavera artificial” y que “las abejas estén siempre al tope”.
El sector de la granja donde está incorporada la apicultura aún no ha sido beneficiado por los fondos asociados al déficit hídrico propuestos por el gobierno. Se espera que en los próximos días esté todo listo y puedan hacerse de recursos necesarios para un “sector que viene golpeado” en los últimos años.
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