“… en nuestra época, que se jacta de poseer la energía atómica, resulta un absurdo sostener que la guerra es un medio apto para resarcir el derecho violado”.
Juan XXIII, “Pacem in Terris”.
El 11 de abril de 1963, un Jueves Santo, el papa Juan XXIII publicó su encíclica ‘Pacem in Terris’ (Paz en la Tierra). Un texto que se tituló de la siguiente manera: “Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad”, haciendo referencia a ese tiempo marcado, justamente, por las tensiones de la Guerra Fría.
Hoy, 60 años después de esta publicación, la polarización mundial y las sombras de la guerra no se han disuadido, estando el texto de esta encíclica todavía vigente.
De Juan XXIII podemos simplemente decir que en Italia es recordado con el apelativo de “il Papa buono”. En el año 2000 fue beatificado por Juan Pablo II y en 2014 fue canonizado junto al primero por el papa Francisco y el entonces papa emérito Benedicto XVI que participó de la ceremonia.
El medio Vatican News se refiere al aniversario de ‘Pacem in Terris’ como una “encíclica actual e ignorada” ya que sigue interpelando a las conciencias y lo testimonian todos aquellos que se toman en serio las palabras que el papa Francisco pronunció en la nunciatura de Kinshasa al encontrarse con las víctimas de una violencia indecible: “Para decir verdaderamente ‘no’ a la violencia no basta con evitar los actos violentos; es necesario arrancar de raíz la violencia: pienso en la codicia, en la envidia y, sobre todo, en el rencor”. Hay que tener “el valor de desarmar el corazón”.
El texto redactado por Juan XXIII tiene sentencias memorables como la que expresa: “La experiencia enseña que son muchas y muy grandes las diferencias entre los hombres en ciencia, virtud, inteligencia y bienes materiales. Sin embargo, este hecho no puede justificar nunca el propósito de servirse de la superioridad propia para someter de cualquier modo a los demás. Todo lo contrario: esta superioridad implica una obligación social más grave para ayudar a los demás a que logren, con el esfuerzo común, la perfección propia”.
En ese sentido, los líderes de Sudamérica en momentos claves de nuestra historia tuvieron la habilidad y la inteligencia de mantener a nuestro continente por fuera de la conflagración que azotaba al mundo. Y fue gracias a la personalidad, por ejemplo, de Luis Alberto de Herrera, de Pedro Manini Ríos que nuestro país supo mantener su soberanía, pese a los intentos de hacernos rehenes de la geopolítica de la Segunda Guerra Mundial.
Recientemente, y siguiendo la tradición no belicista de nuestro continente sudamericano, el presidente de Brasil, Lula da Silva ha propuesto una tercera vía para la paz en Ucrania, demostrando que se pueden realizar aportes para la paz desde estas latitudes.
Por ello, desde nuestra región y a través de nuevas interpretaciones –como por ejemplo la que ha realizado el talentosísimo músico argentino Ariel Ramírez de “El Gloria”, un antiquísimo himno de la Iglesia, que forma parte de su “Misa criolla” en clave folclórica–, seguimos entonando “en la tierra paz a los hombres”.
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