Muchas cosas se han planteado en el panorama político nacional en los últimos tiempos, que Astesiano, que Leal, que Fosatti, que la reforma previsional (que no deja dormir a los uruguayos según creen algunos), que la ocupación del IAVA, que las candidaturas posibles en el partido de Gobierno (que no es otro que el P. Nacional, no nos equivoquemos), que si el Dr. Bordaberry vuelve al protagonismo político o no, el asunto de Celeste y el senador Penadés y un largo etcétera; pero, o yo soy muy ingenuo o tengo la percepción que lo de las auditorías y compañía ha quedado paralizado. Me parece que lo segundo. ¿Antel Arena, Regasificadora? Bien gracias. ¿El asunto de indebido uso del Hospital Policial y el senador Carrera? Bien gracias. Y si alguien no lo recuerda, yo sí, pero hace algún tiempo fue hurtada de la planta de ANCAP una fuerte suma de dinero y… ni idea de quién o quiénes fueron los autores, ni se habla, bien gracias. Eso sí, un día sí y otro también alguien viaja al país donde se destapó la Covid-19, es decir China, por un TLC que angustia a los uruguayos, al punto tal que psiquiatras conocidos por mí se alarman de que ése sea un motivo de consulta reiterado. Para ni mencionar que casi ni tenemos aviones y barcos para vigilar nuestro espacio aéreo y marítimo, lo que traducido significa que las avionetas de los narcos van a seguir pasando desapercibidas por nuestro cielo y que los pesqueros piratas seguirán sacándonos el pescado. Lo único que falta es que los señores ediles de la Junta Departamental vayan a almorzar al Restaurante del Águila, ¿recuerdan? (ah, no, es imposible, ese restaurante famoso no existe más).
¿Seremos un Estado fallido? No sé, pero sí sé que hacemos lo imposible para que así sea.
E. M. VIDAL
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