Hay personas que a lo largo de la vida se mueven entre un extremo y otro de lo que suele llamarse derecha e izquierda. Si son escritores, esas circunstancias van tiñendo sus textos de tal modo que es fácil identificar en qué momento de su vida los produjeron.
La vida de la escritora y poeta Blanca Luz Brum es representativa de ese camino. Aunque parecería que con ella sus amores y sus posiciones políticas estaban bastante vinculadas, por lo menos en sus primeros años.
A los diecinueve años ya estaba casada y a los veinte, viuda del poeta peruano radicado en Uruguay Juan Parra del Riego de quien tuvo un hijo. Después se casó con otro peruano, César Miró Quesada (1927); con el mexicano David Alfaro Siqueiros (1932); y con los chilenos Jorge Beéche Caldera (1938) de quien tuvo una hija; y con Jorge Brunson (1947) de quien tuvo un hijo.
En diversos reportajes declaró que nunca había sido comunista. «Yo amaba al artista, no al político militante», dice ella refiriéndose a Siqueiros, como recuerda el medio chileno La Tercera en la edición anterior al sepelio de la poeta en el cementerio Santa Inés de Viña del Mar.
Sin embargo, esa afirmación puede ponerse en duda leyendo su poema ¡Habla Moscú camaradas!, del cual transcribimos unos fragmentos: Oíd su voz desde los firmes pechos / de las muchachas soviéticas. / Oíd su voz desde las alegres mañanas / deportivas de Leningrado. […] Oídla en el rumor stajanovista / de las ciudades y los campos, / subiendo, creciendo, / como una inmensa marea / de alegría comunista / sobre la piel ardiente de la URSS.
El panegírico está incluido en Cantos de la América del Sur (Chile, 1939) y fechado en noviembre de 1938. Para esa fecha ya estaba casada con «un ingeniero chileno educado y hecho en Inglaterra, con toda la sobriedad sajona que a mí me falta» dirá en una carta sobre la que volveremos más adelante.
La edición cuenta con la foto que ilustra esta nota y que parece transformar la hoz que empuña en un inmenso signo de interrogación.
Siqueiros
Sobre la relación con el pintor y agitador comunista Siqueiros, el escritor rumano Stefan Baciu (1918-1993) aporta una fuente interesante en su libro Tristán Marof de cuerpo entero (Bolivia, 1987). Marof alternó con la pareja en México por lo que se trata de un testigo calificado. El texto de Baciu contiene fragmentos de cientos de cartas que intercambió durante muchos años con Maruf. En una de ellas dice que Siqueiros le daba a Blanca Luz «soberanas palizas soviéticas y le enseñó a beber tequila hasta que la domesticó, pero no del todo». Y agrega: «Cuando Siqueiros le daba palizas demás, Blanca huía y se refugiaba en mi casa».
En el más que bien documentado trabajo de Alberto Piñeyro Blanca Luz Brum: Una vida sin fronteras (Uruguay, 2011) está transcripta una carta de Blanca Luz a un amigo uruguayo cuando necesitaba divorciarse de Siqueiros para casarse con Beéche. Un matrimonio que ella confiaba en que haría «sin duda, con la ayuda de Dios, la felicidad de mi hijo y mía» porque además de esa sobriedad sajona que ella echaba en falta, «es aviador y dueño de minas de oro y salitre. Tiene su avión particular y es diputado del Frente Popular Chileno, 43 años de edad y está enamorado de mí y yo de él». Además, le pide la dirección del «camarada Frugoni» que era quien se encontraba a cargo del trámite legal. Por cierto, reunía el nuevo candidato dos condiciones (o tres si consideramos la de enamorado) importantes: era millonario y socialista. Curiosamente, este matrimonio no figura en la nota biográfica que incluye del diputado la página de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. («Se casó en Boston […] el 1° de diciembre de 1920, con Louise Phillips Fitzgibbon, matrimonio del cual nacieron dos hijos. En segundo matrimonio, se casó en Rengo, Chile, el 2 de noviembre de 1951, con Hilda Cisternas Ojeda; tuvieron cinco hijos»).
Según Piñeyro, cuando el pacto nazi-soviético y la invasión a Finlandia, comenzó a «tambalear el ideal comunista de Blanca Luz». Escribe al mismo amigo uruguayo: «Mi vida entera ha sido consagrada más o menos íntegra (en algunos largos períodos de mi vida) al comunismo, porque he creído y creo que el comunismo es la única doctrina digna del hombre en la tierra. ¿Pero es aquello [el régimen soviético] acaso comunismo?».
Al mismo tiempo que comunicaba sus dudas en privado, publicaba sus Cantos… (1939) con loas a esa voz de Moscú que: Viene desde la existencia real, / del nuevo mundo, / con la alta técnica / del desarrollo socialista. / Es la riqueza ¡al fin!
La separación con Siqueiros la explica Marof, así: Siqueiros quería obligarla a acompañarlo a Rusia, pero, «En el último instante del viaje fugó, abandonando la bandera soviética para siempre, y, además, el marxismo».
La investigación de Piñeyro relata los hechos de otra manera. Después de una temporada en Los Ángeles, Blanca Luz y Siqueiros se vinieron a Montevideo. El pintor intentaba ser recibido por las autoridades del PCU, daba conferencias y continuaba su activismo político. El director del diario Crítica, el millonario uruguayo Natalio Botana, lo reclamó desde Buenos Aires para pintar un mural en una de sus residencias. Blanca Luz se había quedado en Montevideo. Ya estaba cansada de las escenas de celos del mexicano seguidas de agresiones físicas. Sin embargo, accede al reclamo de su marido y se traslada a la capital argentina. Como resultado, además de un mural de 200 m2, Siqueiros se tuvo que ir expulsado por el gobierno hacia Nueva York y Blanca Luz agregó otro millonario a su colección: se quedó con Botana, aunque no por mucho tiempo.
De Perón a Pinochet
A comienzos de los 40, según relata en su libro En brazos de su pueblo regresa Perón (1972), la impresiona la multitud desbordando las calles y vivando a Perón. Encuentra que frente a la oposición socialismo-capitalismo, el justicialismo implanta y perfecciona un régimen de ecuación…». Se convierte en ferviente peronista, estrecha colaboradora y amiga personal del líder. Pero para Evita una mujer como ella no convenía tan cerca…
En 1957 Blanca Luz protagoniza un hecho espectacular. El dirigente peronista Guillermo Patricio Kelly era uno de los seis activistas que escaparon de la prisión de Río Gallegos, donde estaban recluidos acusados de homicidio e incendio de iglesias, entre otros delitos. Detenidos en Chile, a comienzos de la primavera del 57, el gobierno chileno se preparaba para extraditar a Kelly cuando este se fugó disfrazado de mujer con la complicidad de Blanca Luz. Según el periódico La Tercera, ella declaró muchos años después que «el plan no se habría materializado de no contar con la autorización del Presidente Carlos Ibáñez». La misma página contiene unas palabras de Kelly con motivo del fallecimiento de Blanca Luz: «Yo idee la fuga, ella me ayudó y me entregó la ropa femenina que permitió burlar a los guardias y escapar. Eso no lo olvidaré nunca».
Casada con Brunson y habiendo perdido sus dos hijos como consecuencia de accidentes automovilísticos, se radicó en la isla que llamó Robinson Crusoe.
Cuando ganó Allende las elecciones en Chile ya ella no quería saber nada con el socialismo ni con el comunismo. El golpe de Estado del general Augusto Pinochet contó con su entusiasta adhesión. De una vida plena de contradicciones, de aventuras, de excesos, parece ser este hecho lo único que no se le perdona.
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