Mucha soja reverdeció con las últimas lluvias y los productores esperan por esos granos para cerrar el ciclo de verano. Esta situación, además de la falta de precipitaciones, retrasó las siembras de invierno que, en algunos de los casos como la canola, experimentará una caída del área con respecto a la del año pasado.
Lejos de lo que se suponía la siembra de invierno aún está en pañales salvo algo de colza y cebada que se sembraron previo a las últimas lluvias que ni por asomo fueron lo que se esperaban. En Dolores, una de las zonas netamente agrícolas del país las últimas aguas reverdecieron la soja y los productores esperan por los granos que se formaron a último momento. En efecto este escenario modificó la cosecha de verano que no se han entregado en forma uniforme y una de sus consecuencias es el corrimiento de las fechas de cosecha que “nosotros esperábamos que se iban adelantar y fue al revés” dijo a La Mañana, Roberto Verdera. El ejecutivo reveló que muchas chacras no se van a cosechar y otro porcentaje se está a la espera que maduren los granos para poder levantar la producción.
Uno de los cultivos de invierno es el de canola que se largó en forma lenta y ya se adelantó que seguramente baje el área de producción para este año. Tras el pico de producción del año pasado que para algunos analistas alcanzó las 350 mil hectáreas “estamos viendo una retracción del área”. Verdera sostuvo que la oleaginosa pasó de ser el cultivo de invierno más importante en 2022 a superar las 200 mil hectáreas según los primeros sondeos que aparecen.
Esta caída de la producción se explica por un retroceso en el precio de los granos que están un escalón más abajo de los registrados el año pasado. Entre ellos el de la canola es el que reviste mayor impacto luego que el año pasado estuviera cercano a los US$ 700 la tonelada producto de una mala producción en Canadá, uno de los productores más fuertes del mundo. Verdera explicó que con los precios actuales “precisas rendimientos muy altos para poder marginar positivo” y que cierren las ecuaciones económicas de los productores. Para el caso de la canola, la relación euro-dólar pega negativamente en los bolsillos de los productores cuyo producto se cotiza en el mercado internacional con la referencia de euros del mercado Matif.
Si bien todos los costos de producción han bajado sobre todo el de los fertilizantes, las ecuaciones a la hora de hacer los balances siguen siendo muy justas debido a la caída de los precios de los granos. Este escenario se ve reflejado en trigo y cebada pero más complicada es la situación para el caso de la colza.
Cebada y trigo
Las expectativas de siembra de cebada para esta zafra estiman unas 220 mil hectáreas dedicadas al cereal. “Yo estoy notando un aumento de la cebada con destino a exportación” sostuvo Verdera. Cuando se mira la referencia de precios actuales “no están tan despegados” ni hay tanta brecha entre la que va a maltería y a la de exportación. Explicó que el año pasado la brecha era mayor a favor de la industria.
Para el caso del trigo, la sensación es que se experimentaría un incremento del área. Existe disponibilidad de semillas en plaza y también los productores cuentan con sus semillas para uso propio. El rubro ha experimentado en los últimos años buenos precios de exportación apalancado por la situación de guerra en Ucrania. Si bien siempre existieron los problemas de costos en este sector en particular, el atraso cambiario golpea fuerte en su desfasaje ente el IPC y el dólar.
Se necesita mucha lluvia
Las siembras de cebada y trigo en la zona de Mercedes deberían comenzar sobre el 20 de mayo en una situación normal. Este año el clima trastocó todos los planes y lo que se pensaba podría comenzar antes, ya tiene retraso de varios días. Verdera explicó que existen diferencias de 15 o 20 días entre los inicios de zafra entre el litoral norte y litoral sur. Y puso como ejemplo Paysandú para el primer caso y Colonia para el segundo.
Las lluvias brillan por su ausencia como dice el dicho popular pero las esperanzas están intactas. Hay anuncios de precipitaciones para esta semana que de confirmarse servirían para cerrar los ciclos de verano aun abiertos y comenzar a trabajar en los de invierno. Los días son más cortos y desde hace varias jornadas con buen índice de humedad y nublados lo que ayuda en algo a soportar esta situación crítica. Verdera señaló que se necesita agua para mojar bien debajo de la superficie que está muy seco y no ayuda para nada.
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