Julio U. Alpuy fue alumno directo de Torres García, fiel a los planteamientos de la escuela del Sur. Nace en Cerro Chato en el Departamento de Tacuarembó, Uruguay, y a los 16 años se traslada a estudiar a Montevideo. En 1940 conoce a Torres García y se integra al taller. A la muerte del maestro en 1949, viaja por varios países de Europa, Oriente y África en su deseo de conocer otras culturas. Una vez de regreso a América, recorre Chile, Colombia y Venezuela. En 1961 se radica definitivamente en Nueva York, hasta su fallecimiento en 2009.
El 19 de noviembre se inauguró una exposición titulada, “Julio Alpuy. Exposición homenaje. Centenario 1919/ 2019” en el Museo de Historia del Arte de Montevideo, Uruguay, y el 22 fue la presentación del catálogo en el MNAV.
La figura de Alpuy como maestro motivó a un grupo de alumnos y no alumnos -pero admiradores de su arte- a organizar esta exposición. A lo largo de su vida Julio Alpuy formó una gran familia a través de la docencia y su generosidad al compartir su conocimiento con discípulos y amigos. Hacía que sus amigos se transformaran en alumnos y los alumnos en amigos, en un ambiente de alegres tertulias, enriquecidas por las culturas de los diferentes países por los que viajó y vivió. En Nueva York se reunía con artistas como Fonseca, Elsa Andrada, Horacio y Augusto Torres, Francisco Matto, Anhelo Hernandez, Luis Alberto Solari, Gurvich… El arte y la vida eran los temas centrales de esas tertulias, según su discípula Anna Rank.
Los integrantes de esta exposición homenaje son artistas reconocidos y apreciados dentro del mundo del arte como Daniel Batalla, Nino Fernandez, Julio Mancebo, Anna Rank, Marcelo Larrosa, Luis Balbuena, Federico Méndez, Gustavo Serra, Manuel Aguiar, Christina Chow, Roberto Píriz, Roshan Houshmand, Luz Cristina Zepeda Fuentes, Rafael Lorente, Angelina de la Quintana, Sandrine Ronvaux, Delsa Camacho, Juan Sarias, Fermin Hontou, Norma Calvete y Linda Kohen. Todos ellos han expuesto una obra. En muchos la huella de Alpuy es innegable, y también lo es en aquellos que han seguido un camino diferente. El maestro siempre transmitió la importancia de la libertad de expresión y de encontrar cada uno su propio estilo.
En esta exposición se expone “Las estaciones”, una obra lápiz tinta sobre papel de 1950, “El ojo del destino”, un grabado de 1970, “Pájaro” en madera tallada, y otras más en acuarela y en óleo sobre tela. Todas ellas obedecen a un espíritu de análisis y de trabajo para transmitir todo el universo y la simbología de su concepción artística.
Alpuy es un infatigable trabajador del arte, con un lenguaje propio, llegando a la esencia última en la representación de cada uno de los objetos, protagonistas de sus obras. Los árboles, los pájaros, la naturaleza…las escenas dedicadas a los oficios y la representación de la pareja humana, son temas fundamentales en su universo.
El catálogo de la exposición cuenta con dos textos inéditos de Julio Alpuy: “La formación de un artista” y “Sobre cosas que no hay que olvidar”, este último fechado en Cascais, Portugal en 1979. Son de incalculable valor para conocer de primera mano su pensamiento, y sobretodo explica “cómo hacer y cómo empezar” una obra de arte y cómo enseñar. La figura del docente dentro del mundo del arte es inestimable para la formación y desarrollo del artista en palabras de Alpuy….
Hay que agradecer a los realizadores de este catálogo la inteligencia con que se ha ideado. La presentación del catálogo es de Gustavo Ferrari conservador del MuHAr, y además cuenta con textos de Anna Rank y de Marcos Torres Andrade.
Esta exposición intimista, por su tamaño y espíritu, es previa a la gran muestra, que se inaugura el 5 de diciembre en el Museo Nacional de Artes de Montevideo.
- Catedrática de Sociología. Dra. Historia del Arte. Crítica de Arte. Miembro de AICA y ACCA