La gestión de seguridad y gestión en el trabajo es un compromiso al que Uruguay se adhirió en la década de los 80 de cara a un convenio internacional de la OIT. En 2014, se decretó la ratificación de ese convenio y desde ese momento se trabaja en la formación y desarrollo de equipos que trabajen en ese sentido. Micaela Castro, medica especialista en el tema, repasó la situación actual del país en esta materia y detalló el camino que falta para recorrer.
El decreto 127/14 promulgado en el 2014 con el que Uruguay ratifica el convenio internacional 161 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), regula los servicios de salud y prevención en el trabajo. A partir del 1° de noviembre de 2022, el decreto entró en vigencia para la franja que estaba pendiente, por lo que las empresas de cinco trabajadores deben contar con un sistema de gestión de seguridad y salud empresarial.
Estos servicios son multidisciplinarios y están formados por médicos ocupacionales y técnicos prevencionistas. Cualquier empleo implica riesgos a los que los trabajadores se exponen diariamente, conocer esos peligros y controlarlos es una medida de prevención. Para saber un poco más sobre el funcionamiento de la disciplina en Uruguay, La Mañana dialogó con Micaela Castro, médica especialista en salud ocupacional, docente y trabajadora de SVA Working, empresa que brinda servicios de medicina laboral.
La entrevistada comentó que la salud ocupacional es una disciplina médica vinculada a la salud colectiva que forma parte de aquellas disciplinas cuyo sujeto de trabajo son grupos de personas. La salud en el trabajo como tal tuvo diferentes enfoques y se la ha nombrado “salud de los trabajadores”, “medicina de trabajo” y “salud ocupacional”. “Parecen significar lo mismo, pero tienen sus matices; la mirada de la salud ocupacional es una aproximación a toda la vida de trabajo, desde que se inicia”, aseguró Castro.
La disciplina se desarrolla en espacios sanitarios sociales, junto con el enfoque epidemiológico y la administración de servicio sanitarios, con un enfoque preventivo de cara a los problemas de salud vinculados al trabajo.
Si bien el convenio de la OIT está ratificado desde el año 1985, la normativa nacional vigente se reglamentó hace casi una década, y el planteo es que exista una política nacional que implique la presencia en los espacios de trabajo de equipos de salud y seguridad, a través de un equipo de trabajo establecido.
“A partir de 2014 se empezó a reglamentar con algunas prioridades vinculadas a la siniestralidad, a los eventos de seguridad de salud en que se presentan lesiones y luego se extendió paulatinamente, dando tiempo a las organizaciones para integrar los equipos de trabajo técnico”, relató la especialista.
Para conformar los equipos se necesita de una persona especialista en medicina ocupacional que trabaje muy cerca de un técnico de seguridad. “Son espacios de trabajo conjuntos, la seguridad tiene que ver con el accidente, los aspectos relacionados al evento y nosotros –los médicos– tenemos el conocimiento biológico y gestión del tema”, explicó la entrevistada.
Aspectos a mejorar
Castro indicó que la normativa plantea el requerimiento de la presencia de los equipos técnicos y que eso no es tan fácil. “Justamente, en el último Congreso de la Construcción hablé sobre el tema que tiene que ver con la conformación del equipo, y es un desafío tanto para técnicos como para médicos. Venimos de escenarios muy distintos, incluso la OIT recomienda que podamos compartir espacios de formación ya que unos nos formamos en atención hospitalaria y luego debemos formarnos en gestión y salud en el trabajo; por otra parte, los técnicos tienen un enfoque muy normativo, con decretos de por medio, son mundos muy distintos”, señaló.
Según la entrevistada, otro tema que se debería desarrollar mejor es un decreto aprobado que pone sobre la mesa la gestión participativa, es decir la constitución de comisiones bipartitas de salud en el trabajo. Con esto se promueve la generación de espacios de diálogo en conjunto con los trabajadores para un trato exclusivo de esta temática. “La normativa plantea que se normalicen esos ámbitos, la comisión del comité, la periodicidad, el intercambio y los cometidos”, detalló la especialista.
En esa línea, dijo que en los países en los que se ha trabajado de esta manera los objetivos mejoran, así como los sistemas de gestión. “Las normas más vigentes plantean como novedad que en la última versión aplica esto de la participación debido a que sin los trabajadores las cosas son mucho más difíciles, en algunos aspectos, incluso, no pueden ni instrumentarse si no contamos con la visión de ellos”, apuntó.
La importancia de la participación
Si bien la normativa está vigente, muchas veces en las organizaciones no existe el comité de trabajo como conjunto, por lo que se necesita fiscalizar, salir a hablar o tratar de expresar los beneficios de contar con uno. “Algo que nos pasa muy frecuentemente tiene que ver con la visualización de problemáticas vinculadas, por ejemplo, a ausentismo o problemas que los líderes de las organizaciones, empresarios o gerentes ven y nos plantean que no entienden por qué pasa algún conflicto”, sostuvo.
Un ejemplo de ellos es cuando empleados indican que no están conformes con la temperatura del aire acondicionado y, en ocasiones, esa desconformidad que se percibe y manifiesta enmascara otros problemas de fondo, “entonces hasta no conversarlo no se puede tener una noción real de lo que está pasando”, aseguró Castro. Además, agregó, no dialogar desde el colectivo de trabajadores con el de liderazgo genera malos entendidos y especulaciones sobre lo que puede estar pasando en un lado u otro.
A esto se suma la importancia de la participación de líderes no por cumplir con la norma simplemente, sino por entender los beneficios que implica una gestión en salud ocupacional que se enmarque en diálogos con los trabajadores. “Si se buscan en las recomendaciones de la enciclopedia de la OIT –que es una referencia muy clara para nosotros– en los capítulos de gestión se indica que, sin importar cuál es el plan, el foco, el punto crítico y el tipo de programa, lo más importante es el compromiso de la dirección. Es decir, lo más importante es que no se haga solo por cumplir, sino que haya un convencimiento”, dijo la especialista.
“Siempre buscamos que haya una alianza con la dirección y con los trabajadores, pero la dirección es realmente muy importante porque son quienes toman las decisiones, entonces es una recomendación que tenemos y aplicamos, necesitamos el compromiso de los líderes”, planteó.
Salud mental, un tema en agenda
Con respecto a la salud mental en gestiones de salud ocupacional, Castro dijo que la medicina y psicología van unidas y que los aspectos mentales son parte, así como la ergonomía y el abordaje de la sobrecarga musculo-esquelética. En ese sentido se ve el terreno de la patología ocupacional, si bien los límites “son poco claros porque las personas llevan problemas de afuera al trabajo o del trabajo hacia afuera, hay algunas cosas que claramente podemos decir que están vinculadas al empleo”, aseguró.
La entrevistada relató que cuando se encuentra un contaminante en el cuerpo del trabajador que también está en la industria, es fácil saber que se trató de un problema en el trabajo, pero si está sufriendo una sobrecarga en la organización del trabajo porque trabaja durante todo el día y terminan con un evento cardiovascular sin factores de riesgo porque están trabajando 24/7, “es mucho más difícil la asociación”, señaló.
Existen ciertas patologías ocupacionales que cada país define como enfermedades profesionales, y en cada lugar hay un listado en el que se detallan las enfermedades médico-legales en los trabajos. “En nuestro país, lo que tiene que ver con salud mental está por fuera del listado de enfermedades profesionales, aunque el organismo que se encarga de atender las contingencias en ese sentido es el Banco de Seguros del Estado (BSE)”, informó Castro.
Cuando se da algún hecho de violencia en el trabajo, presenciar un acto como un accidente, es decir, hechos que afectan a la psiquis de las personas, el BSE provee una asistencia inicial a los trabajadores afectados. “Es un tema que está en nuestra agenda de trabajo”, aseguró la especialista.
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