“Querido camarada Macron, prepárese, porque mi voluntad de lucha es aún más fuerte que hace trece años”. El viernes 23 de junio, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, concluyó a su manera la cumbre sobre el nuevo pacto financiero mundial organizada bajo los auspicios de su homólogo francés, Emmanuel Macron, con la esperanza de liberar nuevos recursos para luchar contra la pobreza y el calentamiento global. “Los que realmente han contaminado el planeta en los últimos doscientos años son los que hicieron la revolución industrial”, remachó el exsindicalista en la víspera en un concierto en el Campo de Marte: “Por eso tienen que pagar la deuda histórica que tienen con el planeta”. Las palabras del presidente brasileño resumen la dificultad de recrear vínculos entre los Estados del Norte y del Sur sobre los grandes desafíos del momento. Celebrada en el Palais Brongniart, la cumbre reunió durante dos días una cuarentena de dirigentes de los países ricos, las grandes economías emergentes y los Estados más vulnerables.
Le Monde, Francia
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