Nos referimos al editorial sobre el “Nunca Más” que publicó el Dr. Julio Sanguinetti en su “Correo de los Viernes” hace unas semanas.
A nadie puede extrañar que el Dr. Sanguinetti diga cosas atinadas y juiciosas, sin apartarse de su apasionada condición de colorado y batllista, cuya inclaudicable militancia lo llevó por dos veces a ganar la Presidencia de la República.
Pero lo que de esas palabras queremos destacar es la prudente distancia que tomó en homenaje a la verdad histórica, de la actitud del Frente Amplio que pretendió que el 50º aniversario del Golpe de Estado fuera un acto para festejar, destacar y ensalzar la lucha de la izquierda y los sindicatos contra la dictadura, encabezada por el Partido Comunista.
En primer lugar, puntualizamos que el Partido Comunista, el mismo que apoya la candidatura de Carolina Cosse, y que hoy es mayoría dentro del Frente Amplio, apoyó con entusiasmo por medio de su órgano oficial los comunicados militares Nos. 4 y 7, bajo la consigna de que la lucha no era entre la dictadura y la democracia, sino entre la oligarquía y el pueblo lo que justificaba arrasar con las instituciones.
Seguimos diciendo que la llamada “heroica huelga general” pintada como la férrea resistencia contra el militarismo que tomaba el poder, duró sólo unos días al cabo de las cuales el país siguió funcionado con total normalidad, la gente llenó el estadio para un partido clásico y el transporte público se restableció en seguida.
Por eso, por el mentiroso relato de que la única resistencia valiente y exitosa fue una huelga general que duró tres o cuatro días y se pretende como heroica y decisiva, preferimos los discursos que en ocasión del 40º. aniversario del Golpe dijeron los tres dirigentes políticos más importantes del país: los Dres. Jorge Batlle, Luis A. Lacalle Herrera y Julio María Sanguinetti.
El Dr. Jorge Batlle, siempre talentoso y polémico, más que un discurso dictó una maravillosa clase de historia, enlazando las causas lejanas y las recientes, la consecuencias de la Guerra Fría, los intereses de las grandes potencias y sus razones geopolíticas, la importancia y el peso de los factores de orden económico de los países poderosos del mundo sobre las naciones subdesarrolladas de América Latina, ahora llamadas “en vías de desarrollo”, evitando una terminología peyorativa, pero sin cambiar absolutamente nada.
Recordó la conferencia de la Tricontinental en La Habana, defendiendo la violencia armada revolucionaria y el Congreso de la OLAS proclamando el derecho y deber de América Latina de ir a la lucha armada como instrumento de la liberación.
El Dr. Lacalle Herrera sostuvo la tesis de las dos minorías que se creyeron más sabias para imponer sus verdades como causas del derrocamiento del sistema democrático. Por un lado, el grupo de “iluminados” que quiso instalar un régimen “a la cubana” en el país por medio de las armas. Lo que dio origen a que otro grupo minoritario que los venció, el estamento militar, se creyera más capaz que el sistema político para ordenar el país y luego orientar su destino. O sea la teoría de los dos demonios que consagró Sábato en la Argentina, y que hoy acá se pretende negar con el ridículo argumento de que hubo otras tiranías en la región impulsadas por el imperialismo yanqui, como si ello sirviera para considerar como ángeles a quienes cometieron todos los delitos de Lesa Humanidad como el secuestro, la tortura, el terrorismo y el feroz asesinato, del que la muerte de Pascasio Baez es el mejor ejemplo de la “banalización del mal” del que hablaba Hanna Arendt o sea el interés superior en la seguridad del grupo guerrillero, frente a la vida de un pobre paisano ajeno al conflicto.
Finalmente, el Dr. Julio Sanguinetti, permanente defensor de la institucionalidad republicana, expresó que ahora clamaban de forma desesperada por los derechos humanos y las garantías democráticas quienes antes los despreciaban como meras formalidades sin contenido real dentro de una democracia engañosa.
También sostuvo el fracaso de la huelga general, lo que en estos días recientes ha salido a reconocer en la prensa el conocido exdirigente de OSE, Ruben Villaverde, diciendo que sirvió solamente para dejar solo el recuerdo por su trascendencia cultural. Pero algo mucho más grave dice Villaverde sin que nadie haya salido a desmentirlo, pues afirma que “la huelga de junio de 1973 fracasó a los pocos días, pues se había previsto un posible giro insurreccional con guerra civil, pero nada de eso pasó”. Nada pasó, pero permite vigorizar el trascendido de que el Partido Comunista tenía un poderoso aparato armado, capaz de hacer frente a una lucha armada.
Reconoció además Sanguinetti, al igual que Batlle, que Pacheco nunca salió del marco institucional y que el Parlamento apoyó todas sus medidas hasta la declaración del estado de guerra; agregando que le constaba que Pacheco no quería sacar a los militares a la calle, para encargarles el combate a la subversión lo que finalmente tuvo que hacer obligado por las circunstancias.
Finalmente, destacamos que los tres expresidentes oradores en ese acto en el que sirvió de presentador el Lic. Francisco Faig, coincidieron manifestando en forma explícita, que no hubiera habido golpe de Estado sin la irrupción de la violencia guerrillera.
TE PUEDE INTERESAR: