Tras la declaración de la Cumbre UE-Celac que hizo mención al conflicto de las Islas Malvinas, La Mañana conversó al respecto con César Trejo, coordinador del Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús, quien le restó importancia al documento difundido por entender que se trata simplemente de un avance “retórico” y, por lo tanto, “insuficiente”. Además, lamentó la “ineficiencia” de la diplomacia argentina en este tema y afirmó: “No se entiende cómo nuestros políticos hacen tanto ruido con esta declaración ambigua”.
La declaración final de la Cumbre UE-Celac incluyó el conflicto en torno a las Malvinas expresando: “Con respecto a la cuestión de la soberanía sobre las Islas Falkland/Malvinas, la UE tomó nota de la posición histórica de la Celac basada en la importancia del diálogo y el respeto del derecho internacional en la solución pacífica de las controversias”. Como veterano de Malvinas, ¿cómo tomó esta mención?
Cuando se estaba negociando el Tratado de Lisboa, Europa incluyó, a pedido de Gran Bretaña, a las Malvinas como territorio de ultramar o ultraperiférico británico. Ahora la UE hizo este comentario, que es un avance, pero tampoco es una cuestión definitiva. Nosotros entendemos que no hay una disputa de soberanía, sino un territorio ocupado por una potencia extranjera. Nuestra posición es la que dice la Resolución 1514 (de Naciones Unidas) del año 1960 de la descolonización de los territorios, es decir, lo que tendría que hacer Gran Bretaña directamente sería desocupar un territorio que es una colonia. Y en la Resolución 2065 del año 1965, si bien se reconoce que es un territorio que tiene que ver con una situación colonial, se habla de una disputa de soberanía que deben resolver las partes en forma pacífica, pero eso es un retroceso, porque no hay ninguna disputa de soberanía, como no puede haber una disputa de soberanía si yo llego a mi casa y la encuentro ocupada por una persona, ahí yo no hago una disputa, ahí lo que tiene que pasar es la desocupación del ocupante ilegal.
Además, nos enteramos de que el Reino Unido ha logrado que haya tres líneas aéreas de Europa que van a hacer vuelos permanentes a las Islas Malvinas, eso no es coherente con esta declaración. Más que las declaraciones, lo que nosotros vemos son los hechos, y algunos países están reconociendo el ejercicio de soberanía británico y no el argentino. Después, un funcionario de la UE salió a desmentir que sea un reconocimiento a la soberanía argentina, como se anunció. El problema es que nuestra diplomacia es tan ineficaz, tan inoperante, tan ineficiente, que cualquier declaración la toman como un éxito para justificar su propia ineficacia.
¿Qué debería hacer Argentina en este contexto?
Lo que estamos proponiendo hace mucho tiempo es que Argentina tiene que procurar encarecerles los costos de la ocupación a los británicos y no facilitársela permitiendo vuelos y amarres de buques en zona continental argentina que van a las Malvinas. Tendría que llamar a los demás países a hacer lo mismo, como ocurrió en 2010-2011, cuando Uruguay prohibió el amarre de algunos buques al igual que Brasil y Perú. Entendemos que la única forma es que mancomunadamente los países de la región encarezcamos los costos de la ocupación, porque no podemos facilitarles que sigan haciendo negocios en la zona. Si nosotros revisamos todos los yacimientos minerales que explota el Reino Unido y cómo intervienen empresas de capitales de la Mancomunidad Británica de Naciones en la explotación petrolera y minera, y en los negocios de alimentos y demás en la Argentina continental, mientras depredan los recursos pesqueros en el Atlántico Sur otorgando licencias ilegales de pesca, hacen ejercicios militares y tienen la base militar del Atlántico Sur más importante de la OTAN, ahí hay una incoherencia, y nuestras frágiles, tibias e ineficientes diplomacias la justifican con cualquier cosa.
O sea que la declaración está lejos de representar un avance en el reconocimiento de la soberanía argentina, además de que, como decía, desde la UE salieron a aclarar que su posición no había cambiado, después de la queja del Reino Unido.
Es un avance retórico, y en el mundo de la política, la retórica ocupa un espacio muchas veces limitado e insuficiente. Nuestras dirigencias políticas no están hablando del tema, no lo hacen en esta campaña electoral en la que ya estamos inmersos y, conociendo el paño, entendemos que ninguno de los partidos ni coaliciones tienen en su plataforma el tema de las Malvinas ni de la soberanía económica. En realidad, casi no tienen plataforma, tienen eslóganes. Entonces, en tanto la dirigencia política no tenga como compromiso real la defensa de los intereses argentinos, y los británicos sí tengan una dirigencia para la defensa de sus intereses coloniales, estamos en una situación de total asimetría. Y las pequeñas declaraciones confusas y ambiguas no son elementos que podamos tomar en serio como para decir que estamos avanzando en la dirección de la recuperación de las Malvinas.
Como alguien que vivió en carne propia el conflicto, ¿cuál es la importancia de que otros países se pronuncien sobre la cuestión?
Hay que ver qué países, una cosa es que se pronuncie China, que tiene poder comercial y militar, o la Federación Rusa, o los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), o los países hermanos de la América hispano-criolla, y otra cosa es que se pronuncien los europeos, que históricamente han ejercido el colonialismo en distintas partes del mundo. A nosotros nos interesa en principio el pronunciamiento de Uruguay, Brasil, Paraguay, Chile, Perú, Bolivia, Venezuela, Colombia, Panamá, etcétera, porque son los que nos pueden ayudar como hermanos a hacer fuerza para encarecer los costos de la ocupación, y son los que también han sufrido el colonialismo. Y, además, la de la UE fue una declaración a la que ellos mismos ahora le están bajando el tono. No se entiende cómo nuestros políticos hacen tanto ruido con esta declaración ambigua.
El precandidato a presidente de Argentina por el Movimiento Izquierda Juventud Dignidad, Santiago Cúneo, en más de una ocasión ha llamado a una resolución del conflicto. ¿Su discurso refleja el sentir del resto de los veteranos de Malvinas?
Él utiliza la simbología de Malvinas, pero nosotros somos serios. Este señor es poco serio, insulta. Tenía un programa de televisión donde insultaba, alzaba la voz. Nosotros creemos que la razón no se expresa de esa manera. En general, esas personas tienden a ridiculizar las reivindicaciones de Malvinas y de las causas nacionales. Cuando uno tiene una verdad no hace falta que la grite ni que insulte a nadie, y ese señor es una persona que yo conozco y que debe estar pagado por los británicos seguramente para ridiculizar la causa Malvinas, no representa a nadie.
¿La situación geopolítica mundial actual es una oportunidad para que Argentina recupere el control de las Malvinas o continúa siendo un objetivo lejano?
Es un objetivo que solo se podría aproximar si tuviéramos una dirigencia acorde, que tuviera pensamiento estratégico, que comprendiera la geopolítica, pero nuestra dirigencia está encerrada solamente en su supervivencia personal. El principal problema que tenemos los argentinos es nuestra dirigencia política. Hay, como decías vos, determinada situación geopolítica, pero para aprovechar las oportunidades tiene que haber alguien que sepa hacerlo y no es el caso de nuestras dirigencias.
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