La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Richard Sennett. ANAGRAMA. 2017. Décimocuarta edición. 188 págs. $790.
El economista Ricardo Pascale contaba en una entrevista que cuando teniendo 18 años se enfrentó a la tarea de conseguir su primer trabajo, había una certeza: el trabajo para Ricardo existía. Era tan solo necesaria la perseverancia y la voluntad en ubicar la plaza laboral. Una situación muy distinta aguarda a sus nietos. Hoy no hay necesariamente un trabajo aguardando por esos jóvenes. Ése es uno de los temas abordados por el ya clásico texto de sociología de Sennett.
Pero otro ángulo del problema es la progresiva desaparición de la categoría laboral permanente, esto es, el joven que ingresaba a una empresa y que podía proyectar una vida a partir de una estabilidad laboral que hacía posible el construir una familia, adquirir una casa y calcular un monto jubilatorio. Esto ha pasado a constituir una anomalía en términos estadísticos.
En el “nuevo capitalismo” todas estas certezas de otrora se han esfumado. “En lugar de una rutina estable, de una carrera predecible, de la adhesión a una empresa a la que se era leal y que a cambio ofrecía un puesto de trabajo estable, los trabajadores se enfrentan ahora a un mercado laboral flexible, a empresas estructuralmente dinámicas con periódicos e imprevisibles reajustes de plantilla, a exigencias de movilidad absoluta”. Ahora es el tiempo de empresas en permanente crecimiento y cambio, un mundo de riesgos, de extrema flexibilidad y objetivos de corto plazo, donde se exigen individuos capaces de reinventarse a sí mismos sobre la marcha.
Pero gran parte de la autopercepción como individuos ha sido forjada por nuestra actividad, esto es, “somos lo que hacemos”. La categoría laboral ha sido considerada un factor fundamental para la formación del carácter y la constitución, por ende, de la personalidad. Y mas allá de los hipotéticos efectos dinamizadores en términos económicos que implicaba el nuevo paradigma empresarial, este ataca sistemáticamente las nociones de permanencia, de confianza en los otros, de integridad y de compromiso que hacían que hasta el trabajo más rutinario fuera un elemento organizador fundamental en la vida de los individuos y, por consiguiente, de su inserción en la comunidad.
La creciente inestabilidad laboral es uno de los factores explicativos de los crecimientos exponenciales de movimientos políticos que se presentan como antisistémicos. Crecientes segmentos de la ciudadanía se sienten traicionados por el sistema político, sus esfuerzos y certezas se evaporan ante sus ojos. Sólo queda la frustración y la rabia. El voto por el candidato que más despotrique contra el “sistema” ya está asegurado. Pero las consecuencias son más complejas y duraderas. Una sociedad que pierde sus columnas centrales cae fácilmente en la anomia, estallidos de violencia supuestamente inexplicables y la paralegalidad, por no decir directamente el narcotráfico, crece.
La corrosión del carácter constituye un ensayo por demás adictivo, armado primordialmente a partir de historias de vida de personas de los más diversos ámbitos a través de los cuales podemos asomarnos a algunos de los aspectos más sombríos de nuestro tiempo. Así vemos las historias de vida de ejecutivos de la IBM despedidos en la reformulación de los 90, el seguimiento de la trayectoria de un padre y su hijo, asalariado toda su vida el primero y asesor forzosamente independiente el segundo, dos generaciones de trabajadores de la misma empresa panificadora de Boston.
Richard Sennett es profesor de Sociología de la New York University y la London School of Economics, siendo el autor, asimismo de El declive del hombre público, El respeto, La cultura del nuevo capitalismo, El artesano, Juntos y El extranjero.
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