¿No se mide la destrucción de la malla social?
Me dirijo a Ud. en referencia al artículo “Grandes empresas siguen cerrando y crecen los concordatos en Uruguay” publicado en La Mañana del pasado 4 de diciembre.
Hay desempleo y si no hay una reacción inmediata, será más grave aún y aumentarán los costos del Estado.
Más inmediato que generar empleos legítimos que atraigan inversores, es detener los cierres de empresas existentes o reactivar empresas cerradas pero técnicamente al día. Por ejemplo la empresa láctea Pili S.A. de Paysandú, o Citrícola Salteña S.A. de Salto y seguramente habrán otras en otros departamentos.
Habría que suspender remates, ejecuciones y estudiar en qué condiciones esas empresas serían viables.
Es normal que hablemos de financiar una vivienda en 20, 25, 30 años pero parece absurdo refinanciar una actividad productiva en esos plazos.
No se hace el balance fiscal para el país en caso de cierre de una actividad, ni se mide la destrucción de la malla social.
Creo que el país debería definir cuáles son las actividades, rubros que por alguna razón (ocupación de mano de obra no calificada, empresas familiares radicadas en el campo, intensivas, futuristas, etc.), le interesa desarrollar o mantener y a esas ofrecer un plan de reactivación, con plazos e intereses iguales a las colocaciones que hace el banco en sus fondeos. Declararlas actividades de Interés Nacional.
Pierre Darricarrère
La vaca les gana
Como productor rural, me resultó muy interesante los conceptos del Sr. Dimu, en su entrevista en la pasada edición del 27.11 (pag. 26) bregando por un impulso al sector ovino. Por un lado, comparto mucho de lo que el entrevistado dice, básicamente en que el ovino es muy positivo por lo que demanda de mano obra, y que por la precocidad de las borregas es la mejor forma de que el pequeño productor pueda rápidamente poblar sus campos, haciéndose de su majada.
Por otro lado, considero que acerca de la situación actual del rubro ovino, hay otros elementos que no están plasmados en las respuestas del entrevistado.
Si bien es cierto, que con unos 6 millones de cabezas en el país estamos con un muy disminuido stock de lanares (quizás como nunca de aquí a un siglo atrás), hay que decir que el suelo uruguayo tampoco es el mismo, pues confluyen en el mismo otros rubros que compiten por el mismo espacio, y viven su esplendor (como la ganadería) o siguen de pie dando batalla (como la soja, y el resto de la agricultura). Y ni que hablar de la forestación, el sector más contemplado y estimulado por cuanto gobierno ha pasado desde la reinstauración democrática a la fecha.
En los predios que aún producen a campo natural, es notorio que el productor ha optado primordialmente por el vacuno. Y eso no es por capricho, todas las categorías vacunas están atravesando por precios récord en su historia. Si bien es una realidad el descenso del lanar, vale decir que los campos no tienen “doble piso”, y además del abigeato y los destrozos causados por jaurías de perros y bandadas de jabalíes, por cuestiones de precio y leyes del mercado, ese productor que día a día pisa el campo, optó por la vaca. Y seguramente sus buenas razones tendrá.
Roberto Ríos
Florida
Buenas costumbres
Señor Director:
Hace unos días trascendió un documento que establecía recomendaciones a los legisladores electos por Cabildo Abierto. Supongo que se trataría de unas líneas para consumo interno pero de algún modo se filtraron a la prensa. Como casi todo lo que genera Cabildo provoca reacciones, no faltaron los que lo vieron como un disciplinamiento manu militari. Y si no lo vieron, de todos modos sumaron sus voces en desacuerdo, siguiendo lo que ya parece una práctica de estilo.
Resulta obvio que Cabildo divide aguas. O se está a favor -no quiere decir que se le vote- o en contra. Hemos visto fotos del general Manini en las redes sociales con militantes de los diversos partidos. En las ferias, muchas personas se acercaban a sacarse fotos con él. Otros no, pero más allá de algún episodio de gritos lejanos (no vaya a ser…), la actitud habitual fue el respeto. Como fuere nadie era indiferente.
En este pequeño manual de “buenas costumbres” aplica la norma. Algunos salieron a hacer el previsto escándalo: “¡qué es eso del alcohol y las drogas!”. Claro, si la marihuana, según parece, la consumen algunas autoridades… Si un referente político de primera línea acaba de decir en México que habría que legalizar la cocaína… Una recomendación tan sencilla como mirar a los dos lados antes de cruzar la calle, parece una especie de exabrupto.
La “corrección política” no rige para Cabildo. Aunque no esté de moda defender la familia, la moral, el respeto, la convivencia pacífica, la validez de la palabra dada, la protección a los desvalidos, esa es la postura y lo seguirá siendo, aunque a algunos no les guste.
Cabildo Abierto vino para quedarse.
Atentos saludos
M. Eugenia Pérez
El declive valórico
del Uruguay
Por años y a vista y paciencia de las autoridades ejercieron la medicina, concretamente la oftalmología, supuestos médicos cirujanos oftalmólogos cubanos, traídos al país para operar de cataratas a población pobre. Mucho se habló que los médicos locales no eran sensibles al problema de cataratas de gente pobre y que los patriotas cubanos habían venido a solucionar el problema que el afán de lucro de los oftalmólogos nacionales impedía.
Naturalmente que se les permitió ejercer sin revalidar sus títulos, lo cual es absolutamente ilegal y genera responsabilidad en las autoridades sanitarias del gobierno saliente que permitieron tal ejercicio ilegal de la medicina, con pleno conocimiento de la situación.
Resulta que ahora la prensa informa que examinados tales supuestos oftalmólogos por nuestra Facultad de Medicina, los mismos carecen de las competencias y conocimientos para poder haber ejercido en Uruguay.
Nos preguntamos: ¿quién se hará responsable de tamaña violación de las normas de ejercicio de la profesión médica, en este caso oftalmológica? ¿Con qué autoridad se podrá exigir la reválida de títulos a los profesionales extranjeros luego de estos hechos?
El gobierno entrante deberá disponer en forma urgente una auditoría en el MSP para terminar de aclarar este tema y hacer jugar las responsabilidades en que se incurrió durante años, poniendo en serio riesgo la salud visual de la población.
Una vez más jugó el prejuicio ideológico; si son cubanos tienen que ser buenos profesionales. La realidad marca lo contrario. No puede conducirse seriamente así la autoridad sanitaria nacional. De no haber consecuencias, se abre una puerta que no podrá cerrarse: la de la violación impune de las normas de reválida de títulos en este caso.
Por eso lo el título: asistimos a un serio declive de valores en Uruguay: en este caso, al del respeto de las normas de reválida de títulos profesionales.
Carlos Alvarez Cozzi
Los textos destinados a esta sección no deben exceder los 1500 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, La Mañana podrá seleccionar el material y editarlo, tanto en la versión impresa como digital. Los mensajes deben enviarse a lectores@lamañana.uy