Varios acontecimientos que se han dado en las últimas semanas más o menos simultáneamente, provocan un debilitamiento en el mercado de los ganados de embarque, al tiempo que la situación climática insinúa una amenaza de escasez hídrica, siempre ominosa, y más en esta etapa del año. Otros factores también están operando en el mismo sentido, como la detención de la lenta pero igualmente importante suba del tipo de cambio que tuvo lugar entre mayo y octubre pasado.
El elemento más trascendente sin dudas es el precio de exportación de carne, recalentado por la situación en China, con el rodeo suino devastado por la fiebre porcina africana, pero que, a estar a declaraciones coincidentes de varios operadores del mercado cárnico, no estarían ya convalidando los precios que hasta pocas semanas atrás se estaban logrando por los voluminosos embarques dirigidos a ese país.
Todos estos fenómenos son incipientes, recién se están manifestando, pero se alinean en la misma dirección, empujando hacia abajo las cotizaciones de hacienda gorda, las que determinan con alguna distancia temporal los precios de todas las demás categorías.
No hay nada dramático por el momento, porque el mercado estaba actuando en un nivel de precios que no tenía antecedentes, pero todo parece indicar que la etapa de euforia está finalizando y que las condiciones y precios de comercialización de haciendas tienden a ajustarse a una realidad más acorde con la historia. No es de esperar que nuestro país coloque indefinidamente sus ganados a valores tan superiores a los de la región, y menos por encima de los que consiguen sus colegas en EEUU y Australia, los grandes jugadores mundiales en este rubro.
Se prenden luces de advertencia que imponen a la ganadería tomar todas las previsiones posibles
Veamos más en detalle estos elementos, empezando por el precio de la carne de exportación, por ser el que más incide en el resultado final.
Precio exportación de carne
En lo que va del año, hasta fin de noviembre pasado, el precio promedio de exportación llegó a un acumulado de US$ 3.883 la tonelada canal (t c), lo que equivale a una suba de 8,9 % respecto a igual tramo de 2018. Pero esta suba empezó a manifestarse con fuerza a partir de mayo pasado y siguió, con oscilaciones circunstanciales, una línea ascendente que continuó hasta ahora: la brecha de precios respecto a anteriores ejercicios se amplió, y en noviembre la diferencia de precios con el mismo mes del año anterior fue de 27 %. En la última semana de noviembre se alcanzó el segundo valor del año, con U$S 4.534 la t c, más de 23 % por encima de la misma semana de un año atrás. La observación en períodos muy cortos no tiene validez para detectar una tendencia, porque las variaciones dependen fundamentalmente de la composición de los embarques que tengan lugar en ese momento en particular; no es lo mismo colocar carne de vaca con hueso para industria en China, que embarcar rump and loin (set de cortes finos desosados: bife angosto, lomo y cuadril) para Europa, en el marco de la cuota Hilton. En los últimos años, más que el Hilton, lo que ha determinado importantes subas en los precios de los embarques, y las consecuentes oscilaciones en los valores de acuerdo al momento en que se realicen los embarques, ha sido la cuota 481, que tiene plazos acotados para concretarse, porque se cumple por trimestres y se adjudica al primero que llegue a los puertos europeos con su carne en ese período. Esa cuota habrá de reducirse drásticamente a partir de enero próximo, así que los recientes embarques, que explican los altos precios de exportación recientes, son los últimos que se realizan con el cupo íntegro de 45 mil toneladas, de las que
Uruguay ha sido el principal usufructuario.
En parte por estas razones no se detecta todavía en el precio promedio de exportación las señales de ajuste, pero cabe atender a lo que alertan los operadores del mercado en cuanto a que hay referencias de valores declinantes en China, así como a las variaciones que sufrirá la cuota 481 con la UE, que afecta a aquellos productos de mayor valor.
Estas referencias insinúan que debe esperarse un cierto debilitamiento del mercado en el corto plazo. Con el tiempo, estos mercados habrán de evolucionar de diferente manera: China logrará en el mediano plazo un nuevo equilibrio en su abastecimiento de carnes rojas, y por lo tanto operará con valores menores a los actuales, mientras con la UE habrá un incremento de las cuotas de ingreso de carne sin aranceles, o con aranceles reducidos, por el acuerdo Mercosur – UE, que habrá de regir en breve. También habrán de incrementar su importancia algunos otros mercados para carnes de valor, hoy incipientes, como Japón, Corea, e incluso nichos de esas características en el mismo mercado chino.
Precio del ganado
El precio del ganado gordo, que había alcanzado máximos históricos, sufre bajas no dramáticas pero significativas en los negocios concretados en las últimas dos semanas. De acuerdo a la información de los consignatarios, desde mediados de noviembre se registran caídas en todas las categorías.
Los novillos mejores de exportación, que habían llegado a un promedio semanal de US$ 4,35 el kilo en 4ª balanza, con flete a cargo del frigorífico y a 45 días para el pago, cayeron hasta ahora a unos U$S 4,20, y la tendencia a la baja continúa. Las mejores vacas, que cotizaron hasta hace un par de semanas hasta US$ 4,20 el kilo, ahora difícilmente consigan llegar a US$ 4; otro tanto ocurre con las vaquillonas, que promediaron US$ 4,25 y ahora rondan los U$S 4,10, pero en todos los casos con flechas hacia abajo en los últimos negocios, según los operadores del mercado. En todas las descripciones de hacienda hubo valores superiores a lo informado en negocios por lotes especiales.
Los frigoríficos estiran los plazos de embarque, pasan precios menores y están consiguiendo los ganados que precisan. Para eso cuentan con la desmejora del panorama climático forrajero por la falta de agua, como veremos enseguida.
Los indicadores que elabora INAC todavía no registran la baja, y la última información proporcionada ubica el precio del novillo en torno a US$ 4,34 el kilo, la vaca 4,13 y la vaquillona en 4,28, en todos los casos a levantar y con 45 días para el pago, como se realizan la mayor parte de los negocios. La diferencia es porque INAC informa objetivamente los precios proporcionados por los frigoríficos luego de la faena, mientras los consignatarios informan sobre la marcha de los negocios que van acordando, que se concretan en embarques que pueden realizarse varios días después. En las próximas semanas, los indicadores de INAC irán recogiendo la tendencia declinante y ajustarán también a la baja.
El tiempo climático
Este factor es determinante para forjar las tendencias con que se mueve el mercado de haciendas. En el último año largo, desde la primavera de 2018, ha corrido a favor de la producción, con lluvias abundantes en los momentos clave, que favorecieron la abundancia de forraje de calidad en los campos naturales, en los sembrados, y en los cultivos comerciales (que aportan productos para la suplementación de los ganados), en todo el territorio nacional. Este estado de cosas ambientó una buena temporada de entore, la preparación correcta de los lotes de embarque, así como el desarrollo de las categorías en crecimiento. Adicionalmente, la disponibilidad de forraje permitió a los tenedores de ganado gordo negociar las ventas con mayor fuerza frente a los frigoríficos, por poder retener en los campos por más tiempo a los ganados preparados.
Este viento a favor parece haber cambiado de dirección; en el último mes las lluvias han estado fallando y escasea el agua en los suelos de gran parte del territorio, con el consiguiente impacto en las pasturas y atrasando las siembras de la temporada. La primavera había arrancado tarde – hubo fríos, y hasta heladas tardías que demoraron la emergencia y crecimiento de pastos y cultivos -, pero tuvo luego un gran empuje, lo que explica los buenos rendimientos de los cultivos de invierno y las voluminosas cosechas de forraje para reserva que se realizaron.
Ahora, el panorama es diferente: los pronósticos de lluvia erran un día tras otro, anunciando tormentas que no se concretan y quedan en míseras lloviznas aisladas. Los pronósticos de corto plazo de Inumet incluso difieren de los que se realizan para un período de 10 días, demostrando la dificultad de anticipación confiable que existe en el escenario actual.
El dólar no muestra señales de retomar la senda de recuperación que permita alentar expectativas de reducir el atraso cambiario acumulado en varios años
Entretanto, los campos “se han ido”, por efecto de la baja humedad, vientos fuertes y soles intensos de las últimas semanas. La situación todavía no es grave, pero el fantasma temible de la seca recorre otra vez la campaña.
Sin embargo, gracias a los esfuerzos y avances tecnológicos incorporados a lo largo de toda la cadena, las secas ya no son lo que eran; el uso ampliamente difundido de la suplementación defiende la vida, el estado de los animales y su desempeño reproductivo, así como el desarrollo de mecanismos comerciales aceitados permite contar con mercados y precios razonables para todas las categorías de hacienda en todo el país en todo momento, independientemente de las condiciones climático forrajeras reinantes: los ganados se pueden vender más baratos, pero no a precio vil, como era tradicional en las secas.
No obstante, la escasez de agua y pasto fuerzan la extracción acelerada de los ganados más o menos terminados y el ganadero pierde fuerza en la negociación con los frigoríficos, de modo que puede esperarse una baja de cierta entidad en las cotizaciones de compraventa.
Los ganados para el campo, con alguna variante, terminan recogiendo la tendencia y también bajan los precios, que habían tocado límites desconocidos en las ventas de los últimos meses.
El dólar
Otro factor que en los últimos meses, particularmente desde mediados de marzo pasado, había operado a favor de la cadena cárnica, como es la lenta pero sostenida suba del tipo de cambio, ha perdido intensidad, se ha trancado. El dólar se mueve con oscilaciones apenas por encima de los $ 37 desde hace dos meses y no muestra señales de retomar la senda de recuperación que permita alentar expectativas de reducir el atraso cambiario acumulado en varios años.
En síntesis
La situación actual dista de ser catastrófica, pero se prenden luces de advertencia que imponen a la ganadería tomar todas las previsiones posibles.
La carne exportada se mantiene en valores muy altos, los más elevados de la historia para Uruguay, aunque hay señales recientes de cierto aflojamiento.
Los ganados siguen cotizando por encima de los últimos años a esta altura del ejercicio, pero vienen bajando en cada jornada y ese movimiento no ha finalizado. Las categorías de reposición y cría habrán de acompañar, más tarde o más temprano, esa tendencia.
El dólar ha recuperado algo de valor en este año y actualmente se cotiza 17 % por encima del promedio de diciembre del año anterior, con una inflación de 8,4 % acumulada en 12 meses a noviembre, pero hace dos meses que está prácticamente estancado.
Por último, la situación climática ha empeorado para la producción forrajera y genera temores fundados de que se plante una seca, y aunque hay herramientas disponibles para atenuar los peores perjuicios, hay daños inevitables que habrá que asumir si efectivamente se concretan los peores augurios.
Nota: Datos actualizados al domingo 8 de diciembre de 2019.
Menos dólares
Un ejercicio interesante es ponerle referencias reales a los datos reseñados: ¿cuánto se llegó a pagar un novillo y cuánto vale hoy? Un novillo de embarque de 500 kilos en pie, con un rendimiento carnicero de 54 %, o sea que da 270 kilos de carne en gancho, en 4ª balanza, a la entrada de la cámara de frío, con la mejor conformación y terminación adecuada, se llegó a pagar US$ 4,40 el kilo, US$ 1.188 por cabeza (precio bruto, hay que descontar luego comisiones, impuestos, y otras cargas para ver cuánto realmente percibe el productor, pero ese no es el tema de hoy). Ese mismo novillo hoy se paga US$ 4,20, 20 centavos menos por kilo, lo que equivale a US$ 1.134 por res. En tres semanas bajó 54 dólares por cabeza, o sea US$ 1.890 por camión que lleve 35 animales.