Las aves de corral concitan la atención de un numeroso público que en cada edición de la muestra agroindustrial más importante del país ve cómo evolucionan cada una de las razas presentadas. Una de ellas es la Orpington conocida por su tamaño mucho mayor que el resto de los animales.
Participar en la rutina de su madre en el medio rural entorno a las gallinas y demás animales domésticos fue el primer relacionamiento que Sergio Hernández tuvo con las aves de corral. Después de adulto y atraído por la raza Orpington en particular definió que también este rubro podría formar parte de su vida. Desde hace 9 años cría este tipo de aves de corral que combina con la raza Brahma perdiz en el departamento de Florida.
Desde hace nueve años ininterrumpidos participa en las exposiciones del Prado sumando importantes logros que tuvieron su punto más alto el año pasado cuando presentó el mejor ejemplar del evento. “La verdad que fue una alegría tremenda ganar” en la exposición más grande del país. Tras esos logros se le abrieron nuevas puertas y el interés de productores de diversas partes del país interesados en adquirir sus animales.
Cada una de sus participaciones es una posibilidad no solo para mostrar el trabajo de todo el año sino una oportunidad de ganar experiencia y conocimiento para mejorar los niveles de su cabaña. En Uruguay existe además de la Expo Prado en Montevideo las exposiciones de Paysandú, Salto y Melo que, aunque no son tan grandes y conocidas para el resto de la población, son espacios donde los criadores pueden exponer sus ejemplares e interrelacionarse.
El espejo de Argentina
Las cabañas argentinas son un espejo sobre el cual poder reflejarse. Es más, los reglamentos que dictaminan los requisitos para presentar animales en el Prado, son los establecidos en ese país. Hernández indicó que, aunque no ha podido participar en el vecino país con sus animales por las prohibiciones impuestas entre ambas naciones, sí ha tenido la oportunidad de conocer su producción y establecer contactos con los productores a la otra orilla del Río de la Plata. Porque “hacer amistades es lo mas lindo de esto” sentenció.
La preparación de los animales locales está muy presente entre los productores argentinos que participan en el Prado para ver y conocer los ejemplares que se presentan cada año. Para Hernández, eso es una muy buena noticia, porque no se está tan lejos de los niveles que los productores locales tienen como referencia para desarrollar su actividad.
El único rubro que permanece durante toda la actividad
Para los productores uruguayos los costos para presentar sus animales en la exposición agroindustrial más importante del país no es un impedimento. Aunque tiene su precio y hay que seguir rigurosamente todas las medidas sanitarias para proteger los animales, estos requisitos están a la altura de la actividad.
La exposición de aves de corral es el único rubro que permanece durante todos los días que funciona la actividad. Los funcionarios de la Asociación Rural de Uruguay son los encargados del cuidado y alimentación de los animales. De esta manera los cabañeros tienen la posibilidad de ingresarlos, retirarlos y participar en cualquiera de los días en que se desarrolla el evento.
Para la próxima edición está preparando varios animales, pero su mirada está puesta en un Orpington negro que está convencido tiene las características que busca el jurado argentino que evaluará la exposición. Se trata del mismo jurado que ya participó el año pasado y “ya más o menos uno sabe lo que le gusta” reflexionó el productor del departamento de Florida. Para preparar para el Prado el secreto es tener buena genética “y sacar un buen pollo de chiquito” con buen tamaño y teniendo presente que las plumas tienen que llegar lo más sanas posibles.
Genética y una alimentación adecuada
La preparación de los animales que se presentan en cada Prado se desarrolla en corrales individuales. Mientras que las reproductoras se crían en sociedad para luego elegir la que cree más conveniente para sacar animales de exposición. La alimentación es un factor clave para obtener buenos resultados. “Para sacarlos bien de abajo” una buena genética también es un factor determinante indicó el entrevistado. En sus primeros días de vida los pollos son alimentados con ración de inicio, mientras que durante la última etapa de desarrollo se elabora una combinación de maíz, trigo, ración de inicio y una pequeña dosis de ración de engorde. Todo el proceso desde el nacimiento hasta que el animal este pronto para ser expuesto lleva un año.
Por tratarse de animales de gran tamaño, las gallinas no sirven para madres entendiendo que su peso es un impedimento para el nidal. Por este motivo Hernández como el resto de los productores de esta raza desarrollan la reproducción bajo régimen de encubadoras. Además, explicó que “el animal al estar 21 días echado” pierde kilos, la principal característica de la raza. Un gallo de esta raza puede alanzar los 5 kilos de peso mientras que una gallina entre 3 y 4 kilos.
Grandes expectativas para este año
Sergio Hernández y su familia viven sobre la ruta 58 en el Paraje conocido como Palermo en el departamento de Florida. Con la llegada de una nueva edición del Prado, las expectativas van creciendo sobre todo teniendo en cuenta los logros obtenidos en los últimos años. Lejos de ser un rubro que esté en la órbita de los grandes medios ni del interés de los grandes productores, se trata de una actividad que se hace con mucha pasión. Reconoce que le hace falta promoción al rubro, pero también entiende que estas exposiciones son una puerta importante para que los uruguayos conozcan más sobre estos animales y sus razas.
Este año la gripe aviar fue todo un desafío para quienes desarrollan la cría de aves de corral. En su caso particular Hernández optó como había sido planteado por las autoridades proteger su cabaña con elementos anti pájaros que impidieras que la enfermedad alcanzara sus ejemplares.
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