Están dadas las condiciones para tener una buena primavera, pero sobre las espaldas de muchos productores pesa la mochila de los vencimientos. Se suma la caída del precio internacional de la leche y la baja en el precio que la industria paga a cada productor.
Los precios de los lácteos en Fonterra no dejan de bajar. La última licitación ubicó a la leche en polvo entera -producto con el cual se forma el precio al productor- en US$ 2.548 la tonelada, el valor más bajo en lo que va del año, luego de una serie de caídas que marcan una tendencia en descenso. Solo en las dos licitaciones de agosto el valor descendió 8% el martes primero y del 10,9% el martes 15.
Ante esa nueva realidad, el presidente de Conaprole, Gabriel Fernández, informó a los productores remitentes que se decidió corregir el precio a la baja en lo que reconoció “es una caída importante” del 15% los sólidos y se quita el 11% de bonificación estacional”.
Por tanto, el precio de Conaprole de agosto va a estar en los $ 13,80.
Agregó que, al 21 de agosto, el ingreso de leche a planta fue de 4,7 millones de litros, total que, comparado con igual período del año anterior, se ubica en un aumento del 2,39%.
Justino Zavala, productor con tambo en el departamento de Canelones, remitente de Conaprole desde hace 30 años, e integrante de la Comisión Directiva de la Agremiación de Tamberos de Canelones y del Consejo del Instituto Nacional de la Leche (Inale), dijo a La Mañana que en la lechería “tenemos dos posibilidades”: la de “mirar el vaso medio lleno o el vaso medio vacío”.
“El vaso medio lleno nos muestra que estamos entrando en una primavera que luce muy buena, con buen nivel de humedad en los suelos y no se espera que haya falta de precipitaciones”. La preocupación es que “tenemos poca pradera permanente”, sin embargo “los reigrases están muy bien, las avenas están terminando el ciclo de buena manera y se han podido hacer reservas”.
Por lo tanto, “el vaso medio lleno nos dice que estamos en un momento del año en el cual podemos producir y muy bien”, destacó.
“El medio vaso vacío es que de un día para el otro nos enteramos que la leche nuestra, vale un 22% menos y no sabemos si esa caída va ser el piso, porque ignoramos qué pasará en setiembre”. La información que nos llega desde el mercado internacional es que “está muy trancado” y eso repercute directamente sobre los ingresos del productor.
El problema no es solo el precio, sino que “tampoco hay negocios” a nivel mundial. Tenemos a China que “no está comprando prácticamente nada y a Fonterra que produce mucho”, y como no puede vender a China “sale a ofrecer su leche al mundo”. Ahí se genera otro tema que es la competencia con Uruguay dado que “hay mayor oferta en los lugares a los que nosotros vendemos, como Argelia, un país que se había convertido en una especie de válvula de escape de la producción de primavera, pero ahora Fonterra es un competidor muy fuerte desplazando a Conaprole de ese mercado”.
O sea que “estamos entrando a la primavera con stock reducido porque se pudo vender mucho a Brasil, pero sin un negocio claro a la vista y eso es un problema porque cuando el negocio está planteado se elabora la leche con las características que pide el cliente, y esa es una forma de vender mejor”, explicó.
Sobre China, Zavala especificó que “la caída de la demanda es de un 5% y ese es el mayor problema” que tiene el mercado. “Sin demanda la producción mundial no tiene salida”.
Se vienen tres meses fundamentales
Consultado hasta qué punto Uruguay puede soportar que el precio de la leche se deprima, Zavala dijo que el menor precio que recibe la industria “siempre se traslada al productor, de otra forma se funde”, y en el caso de los productores “volvemos al ejemplo del vaso” porque “ahora tenemos tres meses en los cuales vamos a producir a un costo mínimo gracias al pasto”.
Eso quiere decir que a las vacas “podemos darles 14 o 15 kilos de pasto de alta calidad, y complementar con algún concentrado energético como el maíz cuyo precio ha bajado sustancialmente. En esos tres meses podemos soportar esa baja de precios internacionales, lo no quiere decir que no tengamos problemas, los tenemos, pero no vamos a estar en una zona roja de producción”.
No obstante, está el problema financiero: “Para sobrevivir a la seca los productores usamos líneas de crédito que la industria nos facilitó, las vacas pudieron seguir produciendo y los litros producidos no cayeron. Eso fue posible porque se compró más concentrado, más ración, miles y miles de fardos para que las vacas pudieran comer. Todo eso se empieza a pagar ahora, entonces podemos soportar tres meses, pero tenemos la mochila de endeudamiento por la sequía que financieramente le va a pegar mucho a los tambos”.
Como forma de ayuda “se está tratando de llevar ese pago a un plazo mayor”. Los vencimientos de agosto Conaprole los pasó para enero evitando que la granada nos explotara en las manos”, graficó. “Es una forma de ganar tiempo”, pero esa solución implica el problema de que “enero es un mes difícil” para el productor.
“También son meses donde se invierte mucho dinero porque hay que sembrar, hay que recomponer la base de la pradera permanente, hay que plantar alfalfa, cultivos para reservas como maíz y sorgo, todo eso hay que hacerlo” y en ese sentido “es fundamental que el precio internacional de la leche entera en polvo no siga bajando” porque el valor a US$ 2.400 o US$ 2.500 la tonelada “no es soportable para nadie que quiera producir”.
A su vez, el mercado internacional presenta otra arista, y es que con esos precios malos “seguramente va a condicionar la producción de otros, como Estados Unidos y Europa, que no van a querer vender a esos precios y cabe esperar que bajen la producción”.
Baja en los costos
El maíz bajó en un 30% al pasar de US$ 400 a US$ 270 que es el precio en que está ahora. También “bajaron los fertilizantes, desde el pico de casi US$ 1.000 pasaron a US$ 500 con una caída de casi un 50%”. En energía eléctrica “se va a mantener el descuento a los productores o sea que ahí también tenemos una posibilidad de evitar el aumento de costos”; “las semillas aún no están facturadas en Prolesa pero nos han informado que se mantuvieron al mismo precio”, comentó Zavala.
Con esas variaciones en los precios de costos es que, si en los próximos meses tenemos un clima correcto, “tenemos una oportunidad de mantener el negocio en condiciones”. El desafío pasa por los precios internacionales que no podemos manejar y por “solucionar los problemas financieros” de los tambos.
La estructura de cosos anual es de 50% de pasto, 20% de reserva y 30% de concentrados, pero ahora “nadie da reserva, salvo aquel que por sus características de producción no tiene más remedio, pero son casos particulares, en general hoy la reserva pasa a ser cero y se sustituye por pasto que tiene que ser entre el 60 y 70% de la dieta, y 30% de concentrados. Por tanto, a una vaca que consuma 20 kilos de materia seca, vamos a tratar de darle 16 kilos de pasto y 4 kilos de concentrado”.
“A eso tenemos que apuntar: que las vacas coman mucho pasto, que lo cosechen directamente así bajamos costos, luego lo complementemos con maíz molido”.
Otro costo que bajó fue el de los fertilizantes.
Cada vez somos menos
Sobre la presencia del sector lechero en la Expo Prado, Zavala dijo que “las principales razas van a estar, Normando, Jersey y Holando, y que habrá actividades específicas del rubro más alguna jornada dedicada al sector”.
Se está pasando por un momento de dificultad, pero no con la gravedad de hace algunos años cuando se concurría al Prado con cartelería como forma de denunciar la crisis. “Hoy estamos muy lejos de aquella situación”, aunque “seguimos perdiendo tamberos y cada vez somos menos, y si la producción se mantiene es porque hay una concentración muy importante”, es lo que explica que se mantengan los litros de leche con menos tambos.
Esos productores que cierran sus tambos tiene dos opciones: “La gran mayoría cambia de rubro agropecuario, se pasan a la ganadería o la agricultura, pero los más veteranos salen del agro”. De éstos últimos, “el que tiene campo lo arrienda o lo vende, pero somos un sector con el 50% de campos arrendados”, precisó.
Vamos a necesitar del apoyo de la cooperativa y del BROU
Justino Zavala, productor con tambo en Canelones y gremialista de amplia experiencia, dijo a La Mañana que “desde el punto de vista comercial las perspectivas del sector lechero son muy complicadas”, porque “estamos en una zona de turbulencia fuerte” y de incertidumbre porque no tenemos claro qué va a pasar en el futuro inmediato, no sabemos si se va a poder vender ni cuál va a ser el precio de esas ventas”.
“Lo que tenemos a favor son los meses de la primavera”, un tiempo precioso que “debemos aprovechar para ajustar todos los números, ajustar todas las prácticas, utilizar todo el pasto posible y solucionar el tema financiero, que obviamente no depende solo de los productores, sino que vamos a precisar apoyo de la cooperativa y eventualmente del BROU.
La mayor deuda es con el BROU porque “los privados tienen muy poco peso en el financiamiento, salvo en temas puntuales como compra de ganado en remates o maquinaria. El gran financiador es el BROU”, sostuvo. Asimismo, “no todos los productores participan ya que la mayoría se financia por las líneas que ofrece la cooperativa con capital propio”.
Paralelamente “Conaprole está tratando de generar una línea de crédito en el BROU, que de alguna forma la intermedie la cooperativa y todo se haga a través de ella. Así lo que se vencía a partir de agosto pase a vencerse en tres años”. Son opciones que se manejan y en las cuales se está trabajando, pero siempre se llega a lo mismo, “para poder pagar se debe ser rentable y en eso el precio de la leche es clave”.
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