El Centro Horizonte lanza su campaña para recaudar fondos para construir un nuevo edificio adaptado a los requerimientos de los 100 chicos con parálisis cerebral que atiende. Con una lista de espera en crecimiento, el Centro proyecta contar con una mayor cobertura en un nuevo espacio en Av. Millán y Cno. Castro.
La Escuela Horizonte nació en 1962 con el fin de brindar educación a niños con parálisis cerebral. Con el pasar de los años obtuvo apoyo público y estableció convenios con INAU en 1991 y 1998 para programas de atención parcial y tiempo completo. En 2020 se modernizó con un enfoque reflexivo y de interacción, y su nombre pasó a ser Centro.
Este cambio reafirmó el compromiso del Centro con el tratamiento y desarrollo de personas con parálisis cerebral, y también lo posicionó como líder en la promoción de la integración social y la innovación en este campo. Lo que no ha cambiado desde 1962 es la casona donde se lleva a cabo la atención de 40 personas con tiempo completo y la escuela a la que van 60 niños, niñas y adolescentes, en Av. Agraciada y Enrique Turini.
Mientras tanto, sigue aumentando la lista de espera para la escuela y para el ingreso de tiempo completo, así como la necesidad de contar con un espacio mayormente adaptado a los requerimientos para el cuidado y el traslado de personas en silla de ruedas las 24 horas.
Quienes se atienden en tiempo completo en el Centro son, fundamentalmente, quitas judiciales, abandonos familiares y algunos que están desde hace mucho tiempo y las familias colaboran con una mensualidad, pero son muy pocos casos, uno de ellos tiene 71 años y un par que rondan los 40 años.
De ellos, 14 están en una situación delicada y se ubican en una especie de CTI pequeño donde cuentan con atención permanente de enfermeros. Son oxigenodependientes, comen por botón gástrico, convulsionan, entre otras cosas. Se les brinda cuidados paliativos.
Por otra parte, se atiende en la escuela a 60 menores, también con parálisis cerebral, pero tienen familia y viven en su casa. Cuentan con un servicio de camioneta que diariamente los pasa a buscar y traslada a la escuela. Allí hacen fisioterapia, talleres de vida cotidiana, corporal, expresión, narración, almuerzan y luego se los lleva al domicilio.
Esta modalidad es hasta los 18 años. “Se hace solo hasta esa edad porque el Centro Horizonte tiene una lista de espera muy grande y la capacidad es limitada, por eso estamos intentando hacer un nuevo edificio, con más capacidades y acorde a la situación de discapacidad que tienen”, dijo en diálogo con La Mañana el presidente del Centro, Ramón Bonilla.
El sueño que mejorará la calidad de vida
Como se comentó anteriormente, desde que se fundó, el Centro Horizonte está instalado en la misma casa. Esta se modificó en varias oportunidades, pero aún no es lo ideal; los corredores no tienen el ancho propicio para el traslado de chicos en sillas de ruedas, además hay escaleras, las que se han hecho pendientes para que pasen las sillas. Al mismo tiempo, Bonilla indicó que ayudaría contar con un área verde.
Hace dos años les condonaron un terreno en Av. Millán y Camino Castro, de unos 3600 metros que permitiría tener un centro adaptado a la discapacidad con un 20% de ampliación. “Empezamos a soñar, a pedir ayuda, hicimos un proyecto para bajarlo a tierra y estamos intentando, a través del lanzamiento de una campaña que llevaremos adelante hoy 6/9 en la sala Idea Vilariño de Antel, que, a través de la solidaridad del pueblo uruguayo, de las empresas y las autoridades nacionales, podamos cristalizar el proyecto”.
El plan es contar con un lugar de pasillos amplios, luminosidad y un área verde. Además, la parálisis cerebral conlleva un trastorno respiratorio que implica un acondicionamiento de todos los ambientes para mantener permanentemente una temperatura adecuada. “Creemos y estamos convencidos de que en un nuevo lugar tendrán una mejor calidad de vida”, expresó el entrevistado.
La casona actual cuenta con una especie de gimnasio y una piscina pequeña que ayuda a los chicos. “A pesar de ser chica nos da un gasto muy grande porque, más allá del presupuesto del Centro, hay tres patas de gastos fijos que son la electricidad, el agua y los pañales”, detalló Bonilla. Para calefaccionar diariamente los ambientes y la piscina, se utiliza la electricidad. Los chicos tienen botones gástricos, es necesario vaciarla y en la madrugada llenarla con agua caliente. Esto genera un gasto, entre luz y agua, de $200.000 mensuales. Por otro lado, en pañales se gastan un $175.000 mensuales.
“Más allá de que estas cifras no se podrán bajar, porque los chicos lo necesitan, al tener mayores comodidades podemos bajar otros rubros que utilizamos para calefaccionar habitaciones, por ejemplo”, indicó el presidente.
“Los chicos no pueden pedir nada, ellos solamente a través de los médicos y técnicos que trabajan se expresan y se conectan, se manifiestan mediante la sonrisa, gritos y llantos, por eso los que explicamos lo que ellos necesitan somos nosotros”, agregó.
Vocación y conexión
Esta discapacidad no es hereditaria, es una situación que se puede producir en el momento del parto a cualquier persona, e incluso producirse debido a accidentes. El Centro recibe todos los casos, con el equipo técnico se busca dar apoyo y, en la medida de lo posible, rehabilitar y que puedan enfrentar la vida, ayudándolos a comer e higienizarse, entre otras cosas.
Como las discapacidades no son todas iguales, en la escuela hay salones de clase en los que conviven menores hasta los 18 años, pero agrupados según el tipo de problemática y no según la edad. “Hay una magia de los técnicos y educadores con los chicos que solo puede verse cuando se los mira trabajar, cuando va una visita a la escuela les sugiero que observen la química que tienen. Esa es la única forma de que el trabajo se pueda llevar adelante, con vocación y amor”, aseguró Bonilla.
En el hogar los funcionarios se organizan en cuatro turnos de 6 horas y la escuela funciona hasta las 14 horas. “Tenemos 87 funcionarios, y hay muchos colaboradores, por ejemplo, estudiantes que van con sus profesores a aprender y son de mucha ayuda”, comentó el entrevistado.
De puertas abiertas
El Centro Horizonte cuenta con la ayuda de los gobiernos desde 1962, “pero, lamentablemente, hoy tenemos un déficit mensual de $175.000 que lo vamos licuando porque el esfuerzo de la comisión directiva –que es honoraria–, y a través de distintas ayudas de empresas, avanzamos y podemos vivir y saber que al día siguiente continuaremos existiendo”, expuso Bonilla.
Indicó que los uruguayos son solidarios, así como las empresas, y que el dicho “que no sepa tu mano izquierda lo que da tu mano derecha”, lo han comprobado. “Ahora con vista a un nuevo edificio, pero antes con vista a arreglar la piscina o la cocina, solicitábamos la colaboración y se lograba”, detalló. “A veces no tenemos prensa ni el poder de mostrarnos a toda la sociedad, pero hoy nos estamos aggiornando, porque tenemos un salto importante para dar y por eso lanzaremos la campaña de colaboración, para que la ciudadanía vea el trabajo que se lleva adelante y que esa necesidad requiere un nuevo Centro que nos costará un esfuerzo muy importante”, subrayó.
En octubre de 2022 recibieron la visita del presidente Luis Lacalle Pou y en esa instancia contaban con un anteproyecto. Marcaron lo que se necesitaban, cómo debían ser las instalaciones y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas lo llevó adelante y elaboró un proyecto en combinación con los técnicos. “Es lo que vamos a mostrar ahora para tratar de aterrizarlo”, explicó Bonilla.
Ese proyecto está tasado por el MTOP en US$ 3 millones. “Nosotros lo único que tenemos hoy es la propiedad en Av. Agraciada y algunos ahorros que hemos ido haciendo para cuando llegan los compromisos económicos como salarios vacacionales, aguinaldos y otras cosas”, sostuvo el entrevistado.
Otra de las patas por las que el nuevo centro podría ser de beneficio es que en la casa actual el mantenimiento es costoso debido a que al ser antigua tiene pérdidas en los techos, humedad en las paredes y eso afecta la salud de los chicos por lo que implica un trabajo y gasto constante. “Queremos ayudar a los chicos que no pidieron vivir así y alargar el tiempo para tenerlos con nosotros”, puntualizó el presidente del Centro Horizonte.
El Centro tiene sus puertas abiertas durante todo el día para que cualquier interesado pueda conocer el trabajo que se realiza en el lugar.
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