En esta primera entrega de las investigaciones realizadas por La Mañana, entrevistamos a un experto en derecho penal brasileño que nos explica las conexiones de esta red de corrupción en Uruguay.
Las autoridades judiciales brasileñas han identificado a los actores uruguayos más relevantes y cómo estos participaron en las actividades delictivas comúnmente asociadas a la “Operación Lava Jato”. Estos individuos no solo asistieron en el lavado de dinero procedente de la corrupción, sino que llegaron a asesorar a prófugos de la justicia brasileña sobre la conveniencia o no de negociar con las autoridades norteñas.
¿Por qué Uruguay? Sencillamente porque en los últimos cincuenta años se desarrollaron en nuestro país redes de negocios financieros que -adaptándose a las necesidades de los tiempos y los sucesivos cambios regulatorios- se fueron ingeniando para asistir a “clientes” que requerían cobertura y protección para el dinero originado en actividades turbias, y por lo visto, algunas claramente ilícitas.
Durante décadas Uruguay ofreció un ámbito ideal para este tipo de actividades. “Incrustado entre dos gigantes, Argentina y Brasil”, como dice Daniel Hendler en la película Así habló el cambista. Con muchas conexiones terrestres, marítimas y aéreas, Uruguay se encontraba bien ubicado para actuar como base para estas actividades. La libertad cambiaria, el libre movimiento de capitales y una extendida industria bancaria contribuyeron también a su crecimiento.
Es así que hace años un conocido grupo financiero se asoció en el negocio de cambios en Paraguay con el Gral. Andrés Rodríguez, quien derrocara al Gral. Stroessner. El negocio se llamaba Guaraní Cambios, y trabajaba en coordinación con casas de cambio que el grupo poseía en Argentina, Brasil y Uruguay.
Por lo tanto, no resulta tan llamativo que en el capítulo Uruguay del Lava Jato aparezcan actores que en su momento desarrollaron actividades en ese grupo bancario y cambiario. La pista que llevó a la justicia brasileña a poner su mira en Uruguay fue la compra en 2008 de un apartamento en Rio de Janeiro por parte del exdirector del área internacional de Petrobras, Nestor Cerveró, quien lo puso a nombre de una empresa uruguaya llamada Jolmey S.A. Según figura en el libro “Sergio Moro, Herói do Brasil”, esta sociedad fue constituida por el propio Cerveró y el abogado uruguayo Oscar Algorta, asesor del diario El Observador, y según surge de los Panama Papers, socio de Ricardo Peirano en varias de sus sociedades panameñas.
El eslabón uruguayo del Lava Jato fue expuesto por la prensa brasileña a principios de 2017. Por esos días, los medios de prensa norteños destacaban la colaboración de las autoridades uruguayas en la causa, particularmente del Dr. Carlos Díaz, Director de Senaclaft. En efecto, el Fiscal Sergio Moro cifraba grandes expectativas en la información que esperaba recibir de Díaz, quien poco tiempo después apareció ahogado en la piscina de su casa en Punta del Este.
La persona clave en la trama parecería ser el brasileño Dario Messer, conocido como el “doleiro dos doleiros” (cambista de los cambistas). Las delaciones premiadas de los diferentes eslabones en esta red delictiva condujeron a este personaje, que posee importantes vínculos en Paraguay, país que lo albergó mientras estuvo prófugo de la justicia. Según surge de la información brasileña, Algorta sería la “pata uruguaya” de la organización montada por Messer, quien fue apresado en un apartamento de San Pablo a fines de julio.
Se calcula que la red de Messer lavó más de 1.600 millones de dólares, presumiblemente con la asistencia de alguna o varias de las personas mencionadas en la investigación.
Desde el inicio del 2017, Messer aparentemente contemplaba la posibilidad de acogerse al sistema de delación premiada, cuando los nombres de dos de sus colaboradores ya habían sido revelados en la investigación del caso Odebrecht. Incluso llegaron a discutir entre los tres el beneficio de una delación premiada conjunta. Pero según informa Folha de Sao Paulo, fue el propio Algorta quien sugirió a Messer no acogerse a la delación, y que se venga a vivir a Uruguay, donde le “garantizaba” que la justicia no lo podría alcanzar.
La justicia de Brasil tiene gran expectativa acerca de la información que pueda aportar Messer, dado que lo sindican como el vértice de la operación de corrupción. Probablemente la información que surja de Brasil permitirá continuar en Uruguay con la vía de investigación iniciada por el fallecido Dr. Carlos Díaz.
Esto es algo que con seguridad traerá importantes consecuencias a Uruguay. Ahí sí va a comenzar a correr el velo a los misteriosos emprendimientos que a pesar de ser deficitarios, aparentan gozar de buena salud.
Dr. Fernando Afonso Fernández:
“Lava Jato es el mayor escándalo de corrupción en la historia de la región”
En entrevista con La Mañana el Dr. Fernando Francisco Afonso Fernández dijo que el Lava Jato “es el mayor escándalo de corrupción de la región en toda la historia. No hay nada con esta magnitud desde el punto de vista de la cantidad de las personas involucradas, como de los valores que se han desviado de los recursos públicos”, y que las acciones judiciales “no han parado y nos acompañan permanentemente. Por ejemplo, decretaron la prisión del exgobernador de Pernambuco y están investigando también al actual gobernador de ese Estado”.
El profesional expresó que “hay varios ciudadanos uruguayos que si viajan a Brasil van a la cárcel” porque el país vecino solicitó a Uruguay su extradición, pero ésta fue negada y “eso no quiere decir que si la justicia brasileña tuviera la posibilidad no los enviaría presos”. “Son ocho o diez personas, pero pienso que van a aparecer más” en la lista “porque ahora están haciendo investigaciones más profundas”, señaló.
Afonso explicó que las normas jurídicas de Uruguay fueron aprovechadas por los denominados “doleiros”. Estas son personas que negocian dólares de manera informal, los que actuaron en Uruguay facilitando “el tipo de transferencia de valores a cuentas en el exterior y en Uruguay”. Algunas de esas personas fueron identificadas y “el gobierno uruguayo les negó la extradición” porque estamos ante conductas que “son crímenes en Brasil pero no en Uruguay, y debería ser una figura antijurídica en las dos naciones” para que la nación que pide la extradición reciba una respuesta positiva.
“En cierto aspecto Uruguay era un paraíso fiscal que estaba acá al lado de Brasil”, un destino que era “fácil de llevar valores en valijas o lo que fuera y siempre tuvo esas conexiones en cantidades menores y lícitas”. Pero “se establecieron en Brasil diferentes empresas para hacer negocios lícitos y otros no tan lícitos. Todas esas conexiones se utilizaron para llevar dinero fuera del país y ese transporte de dinero por tratados y acuerdos internacionales se trasformó en lavado de activos y en situaciones criminales”.
Esa práctica ahora convertida en delito “no paró” con la misma rapidez con que avanzó la ley y hubo quienes continuaron con esta práctica que ahora está fuera de las normas; tal es el caso del mayor de los doleiros, Darío Messer, “el doleiro mayorista, el más fuerte de Brasil a través del cual se mandaban fortunas al exterior”.
Este año Darío Messer fue detenido en Sao Paulo bajo el operativo Rock City. Sin embargo, el Dr. Afonso opina que la red de Messer “sigue funcionando con los moldes con que siempre funcionó”, aunque ahora “en pequeñas cantidades, no con esas fortunas que superan los miles de millones de dólares, un valor que asusta”.
Respecto a cómo nuestro país ha manejado el eslabón de Lava Jato en Uruguay, el profesional recordó un comentario de las autoridades brasileñas que “insinúan no entender cómo las autoridades de Uruguay no detectaron esas actividades. Me parece que son claros en lo que dicen”, sugirió.
Se abre la investigación sobre el banco de fomento BNDES
Aunque mucho ha salido a luz, las investigaciones continúan y se abrió un nuevo capítulo con las investigaciones “en el BNDES que es el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social, un banco de fomento”.
“El Partido de los Trabajadores (PT) le prestó varios miles de millones de dólares a países que (hoy) no están pagando a Brasil: Venezuela, Cuba, Bolivia, países africanos, etc.”. Le prestó a países con los que tenía alguna afinidad ideológica, aseguró el Dr. Afonso Fernández.
“También le prestó a países con elecciones regulares como Argentina y Uruguay”. Este último está cumpliendo con su compromiso pero hay otras naciones que no lo están haciendo, “y la garantía que recibió el BNDES fue el tesoro nacional brasileño. Brasil presta y la garantía es Brasil”, precisó.
Lo que sucedió es que “el banco no podía prestar sin aval, y el aval de todos esos países a los que le prestó Brasil es el propio Brasil a través de un Banco Central sin independencia”.
Además “a través de la colaboración premiada, el exministro de Economía de Lula y Dilma, Antonio Palocci, alertó sobre una serie de situaciones que surgen del Lava Jato, que afectan los cofres públicos, y el vínculo específico de esto es la Odebrecht”.
“La empresa construía” en los países involucrados “y participaba de las licitaciones ya con el préstamo aprobado por el BNDES con la garantía del tesoro brasileño, y esa es la estructura que habían montado con los desvíos a otros países”, explicó.
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