Siendo muy joven e impulsado nada más y nada menos que por Enno Wenckebach, Diego Riccetto descubrió que su futuro estaba con las ovejas Texel. Allí puso todo su empeño y esfuerzo, y contó con el apoyo de su abuelo que supo ver en él al emprendedor que es.
Este año, la cabaña Don Amílcar, ubicada en la Laguna del Negro a 20 km de Fraile Muerto, Cerro Largo, cumple 25 años concurriendo a la Expo Prado, y lo hará con 4 ejemplares hembras y 2 machos de la raza Texel.
Diego Riccetto, titular de Don Amílcar, cabaña cuyo nombre homenajea a su abuelo y padre, definió su actividad productiva de la siguiente forma: “Criar ovejas es primero una pasión, segundo es un negocio, y en tercer lugar le fuimos sumando la familia que es fundamental y que se ha incorporado toda, porque vivimos pendientes de la oveja. Para nosotros, más allá de todas las virtudes que tiene como raza carnicera, Texel es nuestra vida”.
Y cuando llega setiembre y con él la exposición, “en la familia todos sabemos bien el detalle de lo que sucederá, sabemos cuál es la fecha de ingreso y qué debemos hacer cada día”, expresó, incluso los más pequeños y jóvenes de la familia, cuyas edades van de los 8 a los 17 años.
Cada uno tiene su responsabilidad: “Alimentar los animales, sacarlos a pasear, en fin, todas las tareas, porque es algo que le fuimos inculcando y a ellos les encanta”.
Este año la cabaña Don Amílcar tiene la particularidad de cumplir 25 años concurriendo a la Expo Prado. “El establecimiento comenzó a trabajar con la raza Texel en 1993, empezamos siendo criadores, y en 1996 comenzamos con el plantel y ese año fuimos por primera vez al Prado”. En todo ese tiempo “solo faltamos al Prado en tres años, y este año cumplimos con nuestro Prado 25”, expresó Riccetto.
Recordó que su abuelo y su padre “siempre se dedicaron a la Corriedale”, pero cuando “tenía 18 años empecé a buscar qué otra cosa nueva podía hacer y resultó que cada vez que iba al Prado siempre caía en el mismo lugar, en el galpón donde estaban los ovinos Texel, mirando y admirando los animales de Enno Wenckebach que fue quien introdujo la raza y cada año participaba de la Expo Prado”.
En esas jornadas “me quedaba horas charlando con Enno, un holandés muy abierto, y gracias a él desperté el placer por esas ovejas, comenzando a leer mucho sobre ellas. Eso se lo comenté a mi abuelo a quien le pedí para hacer un cruzamiento en 1993, lo hicimos y quedamos maravillados con los resultados”.
Entusiasmo y sello de referencia inconfundible
Con ese entusiasmo inicial y que aún se mantiene y transmite en cada palabra, Riccetto compró, en 1994, “dos ovejas y el carnero que Enno había llevado al Prado y desde ahí comienzo el plantel”.
Poco después, “con motivo de los 25 años de la Texel en Uruguay, Enno me llama y me plantea concurrir al Prado, me convence y desde 1996 no he dejado de ir, comenzando un proceso de consolidación como cabaña. Hoy somos de las cabañas más viejas, que exportamos a la región y aunque no seamos de las más laureadas también es cierto que tenemos muchos grandes campeones manteniendo una línea y un tipo de animales que nos identifica”.
“Hoy Don Amílcar va a una exposición y si no me ven a mí, los que conocen la raza saben y dicen ‘ese bicho es de Don Amílcar’, porque mantenemos el tipo de animal que generamos, y que es un animal lindo de ver, estético, además de productivo, que siempre genera mucha puja”.
En resumen, “estamos contentos con lo que hacemos, pero también porque la gente para la que trabajamos acepta nuestros animales y el resultado de nuestro esfuerzo. Es la unión de lo útil con lo agradable”, subrayó.
Reconversión productiva
Actualmente Uruguay tiene más de 150 cabañas Texel lo que es bueno para una raza en expansión, pero que genera “mucha competencia en la venta de carneros”. Por eso “decidimos no tener un plantel de venta de reproductores por extensión sino por calidad”, dijo Diego Riccetto. “Vendemos menos animales, pero con mayor calidad. Y mientras no haya un cambio en las condiciones y la realidad del país, que en mi opinión estamos mal enfocados y atrasados, lo que hacemos es vender genética de punta”, entregando esos animales “a las mejores cabañas de Uruguay, Argentina y Paraguay”.
Consultado sobre la presencia de la raza en el Prado, Riccetto dijo no tener el número de ejemplares inscriptos, pero que se puede esperar una muy buen a presencia porque “desde hace muchos años es la primera raza”, así que “si no somos la primera vamos a estar entre las de mayor cantidad”.
Otro detalle es “la abrumadora diferencia entre las razas carniceras y las razas de lana”: dos o tres razas carniceras, entre ellas la Texel, se dividen el 70% de ovinos presente en el Prado.
En ese sentido, Riccetto planteó la necesidad de que las instituciones planteen una reconversión productiva pasando de la lana a la carne, algo que “hace años hicieron Australia y Nueva Zelanda” que además redujeron el número de ovinos, sin embargo “producen más corderos”, lo que se explica por “la prolificidad y la eficiencia”, mientras que en Uruguay seguimos pensando en cruzamientos de razas de lanas medias.
Crece el número de productores de carne
Por otra parte, no se puede negar la cantidad de emprendimientos con razas carniceras que hay al sur del río Negro: “Nos sorprendería si hiciéramos un censo ovino, por el crecimiento de las razas carniceras que es abrumador, en Canelones, San José, Colonia, Florida, Maldonado, Lavalleja, son todos pequeños productores con pequeños predios en los que lo único que les da rentabilidad es el ovino de carne”, comentó el cabañero.
Con esa realidad “Uruguay debe expandir la producción de carne realmente eficiente para poder competir con Australia y Nueva Zelanda en los mercados de poder adquisitivo. En el mundo solo hay unos pocos países productores de carne, y si nosotros pudiéramos llegar a exportar un millón de corderos, cambiarían totalmente los números”.
Para llegar a esa meta de un millón de corderos “Uruguay tiene todo: la gente, las razas, los campos, el clima, pero nos falta la decisión de decir ‘vamos por este camino’, nos falta expansión, nos faltan las instituciones que tienen que dar un mensaje acorde y no el mensaje erróneo de ahora. Y todo esto debería ser política de Estado porque favorece a todos los pequeños productores que no tienen mayores opciones que el producir ovejas”.
Además, concluyó, “la oveja es una solución económica y social para las familias y como tal debería ser considerada”.
Programa Texel en el Prado
Los ejemplares Texel, una de las principales razas carniceras del país, llegarán a la Expo Prado el jueves 7, fecha en que se realizará el ingreso desde las 07.00 horas. Al día siguiente, el viernes 8, también desde las 07.00 horas, se realizarán las mediciones y ecografías.
El sábado 9, comienza lo que más atrae el público en general, la jura. Desde las 09.00 horas será la jura Puros de Origen y a partir de las 14.00 horas los ejemplares Pedigrí.
A las 19.30 horas se entregarán los premios y se realizará el cuarto Remate Texel de Etiquetas, hembra PI.
La salida de los animales está programa para el martes 12 desde horas de la mañana.
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