Luego de haber atravesado uno de los mejores años de la historia, el agro debió enfrentar una serie de problemas dados por un contexto económico mundial complejo, pero también por importantes dificultades climáticas. De todas maneras, pese a los desafíos que esto ha implicado, el BROU logró estar a la altura de las circunstancias brindando el “oxígeno inmediato” que el rubro necesitaba, a través de diversas soluciones destinadas a las distintas actividades. “El banco está firme para seguir siendo el socio que el sector requiere”, remarcó a La Mañana su presidente, Salvador Ferrer.
El año pasado se llevó adelante la Expo Prado luego de una cosecha con precios récord, pero ahora se dio la situación contraria. ¿Cómo evalúa en ese sentido la realidad actual del sector agropecuario?
Es parte de los desafíos de la producción a cielo abierto. Después de lo que quizás haya sido el mejor año en la historia para el sector agropecuario, tuvo que enfrentar un conjunto de dificultades que comenzaron a verse en el segundo semestre del año pasado, pero se exacerbaron en el primer semestre de este año. El escenario externo era mucho menos alentador, con precios de commodities que revirtieron el ciclo alcista, dificultades internas dadas por temas de competitividad y altos costos, y para rematar hubo que hacerle frente a una de las peores secas de la historia.
Pese a todo esto, no somos pesimistas, el sector agropecuario es resiliente por naturaleza, y con los apoyos necesarios está siempre pronto para ir por la revancha. Hemos intentado ser un buen socio del sector, en las buenas, pero mucho más en las malas, y los números respecto a la expansión del crédito en el sector confirman esas intenciones. Lo que venimos viendo en base a los apoyos otorgados en materia de financiamiento es que la enorme mayoría de los productores mantienen su categoría de riesgo, lo que no es un aspecto menor en un entorno tan complejo. En síntesis, el escenario es muy desafiante, pero juntos lo podremos superar.
¿Qué asistencia requirió el sector de la agricultura? ¿Qué medidas tomó el banco?
El banco tuvo una rápida respuesta para el sector. La decisión desde el primer momento de otorgar prórrogas y diferimientos a los vencimientos del sector agropecuario representó una de las medidas más importantes porque fue ese oxígeno inmediato que se necesitaba. Esto se hizo de forma automática para todos aquellos deudores por montos menores a US$ 200.000 y sin costo para el deudor. Y también gestionamos ante el Banco Central la autorización para que estas prórrogas no afectaran la categoría de riesgo del deudor.
Por otra parte, dimos incrementos automáticos en las líneas de crédito de nuestros clientes para que pudieran hacer frente a necesidades excepcionales, promovimos soluciones para todo lo que tenía que ver con alumbramiento de agua, mejoramos las condiciones preexistentes para soluciones de riego, entre otras medidas.
Desde febrero estuvo disponible el SIGA para pymes agropecuarias y creemos que dio una muy buena respuesta para todo el sector. Fuimos un firme impulsor, haciéndonos cargo de la comisión por el uso de la garantía y ofreciendo una reducción en la tasa que implicaba ahorros superiores al 1% para nuestros clientes. En los hechos, se llevan desembolsados más de US$ 80.000 millones bajo este esquema por parte del sector bancario, en apoyo al sector agropecuario, en más de 1.300 créditos con montos promedio de US$ 60.000, correspondiéndole al banco casi la mitad de los créditos otorgados.
¿Qué medidas estructurales adoptó el banco para generar inversiones en riego, en pasturas, en bebederos y todo lo relativo a mejorar el ciclo hídrico en la explotación agropecuaria?
La emergencia agropecuaria por la seca nos ha recordado a todos la importancia de las soluciones de riego y la oportunidad que el país tiene para ir a más en materia de inversiones de riego. El BROU tiene una oferta de soluciones para proyectos de riego y agua. En particular, desde el año anterior veníamos insistiendo con la solución de “agua para tu parcela”. Entre lo que hemos hecho en estos últimos tiempos al respecto destacaría la extensión de plazos para el financiamiento de proyectos de riego. Así como tiempo atrás anunciamos plazos generosos para la compra de campo, lo que hicimos fue generar las mismas condiciones en cuanto a plazo para el riego, pensando que muchas veces el productor tiene la disyuntiva entre la compra de tierras adicionales o las mejoras e inversiones en las propias. El financiamiento para riego hasta 15 años es perfectamente viable.
¿Cuáles fueron las nuevas líneas destinadas al sector?
Cada tanto reformulamos alguna línea o ponemos foco más específico en algún tipo de solución, por detectar la necesidad en el mercado o por entender que existe una oportunidad. Es lo que ha pasado últimamente con temas de riego o con alternativas para el sector lechero. En materia de riego relanzamos, previo a la seca, “agua para tu parcela”, con el objetivo de potenciar las soluciones. También tenemos el “crédito para la expansión productiva del sector lechero”, que es una línea que correlaciona de forma inversa la evolución del precio de la leche con el pago del financiamiento por parte del productor, determinando un monto de litros de leche que son afectados al repago, que es lo que queda fijo, y ante la baja en el precio de la leche como sucede ahora, se alarga el período de repago del crédito.
Justamente, sobre la situación de la lechería, ¿cómo la evalúa y cuáles van a ser los impactos de la baja del precio a los productores?
Es un sector que viene atravesando una situación compleja, donde el exportador está recibiendo precios internacionales muy por debajo de lo que supimos tener, y eso repercute en toda la cadena de producción. Los productores tuvieron que hacer un esfuerzo grande para mantener la actividad y la producción ante la seca, lo que se logró en buena medida en base a mayor endeudamiento. Y esto en la coyuntura actual es una preocupación. Tenemos un diálogo permanente con el rubro, que es uno de los que más nos preocupa. Estamos manejando la alternativa de refinanciar a plazo más largo, pero hay situaciones muy desiguales a nivel de productores y su capacidad o no de acceder al financiamiento. Estamos analizando caso a caso y trabajando en soportar a nivel de la industria, que ha dado sostén al productor.
¿Cuáles son las perspectivas para los cultivos de invierno?
Le dejaría eso a los especialistas. Lo que sí me interesa resaltar es lo que hemos venido haciendo para apoyar a todos los productores para que después de una desastrosa cosecha de verano pudieran ir por la revancha con los cultivos de invierno. Ofrecimos una refinanciación hasta en cuatro años del saldo que quedó de los préstamos para cultivos de verano, tanto para clientes como para no clientes que se interesen en acercarse al banco, además de financiar simultáneamente la siembra de invierno. Pero, conscientes de la baja penetración bancaria en la financiación de cultivos de forma directa, también pusimos a disposición de proveedores de insumos, por el saldo adeudado por productores, esta posibilidad de refinanciación. Hemos intentado cubrir todas las necesidades del sector.
¿Qué incidencia tiene el BROU en el sector agropecuario?
El BROU tiene por historia y mandato un peso muy relevante en el agro: representa el 40% del financiamiento bancario al sector, que viene teniendo un incremento importante en la demanda de crédito. La expansión del crédito al rubro fue de un 11% durante la emergencia agropecuaria. Y si miramos la perspectiva histórica reciente, el crédito total otorgado, que estuvo relativamente estancado entre 2014 y 2021 en el orden de los US$ 2400 millones, ha tenido un crecimiento relevante durante 2022 y 2023, llegando a los US$ 3600 millones. El banco está firme para seguir siendo el socio que el sector requiere.
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