Sr. Director:
Resulta muy sano de vez en cuando, olvidar el presente sobre la fuga de algún narco, los paros permanentes o los cotilleos políticos baratos y pensar en cosas más agradables y profundas. Claro, reconozco que no es muy atrayente ordenar una biblioteca en estado caótico pero he decidido hacerlo porque ya estaban conviviendo algunos libros para niños con obras sobre la Guerra Fría. En esa tarea estaba cuando me encontré con varios libros de don Carlos Manini Ríos, adquiridos hace muuuchos años, entre ellos la lamentablemente inconclusa Crónica Política del Uruguay Contemporáneo así como una obra de pequeño grosor, casi un librillo, que era el compendio escrito de una conferencia en el Instituto Histórico, llamado El Juicio de los Mauser, un excepcional ensayo sobre los prolegómenos inmediatamente previos a la Guerra Civil de 1904, algo que yo tenía en falta pues he leído bastante sobre el conflicto en sí mismo pero este trabajo de don Carlos Manini Ríos aborda esos momentos anteriores con una claridad y minuciosidad excepcional, a la vez que con gran y destacada neutralidad. Por tanto, me ha parecido que a relativamente pocos días después de otro aniversario de la muerte de Aparicio Saravia encontraba y encuentro propicio para referirme a ello, una época pasada, sí, pero viva en la historia. Aclaro a los lectores que nunca he sido nacionalista, en el sentido de blanco y tampoco colorado batllista de manera que ya imaginan cómo valoro ese estupendo trabajo de don Carlos a quien, de paso, conocí muy brevemente y en forma personal cuando era ministro del Interior en el primer gobierno del Dr. Sanguinetti, quizás por algún motivo familiar (no parentesco) cercano con los Espalter, la familia de mi madre.
Sería casi imposible en el presente encontrar un trabajo tan detallado y sincero sobre, por ejemplo, los prolegómenos de la guerrilla subversiva en nuestro país, ya que los “historiadores” actuales (con muy pocas y honrosas excepciones) están absolutamente ideologizados. Don Carlos Manini Ríos, a pesar de su indudable coloradismo lo pudo hacer porque claro, los espíritus superiores escasean y además no se venden en las farmacias. Y ello es algo para destacar siempre. Cosa que haré en mi biblioteca.
Dr. César Eduardo Fontana
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