Los departamentos de Treinta y Tres, Cerro largo y Tacuarembó registraron un acumulado de lluvias de 500 milímetros. Si bien perjudican el comienzo de la implantación del cultivo, se logró llenar los embalses de agua que le permiten al sector tener mejores certezas a la hora de enfrentar la presenta zafra. Si octubre acompaña, en algunos días se podrán comenzar con las tareas y capitalizar los buenos precios del cereal.
Setiembre llegó con importantes volúmenes de agua y algunos departamentos entre ellos Cerro Largo y Treinta y Tres se vieron colapsados ante este inesperado episodio. Es que no se esperaba un caudal de lluvias tan importante tanto en volumen en un periodo de tiempo tan breve como el que sucedió, sobre todo en la segunda quincena del mes.
Desborde de algunos ríos, Tacuarí y Yaguarón por nombrar dos de mayor connotación, corte de puentes y familias evacuadas fueron algunos de los mayores efectos que trajo aparejado el temporal. Y aunque parezca contradictorio, este brutal acumulado de agua en tan poco tiempo trajo sus consecuencias negativas también para la siembra de arroz que ya debería estar en desarrollo.
Si bien nunca es bueno que lleguen aguas tan de golpe, sirvió para llenar muchas represas que se encontraban muy bajas. Con un futuro prometedor para el arroz desde el punto de vista económico de acuerdo a los precios que se están recibiendo y buena disponibilidad de agua, los productores dispondrán de mayores certezas a la hora de encarar esta zafra que comienza. Inclusive aquellos que toman agua de la Laguna Merín, podrán hacerlo desde un nivel mas alto y con ello abaratar los costos energéticos para la toma de agua.
La nota de preocupación está por el lado de cuando se podrá comenzar a sembrar. Algunas de las empresas del sector comienzan las tareas en setiembre, un mes clave para la obtención de buenos rendimientos de cosecha de arroz. Las miradas están puestas en octubre, donde se espera buen tiempo para comenzar a desarrollar los implantes.
Este corrimiento en la fecha de siembra no será tan malo si enero y febrero acompaña con buena luminosidad. De igual manera este acumulado de agua trajo aparejados retrasos importantes en fecha y calidad en la aplicación de herbicidas en los barbechos previos al cultivo que con mucha humedad no produce los efectos esperados. Pero si octubre llega tan llovedor como setiembre, las luces de alerta estarán todas encendidas, porque habrá que sembrar también en noviembre y se estará jugando bastante fuera de fecha con la posibilidad de impacto en el rendimiento dijo a La Mañana el Ing. Agr. Eduardo Apolinario, administrador de Arrozal La Miní en el departamento de Treinta y Tres.
El sector se ha ido preparando para enfrentar este tipo de episodios y los productores utilizan todas las tecnologías disponibles para drenar lo más rápidamente posible las áreas destinadas a la próxima zafra.
Con este nuevo escenario de disponibilidad de agua y buenos precios para el arroz se avizora un pequeño incremento en el área de producción. Aunque es muy prematuro aventurar cual será el porcentaje del sector, Apolinario indicó que en La Miní se estableció que fuera del 5% con respecto al año anterior. Agregó que las expectativas están puestas en lograr capitalizar una buena zafra donde se pueda sembrar en fecha para que el cereal que se plante proporcione buenos rendimientos.
En Tacuarembó
Similar situación es la que está teniendo Daniel Zampallo, productor de Cuchilla del Ombú en el departamento de Tacuarembó. El volumen de lluvias en esa zona del país fue importante y el barro no le ha permitido meter los tractores en las chacras. Por lo menos debería esperar una semana con días soleados para poder comenzar los laboreos de siembra. En iguales condiciones se encuentra otros productores de la zona, aunque dependiendo de la topografía del lugar, el tiempo de espera podría ser algo menor al suyo, cuya área está ubicada en una zona baja. Si bien este rubro implica una buena planificación de antemano, estos episodios trastocan todo el proceso y cuando hay una ventana que permita la siembra, hay que aprovecharla “porque no se sabe lo que viene para adelante”.
La principal fuente de agua del productor es un arroyo, aunque también cuenta con una represa secundaria. Las últimas lluvias le cambiaron los cálculos a muchos productores que tenían sus represas con el 40% de agua y habían preparado un área adecuada a ese caudal teniendo en cuenta que se trata de un rubro que no permite preparar la tierra a último momento. El productor sostuvo que “el mejor mes para sembrar arroz es octubre” por lo que las expectativas están intactas y puestas en que se pueda desarrollar esta etapa de la zafra de buena manera.
En Baltasar Brum, Artigas
En la localidad de Baltasar Brum en el departamento de Artigas, Mario De Garrou planta 420 hectáreas de arroz. Las lluvias acumuladas cercanas a los 300 milímetros han impedido que se comience con la siembra. En temporadas normales a esta altura del calendario ya se hubieran implantado entre el 10% y 15% del área total indicó el productor. Aunque hasta hace pocas horas las precipitaciones aun eran importantes, los pronósticos indicarían que abría un respiro. El productor dijo que de constatarse un buen clima en siete días se podría ingresar a las chacras. Precavidos y teniendo presente las inclemencias del tiempo, las tierras están prontas y esperando que se pueda comenzar con el laboreo. En tanto las fuentes de agua están entre un 90% y 100% de su capacidad cuando hace 10 días apenas superaba el 60%. A esto se le suma los buenos precios internacionales que sirven para enfrentar una zafra “con la zanahoria por delante” como hace muchos años no se veía. No solo da certezas al rubro, sino que además deja a los productores con el optimismo por las nubes.
Represa de India Muerta
La represa de India Muerta en el departamento de Rocha abastece de agua a 8 mil hectáreas de arroz además de regar cultivos de secano como soja o maíz perteneciente a 29 productores. El panorama de la zona contrasta con lo que sucede en Treinta y Tres, Tacuarembó o Cerro Largo. “Acá no llovió nada” dijo Pablo Gómez, uno de los operarios de la empresa que administra bajo el régimen de concesión pública la distribución de este vital elemento. Tan es así que actualmente hay almacenado solo el 25% del total de su capacidad. Durante el mes de setiembre llovió en esa zona del país 95 milímetros y el acumulado del año suma igual que lo que precipitó en Cerro Largo durante ese mismo mes. Aunque aún no se han tomado medidas, Gómez entiende que el panorama está complicado y habrá que abastecer una menor área de cultivos durante la presenta zafra.
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