Conocido popularmente como “Lopecito”, el comunicador Juan Carlos López lleva más de cinco décadas al frente de Americando, programa a través del cual logra llegar a los rincones más alejados de la capital uruguaya y dar a conocer las historias de la gente común de todo el interior. En entrevista con La Mañana, el conductor televisivo se refirió a los cambios que ha atravesado el sector agropecuario y criticó que los medios de comunicación no hayan podido “traducir” el país del interior por preferir centrarse en la realidad montevideana.
Hace más de 50 años que usted participa de la Expo Prado. ¿Qué significado tiene a nivel personal?
Es el privilegio de haber sido testigo de una cantidad de cambios que se produjeron en la exposición, que de alguna manera representan las transformaciones que se han dado en el país. Yo me acuerdo de una exposición en la que todas las calles internas eran de tierra, los cabañeros traían a los animales en los camiones y en general quedaban ahí mismo a dormir, y entre los camiones aparecían los fogones, las guitarras. Era una Expo Prado rural en el sentido de que la genética ocupaba todo, ibas a ver animales. Eso fue variando, fue ganando terreno en la vuelta al ruedo la maquinaria agrícola, y también hubo un momento en el que fue muy importante para las marcas importadoras de automóviles la presencia en ese evento. Todos esos cambios son la demostración de lo que ha cambiado la producción.
¿Se podría decir que es un sector que ha progresado más de lo que se suele creer?
Muchas veces uno tiene la idea de que el agro es una cuestión tradicionalista, culturalmente quedada en tiempo, mirando siempre para atrás, y es absolutamente lo contrario: es uno de los sectores más progresistas, porque desde la industria vitivinícola a la industria láctea es asombroso lo que se ha modernizado y las nuevas técnicas que se aplican. Hacer comida en el norte era una cosa que nunca se había pensado, y hoy somos destacados productores en casi todos los frutos de la tierra y eso es un cambio permanente, ni hablar de que tenemos los mejores Angus o Hereford del mundo y lo mismo a nivel de razas caballares. Todo eso que pasó con la parte de la agropecuaria, de la modernización, de adaptar tecnología, es lo que se ve en el Prado. Estos 50 años me han permitido ver esta fiesta hecha por los rurales, porque todo el equipo del armado de la Expo Prado es de la Asociación Rural del Uruguay (ARU). La apuesta de los locales comerciales y de los bancos es impresionante. No tenemos nada que envidiarles a las exposiciones similares de otros países. Es un evento al que puede ir toda la familia y no hay un solo problema. Y también van todos los partidos políticos.
¿Cómo ve la oportunidad que ofrece la Expo Prado para rescatar esa cultura rural, los oficios, las artesanías?
Me parece absolutamente positivo. El hecho de que un escolar, un liceal o una familia se pueda acercar a un galpón con animales, ya es importante. Entrar a los galpones y ver a las tejedoras, a los cuchilleros, a los artesanos, es más que significativo. Esos artesanos, esos expositores de animales, se concentran en el mayor evento popular del país, porque si en 10 días se puede armar una fiesta de la producción que mueve cerca de 500.000 personas, significa que para esto hay un mercado, que hay gente ansiosa de ver estas cosas. Además, hay todo un país que se mueve cada fin de semana en una enorme cantidad de festivales, que a su vez mueven a todo el turismo nacional, hay fiestas realmente importantes. Ese sigue siendo el país que no se muestra tanto, pero cualquier cosa que hagamos, como la Expo Prado en este caso, que vaya abriendo esas brechas de información, es vital.
Usted es el encargado de organizar la misa criolla en el Prado, donde esta vez el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, celebró con un poncho. ¿Cómo es esa relación entre la fe y la ruralidad?
Hace 50 años, con un grupo de amigos que eran Los Tizones de Ansina, en el departamento de Tacuarembó, propusimos hacer una fiesta para hablar de cosas sobre las que era complicado hablar en aquel momento y a alguien se le ocurrió hacer una misa a la que le llamamos misa criolla, que la celebró el padre Carlos Meharu. Al escenario subieron Eustaquio Sosa, Santiago Chalar, Carlos Benavides y los payadores; todos hicieron las músicas de la misa y los payadores las ofrendas. A partir de ahí, la celebración de una misa criolla en los festivales se ha vuelto muy común.
¿Cuándo comenzó a celebrarse en la Expo Prado?
Hace más de 40 años que se celebra la misa en la Expo Prado. Y hoy esta misa criolla se repite en el 90% de los festivales de corte folclórico de todo el país. ¿Por qué? Porque el cristianismo, la Iglesia, los curas, estuvieron antes que la primera escuela del Estado, el primer hospital, el primer asilo de huérfanos. Desde hace 400 años en Uruguay hay gente que en base a la fe viene apoyando a muchas personas, haciendo cosas en todo el país y sobre todo en la campaña. Desde el punto de vista personal me parece que la fe, que es absolutamente importante para el hombre, tiene que estar presente. Hoy es un momento de encuentro para los que quieran, se ha vuelto parte fundamental.
¿Cómo describiría la realidad actual del campo uruguayo, que ha atravesado el problema de la fuerte sequía, a lo que se sumaron dificultades económicas como el atraso cambiario?
En 50 años de recorridas por todo el país he visto todas las inundaciones, las secas, los incendios y los atrasos cambiarios. Hasta hace muy poco estábamos en una situación muy buena, donde casi todos los mercados internacionales nos favorecían para lo que nosotros sabemos producir, básicamente, alimentos. Esa realidad cambió, pero el campo sigue teniendo un poder de reacción importante. En buena medida, la tarea agropecuaria está encarada por gente que tiene resiliencia, un gran poder de reacción frente a los problemas. Si vos trabajás con ciclos naturales, sabés que te estás enfrentando en general a panoramas inciertos. Nosotros no vamos a consumir todo lo que producimos, por tanto, dependemos de los mercados internacionales que fijarán los precios. Tampoco podemos manejar el clima, del cual también dependemos. Frente a esa realidad, uno crea determinado tipo de espíritu, es decir, te caés y te levantás. Si hay uno, dos o tres años malos, sabés que es cíclico y que van a venir otros momentos mejores. Eso hasta ahora ha sido así, seguridades totales en el agro por muchos años nunca hay. Hay épocas muy buenas donde uno tendrá que invertir en tecnología, conocimiento y ahorrar lo que pueda, porque en algún momento la cosa va a cambiar. Veníamos de una situación muy linda económicamente hablando, con gente muy contenta, y de repente caímos en la complicación de la sequía y el atraso cambiario, pero creo que se va a capear lo que sea y se va a salir adelante.
¿Cómo ha cambiado la realidad del interior con el desarrollo de la forestación?
Ha cambiado en determinadas zonas. Por ejemplo, si vas a departamentos como Tacuarembó, ahí está la demostración más grande de lo que cambió ese lugar con la forestación. Yo considero que, si cuidamos el desarrollo armónico de la forestación con la ganadería y con otras producciones del país, sin que uno esté por encima del otro, hay lugar para todos y cada uno va a aportar al desarrollo del país. Hay departamentos enteros que lo que cambiaron gracias a la forestación fue bien importante.
Muchas veces desde Montevideo cuesta llegar a esas historias del interior que usted ha conocido muy bien a lo largo de su trayectoria, porque sigue predominando la centralidad montevideana. De hecho, recién decía que hay un país que “no se muestra tanto”. ¿A qué lo adjudica?
No hay medios que cubran la realidad nacional, puede haber alguna emisora, algún espacio de televisión, pero con “sentido país” no hay nadie. Lo único que les interesa a los grandes medios es la agenda política netamente montevideana, mis colegas periodistas son incapaces de entrevistar a un diputado del interior porque no los conocen, entrevistan siempre a los mismos. Yo no sé quién es el que determina la agenda.
¿Se refiere a que hay noticias que no tienen la suficiente difusión?
Semanas atrás se inauguraron en Soriano y Flores 40 o 50 nuevas viviendas de Mevir. Nadie fue a cubrirlo. Yo no lo vi en ningún diario, en ningún canal de televisión. Yo no sé quién es el que define la noticia o de qué nos tenemos que informar los uruguayos. Todos los días hay cosas mucho más importantes que si ejecutan a alguien por drogas, si esa es la primera noticia de un noticiero de carácter nacional, estamos en el horno, porque la primera noticia debería ser la más importante del país. Hay alguien que define eso, entonces, ese es el país que vos estás dando en imágenes para el consumo de la gente. Y después te van a decir que la gente consume eso, no, la gente consume lo que los medios le dan. Mientras nos sigamos contando las cosas más feas que pasan y que como sociedad nos cuesta resolver, va a seguir habiendo todo un país que no se expresa a través de las noticias.
¿La realidad que usted vive en el interior no se refleja en los medios?
A mí me desespera estar en Artigas, en Rivera, en Melo o Treinta y Tres escuchando la radio, las noticias, los entrevistados, los diagnósticos, y sentir que yo estoy en el medio de otra realidad, de otro país. Y ese país no se expresa porque no hay nadie que vaya a traducirlo, porque sigue pareciendo menor, o sea, el país del interior para los noticieros capitalinos es menor, no es noticia. ¿Quién elige lo que es noticia y lo que no? No lo sé, pero no es verdad que la gente quiera ver sangre, estoy seguro de que no es así. El último bloque de Americando es una noticia de un niño que va caminando hacia el poblado Laura y lo único que tiene es una charla con el conductor del programa, y esa nota tiene millones de reproducciones. O hablo con un ladrillero en La Macana y eso ya lleva cuatro millones de reproducciones. Entonces, ¿son extraterrestres los que miran Americando? Esta cuestión yo la he vivido durante 50 años. No tenemos una información del país real de cada día expresado en los medios, lo que tenemos allí es un país que se llama Montevideo.
Hace 50 años que conduce Americando. ¿Cómo se ha ido adaptando a los distintos cambios de la televisión?
El proceso técnico es parte de un equipo que entiende de la cuestión técnica y de cómo hay que armar el mensaje. Yo, desde mis 76 años y mi recién estrenado “bisabuelazgo”, tengo más o menos claro lo que quiero y el camino a seguir. Luego voy al lugar, entrevisto a la gente, hablo durante horas, y ese material lo recibe el grupo editor, que va a decidir qué publicar y qué no. Ni mi nieto Santiago que tiene 28 años ni Luis Delgado que es el director de Paralelo Media y es un técnico brillante me van a pedir mi opinión en cuanto al armado de Americando para el aire, van a editar según lo que ellos entiendan, como gente muy joven, respetando las cosas del viejo, que en este caso soy yo, que lo único que pido es que respeten los silencios.
¿Por qué le parecen importantes los silencios en la televisión?
No todo en la vida es alboroto, algarabía, no hace falta gritarle al otro. No sé por qué en la televisión se grita mucho, nunca entendí eso, parece que vivimos en un mundo de sordos. No sé por qué hay que hablar sin parar, será porque el minuto es caro, pero yo aprendí de la mayoría de la gente que entrevisto que los silencios son necesarios para pensar bien lo que estás diciendo, que es muy importante cuando eso está saliendo por un medio de comunicación, lo que hace que uno tenga una responsabilidad brutal. Yo entrevisto a gente que habla en forma lenta y que a veces tiene que tener un tiempo de silencio para pensar lo que te va a contestar. Por lo tanto, un hombre viejo como yo se dio cuenta de que hay determinadas cosas del programa que las tienen que hacer los jóvenes, para que sea lo más joven y sano posible, y que a pesar de que cumplió 50 años, siga teniendo vigencia.
¿Qué recomendaciones tiene para los jóvenes comunicadores que aspiran a ingresar a los medios?
Es difícil. Yo creo que si te metés en un medio, primero tenés que preguntarte para qué querés estar ahí. Luego, lo que sea que hagas, tenés que encararlo con la mayor profesionalidad posible, seriamente. Uno no ingresa a los medios por plata, sino porque tiene muy clara su vocación de que tiene algo para comunicar. Si esa vocación es real, habrá momentos en los que económicamente te pueda resolver la vida y otros en los que no, pero en última instancia te va a hacer feliz. Los de mi generación no tuvimos preparación, nos hacíamos muy solos, a prueba y error, pero hoy te dan una base teórica y práctica que seguramente sea importante. Esta no es una carrera para salir del paso, tiene que estar muy clara tu vocación de que tenés cosas para comunicar y para eso te vas a preparar.
El debe de los medios estatales con el interior
En una entrevista con La Mañana en 2019, “Lopecito” comentó que estaba trabajando para que hubiera un cambio de gobierno. Hoy, a varios años de que se cumpliera ese objetivo, afirmó que, si bien la actual administración realizó diversas transformaciones, hay algunas áreas en las que tiene un debe. Según su lectura, el gobierno debería trabajar más para hacer posible que todas las realidades del país se conozcan, para lo cual entiende que hay una herramienta “magnífica” en los propios medios de comunicación que tiene el Estado. “Yo me pregunto si son parte de esa traducción de la realidad a nivel nacional, o no les está pasando que se están quedando mucho más en Montevideo y no están yendo al interior”, manifestó. Este planteo lo ha hecho en determinados ámbitos donde se toman decisiones, pero no ha tenido suerte. En esa línea, sostuvo que “los medios de comunicación que maneja el Estado no han traducido al país del interior” y dejó en claro que no conoce las razones.
De todas maneras, el comunicador dijo estar muy orgulloso del gobierno en general y sobre todo del presidente Lacalle Pou, a quien reconoció haber votado “con cariño”. Por la manera en la que el primer mandatario viene actuando, el entrevistado considera que incluso a aquellos que le habían dado todo su crédito los ha impactado de una forma muy positiva. “Tenemos un señor presidente respetuoso de todos, del derecho, de la cuestión republicana, joven, con ganas, comprometido, que le hace bien a la política y a quien el poder no ha ensoberbecido: sigue siendo el mismo ser humano que yo conocí cuando era un gurí y no se ha mareado en absoluto. Es un hombre inteligente en la conducción del país. No va a ser fácil para nadie alcanzar este nivel, porque la vara quedó altísima”, expresó.
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