El cambio tecnológico y su impacto sobre el empleo ha sido una importante preocupación para las economías, especialmente a partir de la Revolución Industrial. En los últimos tiempos, el avance de las tecnologías, en particular la Inteligencia Artificial, se ha vuelto un tema aún más complejo.
Se ha podido demostrar que muchos cambios tecnológicos a lo largo de la historia no terminaron destruyendo puestos de trabajo, por el contrario, el saldo fue positivo, pero en el medio se generaron faltantes de puestos y cambios en los tipos de empleo. Ahora surge la duda sobre cuáles serán los efectos reales cuando no solo se produce en serie, o se cambia de trabajo manual a máquinas, sino cuando se sustituye la inteligencia humana.
De alguna forma los cambios ya están presentes, pero con las últimas medidas de la digitalización se han visto dificultades en predecir los efectos e impactos concretos, en particular con lo que se denomina la cuarta revolución tecnológica que implica los avances en la Inteligencia Artificial (IA). Algunos estudios destacan que existe una alta probabilidad de que estos avances ya estén afectando el trabajo, profundizando los tipos de afectaciones al empleo y no solo destruyendo sino cambiando la composición del mismo. Pero una de las cosas más significativas es la velocidad de los cambios. Al respecto, un reciente trabajo publicado por Lynn Parramone en el que entrevista a la experta Nadia Garbellini de la Universidad de Modena en Italia se menciona que de acuerdo con una encuesta que se realizó, el 85% de los trabajadores estadounidenses encuestados han utilizado instrumentos de IA en su trabajo y el 20% dice tener una importante exposición.
Existen muchos trabajos sobre estos temas, y entre las conclusiones se pueden destacar los análisis sobre la cantidad de puestos de trabajo, la calidad del empleo, los efectos sobre los propios trabajadores y la realidad del marco regulatorio. De alguna forma se destacan los principales aspectos del tema, pero sería imperioso conocer en profundidad las nuevas tecnologías y sus diversas aplicaciones para luego poder estudiar cómo afectan y afectarán el mundo del trabajo.
Lo que está claro es que no se puede tener una visión ingenua y dejar pasar afirmaciones como las que se vienen escuchando, por ejemplo, que la IA pone fin al trabajo aburrido y por sí sola hace ganar productividad. Por el contrario, es necesario analizar de forma mucho más rigurosa los efectos de la tecnología y su interacción con el trabajo. La experta de la Universidad de Módena hizo un trabajo de relevamiento a través de entrevistas a trabajadores sobre su experiencia con la IA, en el que concluye que el impacto de la IA es muy importante sobre los trabajadores y que afecta el compromiso, el rendimiento, la capacidad y el conocimiento del trabajo, entre otros. No solo se está viendo la destrucción neta del trabajo, sobre todo se visualiza la pérdida de calidad del trabajo y la afectación de la productividad de los trabajadores. El crecimiento de las tecnologías no es un incremento de la productividad y una mejora de los resultados en sí mismos, requiere de una adecuación y un diseño adecuado a lo que es el mundo del trabajo.
En los relevamientos se encontraron que los trabajadores experimentaron un menor desempeño laboral en el sentido del conocimiento requerido para realizar las tareas asignadas con la IA. Por ejemplo, operar máquinas complejas requiere cada vez menos conocimiento, pero impacta en menor dominio del proceso por parte de las personas. Con el avance de la IA “los trabajadores disfrutan de un grado cada vez menor de autonomía y se sienten privados de la posibilidad de utilizar su propia inteligencia en sus tareas diarias”, pero a la vez tienen menores conocimientos y capacidad de gestión de los procesos, siendo que se encuentra más alejado del proceso de producción en sí mismo.
Otros efectos que se detectaron tienen que ver con la baja en el rendimiento y el tipo de estrés en determinadas actividades, ya que se busca hacer más, lo que puede traer atomización, aumento del cansancio físico y mental por deber atender más cosas con menos dominio.
Si bien no se tiene una idea cabal de todos los efectos, sí está claro es que hay procesos de polarización de la mano de obra por su calificación y los menos calificados van quedando fuera del circuito.
El diseño y la aplicación de la tecnología es clave, pero se ha visto que se debe atender la producción y la situación de los trabajadores en sus puestos de trabajo en términos de mejorar la productividad, pero también las condiciones, así como buscar alternativas para los trabajos que se destruyen. La digitalización y el desarrollo tecnológico no genera resultados por su propia aplicación. Hay desafíos importantes en términos de la tecnología en sí misma pero también de la regulación y reglamentación de los procesos sabiendo del potencial que puede tener la tecnología misma, así como la búsqueda de mejores condiciones laborales, tendencia que viene generando deterioros en todos los niveles.
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