La cumbre de líderes del foro de APEC culminó el pasado viernes en San Francisco sin unanimidad para incluir en su declaración final una “condena” sobre la “agresión” de Rusia a Ucrania o referirse al conflicto entre Israel y Hamás.
La semana pasada se realizó en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, la cumbre del grupo de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), un foro económico regional creado en 1989 para aprovechar la creciente interdependencia Asia-Pacífico. Esta asociación es la principal plataforma para que Estados Unidos impulse políticas económicas en la región Asia-Pacífico que promuevan el comercio y la inversión libres, justos y abiertos, y fomenten un crecimiento económico sostenible e integrador. En 2023, Estados Unidos ha presidido la APEC. Importa ver los resultados en el contexto de quiénes la integran, quiénes la lideran, qué plataformas y cuáles son las prioridades, más allá de los valores que detallan, qué proyectos e improntas impulsan.
Las reuniones de APEC de este año se han centrado en cuestiones económicas regionales como la sostenibilidad, la digitalización, el empoderamiento económico de las mujeres, la facilitación del comercio, la seguridad energética, la seguridad alimentaria y la salud. Reunió a veintiún líderes económicos de APEC, ministros, el sector privado y otras partes interesadas para comprometerse con los desafíos globales con una agenda común y con una importante cantidad de reuniones bilaterales en paralelo.
Visto en su conjunto, es uno de los más importantes centros de la economía mundial, siendo sus integrantes quienes hoy determinan la realidad y dificultades geopolíticas del mundo, en un contexto muy complejo y que se proyecta muy difícil. A una realidad difícil en términos de la geopolítica, económica y la implicancia de la guerra entre Rusia y Ucrania, se le suman la terrible realidad del conflicto entre Israel y Hamas y toda la distorsión que existe en torno a esta situación.
El primer resultado de la cumbre fue la falta de acuerdos. Concretamente, la cumbre culminó el pasado viernes en San Francisco sin unanimidad para incluir en su declaración final una “condena” sobre la “agresión” de Rusia a Ucrania o referirse al conflicto entre Israel y Hamás.
En la APEC confluyen grandes potencias que hoy definen la geopolítica mundial y tienen un poderío enorme y con intereses creados que se han visto afectados en las zonas de conflicto. Hay gráficos elaborados por el FMI en los que se muestran en pocos datos como PIB y comercio, por ejemplo, el peso de este bloque.
Repasando los resultados y los principales medios de prensa del mundo se destaca que algunos líderes objetaron la inclusión de este texto “en la declaración final, basándose en que no creen que APEC sea un foro para debatir cuestiones geopolíticas”, especificó en un documento adjunto el presidente del foro, Estados Unidos, integrado por veintiún economías en total, entre ellas Rusia y China, con opiniones discordantes. Depende de quiénes sean los aliados y de qué lado del mostrador se esté, con lo cual la discrepancia parece ser el resultados natural. Lo que debería ser preocupante es que no se utiliza el espacio como un lugar para avanzar en la búsqueda de una salida, sino que los intereses se mantienen sin ninguna modificación, a pesar de las pérdidas, en primer lugar, humanas de la población civil involucrada en las zonas de conflicto, y de todo lo que se está afectando al mundo. Si estaremos en un mundo complejo que no hay prioridad humanitaria ni declarativa. Ninguno de los temas en controversia quedó incluido en la declaración final del foro tras el encuentro de líderes en San Francisco y solo privilegió promesas de cooperación económica.
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