Etiopía ha sufrido durante mucho tiempo hambrunas recurrentes a gran escala, sobre todo a principios de los años ochenta, cuando al menos un millón de personas murieron y millones más fueron desplazadas. Este año, sin embargo, Etiopía se ha convertido por primera vez en un exportador neto de trigo, levantando lo que ha sido su más grande vulnerabilidad: el cambio climático y las crisis de seguridad alimentaria.
Si bien muchos factores contribuyeron a este logro, refleja principalmente el papel central que han desempeñado las nuevas tecnologías en la transformación del sector agrícola de Etiopía. Al aumentar el rendimiento de los cultivos y crear resiliencia a las condiciones climáticas extremas, estas innovaciones han demostrado ser particularmente útiles en regiones que enfrentan sequías cada vez peores y otros riesgos climáticos.
El programa Tecnologías para la Transformación Agrícola Africana (TAAT), establecido por el Centro Internacional de Desarrollo de Fertilizantes, ha sido decisivo en el despliegue de tecnologías agrícolas comprobadas y de alto rendimiento a escala, con el objetivo de ayudar a los agricultores a aumentar la producción de mijo, maíz, arroz, trigo y otros alimentos básicos. Como resultado del aumento del rendimiento de estas tecnologías, la superficie asignada a variedades de trigo tolerantes al calor en Etiopía ha aumentado de cinco mil hectáreas en 2018 a más de 2,2 millones de hectáreas en 2023, lo que coloca al país en el camino hacia la autosuficiencia alimentaria.
Hipolito Fofack es un economista profesional e investigador con más de 15 años de experiencia en el mundo académico y el desarrollo internacional. Actualmente es responsable del Programa Macroeconómico y de Crecimiento del Instituto del Banco Mundial.
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