La frase, acuñada por el general Guido Manini Ríos, sintetiza la esencia de Cabildo Abierto: disciplinado y libre a la vez.
Decimos que Cabildo Abierto es disciplinado en cuanto ha sido leal en el estricto cumplimiento de todo lo que refiere a los temas comprendidos en el “Compromiso por el país”, y libre en todos los demás aspectos de una tarea de gobierno respecto de la cual tiene su propia visión de las cosas.
Eso no lo convierte en un réprobo frente a los demás coaligados ni el problema está en el mal funcionamiento de la coalición, como se ha dicho en cuanto a que el Partido Nacional considera que no tiene más allá que simples socios de su gobierno. La individualidad de cada partido nunca estuvo en juego y la afirmación de los perfilismos responde a la necesidad de mantener enhiestos todos los postulados de su programa. Entonces, es responsabilidad de cada partido no perder su identidad y ofrecer los mejores proyectos para subir su caudal electoral.
En su caso, Cabildo Abierto ha mantenido su prédica con base en los principios artiguistas y cristianos que inspiran su accionar: defensa de nuestra soberanía, apertura comercial, apoyo a las pymes y en general a la clase media, combate a la usura, corrección de la legislación actual e iniciativas beneficiosas para los ciudadanos, protección de la unidad familiar y de los derechos de los padres sobre sus hijos y su educación, crítica severa a la politización y falencias del sistema judicial y las fiscalías penales, amparo a los más vulnerables y necesitados, rechazo al relato histórico faccioso y falaz.
Si miramos el escenario político, tenemos obviamente la presencia de un presidente que, por encima de críticas, hace un esfuerzo por cumplir con la necesidad de abordar y solucionar temas que no admiten dilación, a la vez construyendo un poder personal dentro de su partido, para toda esta generación.
El Partido Colorado, a quien se debe en su mayor parte la reforma educativa, en la obra de Robert Silva y su empeñoso esfuerzo, presenta una oferta de candidatos más amplia que de propuestas. Pues son varios los candidatos que se anuncian y salvo alguno, como el doctor Gustavo Zubía que apuesta al tema que conoce, la seguridad, no hemos visto más que generalidades muy atendibles, pero que marcan pocas diferencias.
Volviendo a las reformas, la de la seguridad social, en cambio, tiene una paternidad más amplia y hasta el Frente Amplio la aceptaría gustoso si su brazo sindical, el FA-PIT, no estuviera empeñado en juntar firmas para derogarla, lo que observa con desdén e indisimulable malestar.
En este orden de cosas, vale preguntarse cuál es la oferta del Frente Amplio, con qué propuestas reclaman los votos sus dos candidatos. Por un lado, la ingeniera Carolina Cosse, con el apoyo del Partido Comunista, que es hoy mayoría en el Frente Amplio, se postula con base en su personal trayectoria, que le ha dado experiencia, y en su condición de mujer. Sin embargo, no se ha lucido en un cargo que desde hace más de treinta años, desde 1990, está en manos del frenteamplismo y hoy (hablo de la copiosa lluvia del viernes pasado) el centro mismo de la ciudad se inundó hasta impedir el tránsito vehicular, a criterio de la señora intendenta por falta de drenaje. O sea que los intendentes frentistas desde el siglo pasado no han tenido tiempo de atender ese problema, porque lluvias copiosas hemos tenido todos los años y soluciones ninguna.
Otras incorporaciones, como la bicisenda en el medio de la avenida 18 de Julio, son innovaciones de obra pública municipal de dudosa fiabilidad. Pero la mayor debilidad de la candidata está, paradojalmente, en su apoyo, pues el comunismo como partido no es republicano, sino que sigue los dogmas como la lucha de clases y la dictadura del proletariado, que son proyectos totalmente ajenos al sentir popular de nuestra gente.
Por su parte, el otro candidato frenteamplista, Yamandú Orsi, que estila una actitud más abierta y componedora, es apoyado por el MPP, o sea el partido de José Mujica.
A pesar de su apariencia conciliadora, Orsi, a medida que avanza la campaña electoral, endurece su crítica y se convierte en agrio acusador del Gobierno. Ha dejado varios debes en su administración municipal y es un atento cumplidor de sus clientes políticos.
Pero de su mentor José Mujica, no puede recibir la enseñanza de una gestión exitosa, porque en su pasaje por la Presidencia de la República despilfarró inmensos recursos en emprendimientos absurdos y costosos como Gas Sayago, Pluna y Alur, Aratirí, el puerto de aguas profundas, las velitas al socialismo, Envidrio y las demás empresas autogestionadas, dando muestras de una pésima inversión de los recursos públicos, que es imposible de admitir.
Ante ese panorama, dejando de lado los ambiguos horizontes ideológicos de una izquierda que nunca supo manejar la economía, Cabildo Abierto, cuyas propuestas se acompañaron pocas veces, aunque muchas de sus iniciativas fueron asumidas por otros sectores, no formula quejas ni admite reconvenciones. Simplemente se muestra como la única opción de cambio dentro de los más caros principios políticos y culturales, al amparo de nuestras mejores tradiciones de libertad, democracia, progreso y justicia social.
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