La industria molinera se halla en un momento se recesión. Y dentro de los principales problemas se señala un brutal atraso cambiario que termina por llenar las góndolas de los supermercados uruguayos de productos argentinos, perjudicando una de las mayores zafras del sector, durante las fiestas de Fin de Año. A pesar de estas dificultades, Cooperativa Molino Florida se las ingenia para mejorar sus procesos de producción y por eso fue premiada por el Instituto Nacional de Calidad.
La Cooperativa de Trabajadores Molino Florida cierra un año de trabajo con el premio Implementación Cooperativa, otorgado por el Instituto Nacional de Calidad (Inacal). Su presidente, Nelson Mas, definió el reconocimiento como “un logro de toda la cooperativa” que desde junio de 2018, cuando comenzó la nueva etapa, está trabajando fuertemente para mejorar todos sus procesos productivos. Esta es la segunda vez que la empresa se postula tras la obtención del premio Germinador el año pasado. A partir de las devoluciones de los comités evaluadores de ese momento, pusieron manos a la obra para corregir aquellas falencias que les habían marcado, propias “de una cooperativa nueva”. Además de posicionarse como una cooperativa organizada, que tiene todos los procesos de producción claros, es una señal de “que hemos ido creciendo”.
El proceso de trabajo hasta llegar a ese reconocimiento les llevó todo este 2023. Durante este período, los integrantes del comité evaluador visitaron permanentemente las instalaciones de la empresa, estudiaron toda su documentación y mantuvieron contactos con los encargados de todos los sectores.
Incertidumbre por calidad del grano
En pleno desarrollo de la cosecha de trigo, el clima está jugando una mala pasada sobre la calidad de los granos. Mas se lamentó de que con rendimientos “espectaculares” como los que se están obteniendo el sector vuelva a caer en una situación complicada. Ahora lo que necesita el trigo es sol y un clima más bien seco. Para complicar más la situación, las bajas temperaturas para la época del año de los últimos días están afectando al grano. Hasta el momento se ha levantado tan solo treinta por ciento de la cosecha y de las expectativas que se tenían cuando comenzaba la operativa se pasó a un clima de incertidumbre que deja muy preocupados a los integrantes de la cadena.
El cooperativista no tiene muy claro cuál será el escenario para el mercado internacional de trigo el próximo año. El sector viene de un clima de negocios altamente intensificado, provocado por la guerra entre Ucrania y Rusia, “que son los graneros del mundo”, circunstancias en las que se exportó todo lo que había. La gran interrogante ahora es qué tan ávidos de comprar trigo están los demás países. “La idea nuestra es poder retenerlo”, advirtió el entrevistado, pero “la única manera de tener trigo acopiado es pagándolo”. Actualmente la tonelada del cereal oscila entre 215 y 220 dólares, tanto puesto en planta industrial como para la exportación.
Los molinos sufren una recesión
Con tres plantas industriales, Molino San José domina más de setenta por ciento del mercado local, dejando en una situación incómoda al resto de las empresas. Aunque se trata de capitales nacionales, el resto de las industrias se ve obligado a repartirse apenas una pequeña porción del mercado local. La política de concentración en Uruguay es “desbastadora”, lamentó Mas, y en “cada gobierno que va pasando se va intensificando”. Similar situación es lo que sucede con el negocio de la carne, aunque en el de las harinas no hay tanta prensa, argumentó.
Es cada vez más común encontrarse en la góndola de los supermercados productos argentinos. A pocos días de las tradicionales fiestas de Navidad y Fin de Año, abundan los panes dulces, budines y turrones fabricados en la vecina orilla. Estos son algunos ejemplos de lo que comúnmente se llama atraso cambiario, que afecta a toda la industria nacional. Mas dijo que a este respecto la industria molinera está viviendo un receso por este tema, que mermó la comercialización de harinas en veinticinco por ciento. Las ventas de noviembre y diciembre para un molino no son una zafra en sí mismas por las celebraciones de esta época del año, sino que sirven para contrarrestar las de febrero, que es uno de los meses de menores ventas. Consideró que este escenario repercute en toda la cadena, entre otras cosas porque “si nosotros no vendemos harina, el pandero no trabaja”. Hasta hace poco tiempo era cuestión de los departamentos fronterizos, pero ya ha ganado todos los espacios del país. El industrial admite que el gobierno toma medidas para proteger la economía del país, “pero hay que contemplar a los sectores que dan trabajo”.
Cinco por ciento del gasto total de la empresa corresponde al sector energético, a pesar de que una de las ultimas inversiones fue la instalación de una planta solar que les permitió bajar más de veinte por ciento el consumo de UTE. Mas no escatimó en considerar que “la energía uruguaya es carísima” y cuando se va al exterior se percibe más claramente esa situación. Resaltó que por más que las empresas se incorporen a los planes que propone la energética estatal, igualmente sigue siendo cara y afecta la competitividad de sus economías.
Inversión Nacional
La Cooperativa de Trabajadores Molino Florida continúa con su senda de desarrollo, llevando adelante los planes propuestos para este año. En ese sentido están en pleno proceso de instalación de nuevos silos y una embolsadora de las más modernas del país para ayudar a gestionar de manera más eficiente los procesos de producción. El silo tendrá una capacidad para cuatro turnos de acopio y la embolsadora proyectará una capacidad para quinientas bolsas por hora. Ya con todas las máquinas disponibles, el próximo paso es mejorar las condiciones de producción del molino de maíz. Su presidente, Nelson Mas, concluyó que a pesar de todas las dificultades que giran entorno al sector, la empresa continúa invirtiendo en nuevas tecnologías que le permitan mejorar sus estándares de producción y calidad.
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