Fue presentado el informe Kids Online Uruguay, que revela el comportamiento de niños y adolescentes en su manejo de internet y muestra que se está ante una generación hiperconectada. Este estudio forma parte del proyecto Global Kids Online, impulsado por el Centro de Investigación Innocenti de Unicef, London School of Economics and Political Science y la Red Europea de Kids Online.
El coordinador del grupo de trabajo en Uruguay, Matías Dodel, dijo a La Mañana que se trabajó en conjunto entre la Universidad Católica, Agesic, el Plan Ceibal Unicef y Unesco, y abarcó a niños y adolescentes de nueve a diecisiete años.
El primer estudio se realizó en 2017 y el objetivo fue saber qué hacían los niños y adolescentes en internet. Ese año el estudio se hizo en hogares y abarcó a mil niños.
Esta vez la muestra abarcó casi a ocho mil niños y adolescentes y se efectuó en centros educativos de todo el país, tanto públicos como privados. También participaron en las encuestas unos 1.700 padres y casi ochocientos docentes.
Uno de los primeros datos es que nueve de cada diez escolarizados se conectan a internet diariamente desde su hogar, así como siete de cada diez todos los días desde su centro educativo. Casi la totalidad declara aprender todos los días algo nuevo gracias a internet. 95 por ciento lo usa para ver videos, series o películas, 91 por ciento para aprender algo nuevo e igual porcentaje para chatear.
Los sitios o redes más utilizados son YouTube (95 por ciento), WhatsApp (97), TikTok (77), Crea (la plataforma de Ceibal) (72). Y los juegos Minecraft (49), Roblox (41) y de fútbol (FIFA, PES y otros), 37 por ciento del uso.
Las plataformas más “masculinizadas” son en general las asociadas al uso de videojuegos, como Discord (43 por ciento varones y dieciocho por ciento mujeres) y Twitch (43 por ciento varones y veintitrés por ciento mujeres). Las plataformas más “feminizadas” son Instagram (71 por ciento mujeres y 64 por ciento varones), Snapchat (33 por ciento mujeres y diecisiete por ciento varones), TikTok (85 por ciento mujeres y 73 por ciento varones) y Crea (Plan Ceibal) (74 por ciento mujeres y 67 por ciento varones).
Los varones juegan más en internet a juegos como Clash Royale y Fortnite, y las mujeres utilizan más redes sociales como Instagram y TikTok. Las mujeres que juegan en línea manifiestan que son discriminadas por su género. Asimismo, los adolescentes perciben que el entorno digital es más agresivo y violento con las adolescentes mujeres que con los varones. La forma de conexión es mayormente por celular (noventa por ciento) seguido por laptop o computadora.
A excepción del aprendizaje de algo nuevo, las seis actividades más realizadas semanalmente por ocho o más de cada diez encuestados son actividades asociadas al entretenimiento y la comunicación.
Con porcentajes más cercanos a sesenta por ciento aparecen las oportunidades asociadas a la búsqueda de información: sobre noticias (71 por ciento), sobre oportunidades para el trabajo o estudio (62 por ciento, pero solo preguntado a estudiantes de educación media) y sobre salud o enfermedades (sesenta por ciento). Se observa, además, una actividad de comunicación un tanto más expansiva, vinculada a comunicarse con personas de otros países (56 por ciento).
Las mayores diferencias a favor de los varones (diez por ciento) se encuentran en el juego y la comunicación con personas de otros países. Algunas actividades vinculadas a la búsqueda de información, como buscar noticias, información sobre oportunidades de trabajo o estudio, e información sobre salud o enfermedades, son más realizadas por mujeres, pero las diferencias son menores con los varones (cinco por ciento).
Internet visto como algo positivo
Una de las primeras conclusiones es que no se puede denominar a estos grupos como “nativos digitales”, ya que su nivel de habilidades va creciendo a lo largo del tiempo y la educación juega un rol importante. Por ejemplo, los de menor edad sostienen tener menos habilidades para responder a los peligros y riesgos del entorno digital. 52 por ciento de niños y niñas de entre nueve y doce años dicen no saber cómo efectuar una denuncia de una publicación, pero esa cifra sube a 89 por ciento cuando se trata de adolescentes de entre dieciséis y diecisiete años.
Dodel dijo que “si queremos proteger a los niños y que utilicen internet de la forma que los beneficie más, debemos entender qué hacen. A diferencia de otra época, internet hoy en día es una plataforma que tiene un uso bastante privado”. Aclaró que más de seis de cada diez de los encuestados ven a internet como algo positivo.
El estudio también reveló que uno de cada tres declara haber sufrido algún episodio negativo en internet durante el último año. Los porcentajes son mayores entre las mujeres y entre quienes no se identifican como varones o mujeres: tres de cada diez varones, cuatro de cada diez mujeres y cuatro de cada diez que no se identificaron con una categoría binaria de género. Por otra parte la exposición a contenidos sensibles en internet (por ejemplo, discriminación, aliento a la bulimia o la anorexia, suicidio) afecta a más de uno de cada cinco adolescentes escolarizados. Las mujeres y quienes no se identifican con ninguna de las categorías binarias de género reportan mayor exposición a estos contenidos, siendo 41 por ciento los que estuvieron expuestos a contenido violento y 37 por ciento a contenido discriminatorio.
Los riesgos de las redes
También Dodel indicó que internet tiene sus riesgos. “Tres de cada diez dijeron que se encontraron cara a cara con alguien que conocieron primero a través de internet y esto se ha incrementado”. No obstante, aclaró el tipo de encuentros y con quién fue. La mayoría se encontró con niños de su edad o más pequeño y solamente dos por ciento de ese treinta por ciento, o sea 0,6 por ciento de los niños del estudio –si se considera que este abarca un equivalente a 410 mil niños, se trataría de seiscientos niños o adolescentes –se encontró con un adulto que conoció por internet.
Nuestro entrevistado manifestó que en muchos casos, cuando se preguntaba quién era ese adulto, señalaban que por ejemplo eran los abuelos que no conocían porque vivían en el exterior. “No quiere decir que todos los adultos que un niño conoce por internet sean predadores. Por otra parte, cuando se les pregunta sobre a quiénes aceptan en las redes sociales, lo hacen generalmente con sus pares en materia de edad”.
Otro aspecto es que el maltrato cara a cara parece ser más prevalente y frecuente que el realizado por internet, aunque existe una superposición entre ambos fenómenos. El maltrato en línea proviene en mayor proporción de amigos y compañeros de clase que de desconocidos o adultos. Este maltrato es un 45 por ciento de “amigos”, veintinueve por ciento de compañeros, veintiséis por ciento de desconocidos de su edad y quince por ciento de desconocidos más grandes. Por otra parte, casi uno de cada cuatro que asiste a educación media recibió mensajes con contenido sexual y uno de cada diez los ha enviado, porcentaje que en ambos casos se incrementa con la edad.
Sobre los episodios negativos, 65 por ciento se lo cuenta a sus amigos, pero es importante destacar que padres y madres no se encuentran tan lejos, ya que uno de cada dos que decide contarle a alguien de estos episodios lo habla con ellos (cincuenta por ciento). Uno de cada cuatro se lo comentó a hermanos (veinticuatro por ciento) y un poco menos de uno de cada cinco a otros adultos en quienes confía (diecisiete por ciento). Solo uno de cada diez habló al respecto con psicólogos o alguien que trabaja ayudando (diez por ciento) y uno de cada veinte con maestros o profesores (cinco por ciento). La edad incide y a mayor edad se alejan de los padres para contar estos hechos. Les cuentan a pares de su edad 52 por ciento entre los de nueve y doce años, setenta por ciento entre los de trece y quince años y 76 por ciento entre los de dieciséis y diecisiete años.
Cambios de hábitos
El uso de las redes sociales no solamente está vinculado a la sociabilidad: lo hace a los hábitos de vida. La mitad de los adolescentes sostuvieron haber tenido algún problema en el sueño o la alimentación, en sus vínculos o en el estudio a raíz del tiempo que pasan en internet. Si bien las aplicaciones y los juegos pueden estar diseñados para capturar la atención del usuario, los adolescentes sostienen que “poseen márgenes de acción y desarrollan algunas estrategias para regular su uso de internet”. Por el uso de Internet veintiséis por ciento admite que dejó de comer o dormir, veintinueve por ciento tuvo problemas con mi familia o amigos y a nivel educativo a veintinueve por ciento le bajaron sus notas.
Sobre la baja de las notas, se observa una relación creciente con la edad, aunque las mayores diferencias se aprecian entre once y doce años (diecinueve por ciento) y los de mayor edad (veintinueve por ciento de trece a quince años y 33 por ciento de dieciséis a diecisiete años).
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