La iniciativa surgió de los propios pobladores afectados por los incendios que en 2022 quemaron 37 mil hectáreas de montes forestales. En Senadores se redujo de quinientos a trescientos metros la distancia de los centros poblados.
Con algunas modificaciones del texto original, el Senado aprobó el proyecto de ley “Prevención y combate de incendios forestales”. Aunque Diputados había aprobado una distancia de quinientos metros de los centros poblados cuando fueran plantados en carácter de macizos forestales, finalmente la cámara alta definió que fuera solo de trescientos metros. Otro de los cambios introducidos al articulado aprobado en Diputados tiene que ver con los doce metros que deberán tener los cortafuegos, cuando la cámara baja había aprobado veinte metros.
La normativa establece que estas medidas serán competencia de la Dirección Nacional de Bomberos, al igual que una serie de obligaciones para aquellos productores que cuenten en sus predios con fuentes de agua en las cercanías de estos montes o maquinaria disponible para ayudar al combate del fuego en caso de incendio.
Consultado el diputado Rafael Menéndez de Cabildo Abierto, quien trabajó duramente para que la norma finalmente fuera aprobada, dijo no mostrarse muy convencido de los cambios implementados en Senadores, sobre todo cuando se redujeron las distancias de los cetros poblados y el ancho de los cortafuegos. Igualmente lo consideró un avance “porque las localidades que han quedado encerradas en los montes en realidad ya estaban muy desprotegidas”.
A propuesta de la población de Río Negro y Paysandú, donde se produjeron los grandes incendios que quemaron 37 mil hectáreas de montes en las primeras horas de 2022, para la creación de numerosos cuartelillos de bomberos, Menéndez indicó “que desde el punto de vista práctico era algo imposible”, pero además como implicaba la disponibilidad de recursos públicos “era un proyecto de ley que quedaba un poco ajeno a nuestras potestades legislativas”. De todos modos en alguno de los artículos se incluyó “una especie de entrenamiento” que bomberos deberá impartir a los habitantes de esas zonas.
La iniciativa de este proyecto de ley fue impulsada por los propios pobladores “que quedaron encerrados en esos incendios” en Río Negro y Paysandú y que “los contemplará más ante una eventualidad de otros posibles incendios”.
Los incendios de Año Nuevo
Las llamas estaban fuera de control cuando finalizaba el año 2021 y las horas corrían hacia un nuevo año. En ese primero momento los focos se centralizaban en las localidades de Algorta y Piedras Coloradas en los departamentos de Río Negro y Paysandú. El fuego se extendió por kilómetros y kilómetros hasta alcanzar más de 37 mil hectáreas de montes forestales consumidos. Con el pasar de los días y a medida que la situación se iba normalizando se conformó una mesa de diálogo entre el Poder Ejecutivo, la Universidad de la Republica, las empresas forestales y los productores afectados. Las discusiones se centraron entre otros temas en determinar responsabilidades y fijar resarcimientos para los productores afectados. Ya en estos encuentros se comenzaba a gestar un proyecto de ley para evitar nuevos incendios en esa u otras zonas del país.
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