La descarbonización como oportunidad o riesgo para la dependencia energética y de metales críticos.
La realidad geopolítica gana terreno, en particular en temas de comercio, tecnología, cadena de suministros y temas energéticos. La dependencia de los recursos y las situaciones de precios y bélicas han provocado grandes dificultades, haciendo de la transición verde una oportunidad para salvar obstáculos o para generar nuevos riegos y situaciones críticas. Europa, con la guerra entre Rusia Ucrania y la nueva impronta de China, está muy comprometida en este tema, y en particular con los metales críticos, claves en el desarrollo industrial, tecnológico y energético.
En la actualidad, los minerales críticos han tomado relevancia por su peso en las economías y en temas estratégicos. Estos minerales basan su importancia y escasez.
Los europeos –con importantes niveles de dependencia– se han visto en encrucijadas que determinan posicionamientos pro estadounidenses y buscan alternativas. En los hechos parece que la mejor alternativa para disminuir riesgos y dependencias es siempre diversificar. Las múltiples alternativas son la forma de garantizar la provisión y la diversificación de riesgos y baja de costos.
Para la UE esta realidad no es nueva, ha sido el caso de su dependencia del gas natural con Rusia.
La definición tradicional de dependencia es aquella en la que un país no puede funcionar sin algo. Al menos desde 1973, las economías modernas han dependido de los combustibles fósiles y han sufrido inflación y recesiones sus aumentos de precios. Europa experimentó tales dificultades después del (casi) corte del suministro de gas natural ruso al continente en el verano de 2022. Los combustibles fósiles representan un quinto de las importaciones de la UE, y la energía sigue siendo aproximadamente una décima parte de la canasta de precios al consumidor. Los votantes europeos no toleran tales perturbaciones por mucho tiempo.
A diferencia de las causadas por los combustibles fósiles, la pérdida de “materias primas críticas” no tiene una participación discernible en las importaciones totales o en las compras de los consumidores. Como resultado, las hipotéticas interrupciones del suministro chino no conducirán a una reducción del ingreso disponible no energético de los consumidores que causaría una recesión económica. El corte por parte de China de las exportaciones de tierras raras a finales de 2010 no provocó una recesión en Japón.
Las materias primas críticas son insumos adicionales solo para cadenas de suministro específicas, aunque a menudo importantes. Una interrupción repentina de su entrega no resultará en una caída de la actividad en toda la economía, sino que simplemente afectaría a industrias individuales. Por lo tanto, el impacto negativo general de las restricciones al comercio de materias primas críticas es mucho menor que el de los combustibles fósiles. De hecho, simplemente no son críticos.
La dependencia casi total de la UE de los paneles solares chinos importados a menudo se describe como clave y peligrosa. Sin embargo, si China dejara repentinamente de exportar paneles solares a la UE, no habría perturbaciones económicas como el aumento vertiginoso de los precios del gas natural después de que Rusia dejara de enviar gas natural Los europeos no se congelarían en sus hogares el invierno siguiente si se detuvieran los envíos de paneles solares a la UE.
Hay varias políticas disponibles para promover la seguridad del suministro de materias primas críticas. El primero son los “subsidios a la diversificación”. La actual posición dominante de China en muchos de estos mercados no se debe a que las materias primas en sí mismas solo estén en China, sino más bien a que la extracción y el procesamiento chino de estos minerales son a menudo mucho más baratos que en otros lugares. Por lo tanto, la UE puede diversificar el suministro y subsidiar la compra de minerales críticos de fuentes no chinas. Los gobiernos de la UE podrían hacer esto financiando directamente transacciones relevantes u ofreciendo a las empresas créditos fiscales corporativos para que busquen una base de proveedores aún más diversa de lo que dictarían las crecientes preocupaciones corporativas impulsadas por el mercado sobre el “riesgo de China”.
Cabe señalar que, por razones políticas internas, Estados Unidos ha optado por desvincular muy rápidamente su suministro de muchas materias primas críticas de cualquier fuente china. Este tipo de “salida forzada” de fuentes chinas inducida por políticas costosas está impulsada por el sentimiento anti-China en Estados Unidos, que la UE no debería emular.
En cambio, la UE debería buscar la “sustitución mediante la innovación”. Se utilizan materias primas críticas debido a las capacidades particulares que otorgan a los productos descarbonizados de los que forman parte, ya sean litio, níquel o cobalto en las baterías, o minerales de tierras raras en los imanes permanentes de las turbinas eólicas o motores de vehículos eléctricos. Esto significa que la demanda de una determinada materia prima crítica está sujeta a una sustitución innovadora. El incentivo para que los actores privados busquen la sustitución de la innovación está directamente relacionado con el precio de una determinada materia prima crítica, y de facto pone un límite a los probables aumentos de precios futuros. También hace que sea comercialmente riesgoso invertir grandes sumas en nueva capacidad extractiva para “materias primas verdes críticas” que la innovación puede reemplazar en el futuro. Es probable que futuros avances innovadores generen nuevos avances, materiales más baratos y disponibles para reemplazar costosas materias primas críticas. Debido al riesgo de innovación sustitutiva si los precios se mantienen altos, no se formarán monopolios como la Organización de Países Exportadores de Petróleo para materias primas críticas. Los gobiernos de la UE pueden promover activamente la innovación sustitutiva financiando la investigación de materiales básicos en universidades y entidades privadas.
Otra forma de mantener el suministro sería que la Unión Europea incentivara y exigiera el reciclaje de materias primas críticas. Sin embargo, el reciclaje puede no ser una estrategia viable para determinados minerales de tierras raras, de los cuales solo se utilizan pequeñas cantidades en productos individuales. Exigir su reciclaje puede añadir costos excesivos al proceso.
Finalmente, como demostró la Agencia Internacional de Energía en 1974 al introducir el requisito de que los niveles de existencias de petróleo sean equivalentes a no menos de noventa días de importaciones netas, las preocupaciones sobre la seguridad del suministro pueden abordarse mediante reservas mínimas obligatorias o incentivadas. Los gobiernos pueden optar por hacerlo ellos mismos simplemente comprando y almacenando las materias primas que consideren suficientemente importantes, o pueden incentivar a las empresas a que lo hagan ellas mismas mediante beneficios fiscales o niveles de inventario prescritos a nivel de empresa.
Invariablemente surgirán obstáculos en una transición económica tan dramática como la descarbonización, pero la UE cuenta con políticas conscientes de los costos (diversificación, sustitución, reciclaje y almacenamiento) disponibles para mitigar cualquier preocupación sobre las limitaciones de la oferta a más largo plazo.
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