¿Cuál es el análisis que hace sobre la evolución del déficit fiscal, que subió al 4,8%?
Lo preocupante del déficit es, precisamente, su evolución. A comienzos del primer gobierno de Vázquez el déficit estaba bajando, a partir del impulso del crecimiento económico y de las medidas que se habían tomado en el gobierno de Jorge Batlle. En 2008 empezó a crecer y mostró una tendencia muy fuerte. Es decir, pasamos de un equilibrio fiscal en 2007, a un déficit que ha ido creciendo persistentemente hasta llegar al entorno del 5%, ya que, si se mide despejando alguna variable circunstancial, estamos en el 5% o más. Los tres gobiernos del Frente Amplio (FA) incumplieron sus metas fiscales.
¿Por qué cree que no se pudo cumplir con esas metas?
Por varias razones. No fue porque la economía no creciera. La economía creció incluso más de lo que se había previsto, en general, en la mayoría de los años. El problema estuvo en el crecimiento del gasto público, que fue extraordinariamente fuerte, tanto el endógeno como el discrecional. A su vez, este último gobierno aumentó el IRPF, el IASS, el IRAE, las tarifas; hubo varias medidas de ajuste fiscal por el lado de los ingresos, hubo un intento de buscar incrementarlos, lo que efectivamente se hizo, pero el problema base está en que el gasto público aumentó demasiado. Ahí hay muchos componentes, pero también hay un tema estructural que tiene que ver con el crecimiento de la cantidad de empleados públicos, que fue muy fuerte. Si bien los ingresos y el gasto aumentaron, al final el gasto fue aumentando más que los ingresos; esa es la explicación del déficit que tenemos hoy.
¿Cómo ve el proceso de transición que se está llevando adelante?
En términos políticos parece razonablemente civilizado; se están haciendo reuniones bilaterales e intercambios de información. Más allá de algún chisporroteo, es un proceso razonable que le va a permitir al nuevo gobierno analizar la situación que va a heredar, y en base a eso estará evaluando las medidas que va a tomar a partir de marzo.
¿Cuáles son las perspectivas que tiene en materia económica para el nuevo gobierno?
Yo creo que este año la economía va a crecer más que el año pasado. Hay un componente importante de eso que es UPM2. Nosotros estamos viendo que la economía este año va a crecer 2,1%, que es bastante más que en el 2019, que probablemente esté en menos de medio punto de crecimiento. Es un dato alentador, pero hay que ver cómo se traslada al resto de las variables económicas que también es deseable mejorar, como el tema del empleo, los ingresos, y que eso se traslade a la población en general.
¿Las medidas anunciadas por el gobierno electo van en la línea de revertir la caída del empleo?
Hay que esperar a ver las medidas específicas, pero creo que algunas de las que se han anunciado en el sentido, por ejemplo, de modernizar los Consejos de Salarios, son positivas. Vamos a ver cómo se concreta eso en la práctica, pero lo que se ha propuesto de incorporar mayor grado de realismo en las negociaciones, o sea, tomar en cuenta el tamaño de las empresas, su localización geográfica, es una buena noticia.
¿Es un problema para la futura administración recibir una herencia fiscal de la magnitud de la que hablábamos?
La herencia fiscal es un problema importante, es una herencia pesada para el próximo gobierno. Estamos con riesgo incluso de perder el grado inversor, o sea que es un problema que tiene que intentar solucionar rápidamente la nueva administración.
Creo que ahí hay dos asuntos fundamentales. Uno es el déficit, que hay que procurar que disminuya ya este año, es decir, tiene que dar señales claras de que empieza a disminuir, con la dificultad que tiene el nuevo gobierno de que no va a tener su propio presupuesto en 2020. El otro es la competitividad, que es clave para el tema fiscal, pero también para todas las otras variables económicas que todos queremos que mejoren.
Es clave que la economía crezca porque eso va a hacer que aumente la cantidad de empleo, los ingresos de las personas, entre otras cosas. Para eso hay que recuperar la inversión, y para lograrlo hay que recuperar niveles de competitividad. Ahí hay un área grande de asuntos que el nuevo gobierno deberá tener en la agenda para mejorar la competitividad y así poder reactivar la economía.
¿Cree que las medidas que el gobierno entrante ha planteado van a ser suficientes para resolver estos problemas que menciona?
Me parece que las medidas que se han anunciado son razonables. Hay que ver la instrumentación práctica en el marco de la coalición, es decir, cómo se juega el partido en la cancha, pero las medidas en cuanto a tratar de disminuir el déficit fiscal desde este mismo año y otras que apuntan a mejorar la competitividad, van en el sentido correcto.
Se ha planteado la necesidad de llevar a cabo una reforma del sistema de seguridad social, algo en lo que coinciden todos los partidos políticos. ¿Lo ve posible en el corto plazo?
Sí, es un tema que como todo en el Uruguay vamos pateando la pelota hasta que es indispensable hacer algo, pero va a haber que hacerlo. No va a tener una repercusión rápida en el déficit fiscal, es más bien un tema de mediano y largo plazo. Hay que implementar una reforma y sería clave lograr un consenso de todo el sistema político. La idea es instalar una comisión con técnicos de los partidos, que probablemente se puedan poner de acuerdo en cuáles son las medidas fundamentales, y que luego eso pueda tener un correlato en un fuerte respaldo parlamentario. La madurez de nuestro sistema de partidos, de la que tanto se habla, va a estar puesta a prueba para alcanzar una reforma con acuerdos, ojalá que sea con el respaldo de todos los partidos.
¿Cómo evalúa el último dato de las exportaciones, que aumentaron solamente un 2% en 2019?
Creo que tiene que ver con el tema de la competitividad que hablábamos antes. Es clave que logremos recuperar un crecimiento bastante más fuerte en las exportaciones y para eso hay una serie de variables de competitividad a mejorar. Está el asunto del tipo de cambio, que es la variable que siempre se mira en primer lugar en ese aspecto, pero también la inserción internacional. Hay que lograr acuerdos comerciales para que nuestros exportadores no tengan que pagar aranceles que sus competidores no pagan. El gobierno electo ha anunciado que se piensa avanzar en nuevos acuerdos; eso sería muy importante para el incremento de las exportaciones.
¿En qué medida nos afecta la guerra comercial entre China y Estados Unidos?
La cantidad de productos que se ven afectados es cada vez mayor. Se anunció por parte del presidente Trump que a comienzo de año va a haber un acuerdo para ponerle freno a la guerra comercial. Vamos a ver qué pasa porque ya ha habido anuncios que no se han concretado. Hay que esperar con cautela pero ojalá se concrete este acuerdo y no se siga una escalada proteccionista que le termina haciendo daño a la economía de Estados Unidos, a la de China y a la mundial.