En enero llegan las primeras dos unidades y en 2024 se sumarían unos diez camiones más. Los beneficios fiscales con los cuales cuenta el país y su preocupación en materia medioambiental fueron fundamentales para que abrir este camino hacia los camiones eléctricos.
De acuerdo con lo previsto, el 8 de enero llegarán desde Suecia las dos primeras unidades eléctricas de la mano de Volvo. Siguiendo los parámetros trazados por la empresa y en concordancia con el camino que está siguiendo Uruguay, en 2024 se abren las puertas a estas tecnologías de punta.
Si bien es un hecho que costará incorporar estas tecnologías, que han evolucionado mucho, “pero siguen siendo un producto muy caro”, se presume que en cuestión de cinco años se cuente con unidades con baterías de mayor autonomía con el mismo peso o con la misma autonomía pero con un peso menor. Es algo que vino para quedarse y “nosotros vamos a empujar mucho” dijo a La Mañana Alejo Maisonnave, gerente de Cir Trasporte y Equipos y representante de Volvo con las líneas de camiones, ómnibus y maquinaria. Para 2024 se podrían incorporar al parque automotor de carga de Uruguay unas diez unidades y para 2025 se podría llegar a una cifra cercana a las quince, aún muy lejos de las 180 o doscientas a gasoil que se comercializan durante el año.
Se trata de camiones homologados para 48 toneladas, con una autonomía de hasta trescientos kilómetros, que en el mercado cuestan quinientos mil dólares. Los beneficios fiscales con los cuales cuenta el país reducen esa cifra a doscientos mil. Igualmente “sigue siendo un camión que no es fácil de vender”, suscribió el representante a raíz de la falta de cargadores de 180 KW o 250 KW para que se pueda cargar en un par de horas. Maisonnave sostuvo que sin los beneficios fiscales sería imposible colocar un camión de estas características porque cuesta tres veces más que uno a gasoil. Otras de las debilidades que presentan estas modernas unidades es la carga adicional de tres toneladas que pesan sus baterías.
Volvo garantiza el uso de las baterías para ochocientos mil kilómetros y al momento del recambio exige la entrega de las utilizadas que tendrán otros destinos más seguros. En consonancia con el cuidado del medioambiente, esta medida pretende no dejar en manos de los clientes u otros integrantes de la cadena un equipo que sin los cuidados necesarios puede transformase en un problema para ambiental.
Estos camiones ya están homologados por los ministerios de Transporte y Obras Públicas y el de Industria. Una buena medida para incentivar la adquisición de estos vehículos sería que el congreso de intendentes exonerara la patente, que por el bajo número de las unidades en el país no representaría ninguna erogación importante para las intendencias.
Entre las empresas que están incorporando estas unidades tiene mayor peso la huella de carbono que una decisión económica. Se trata de multinacionales que se adhirieron al protocolo de París o que se definen motus propio.
Desde 2022 Volvo ha decidido potenciar la incorporación de los camiones eléctricos de gran porte en América Latina. Sus radares están puestos en Brasil por el tamaño de su economía y Chile, que siempre está a la vanguardia en materia tecnológica. Tras varios encuentros entre los efectivos de la compañía a nivel mundial y sus representantes uruguayos, este año la empresa definió que en el país estaba todo dado para que estas unidades lleguen a Uruguay. Actualmente el cincuenta por ciento de los mercados de Europa y Estados Unidos están funcionando con este tipo de vehículos eléctricos.
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