Dicen estar decepcionados con el sistema y por eso crearon un nuevo partido que tiene sus raíces en el movimiento Un Solo Uruguay. El Partido Por los Cambios Necesarios se presentó ante la Corte Electoral y ahora espera su habilitación para participar de las elecciones de este año. La Mañana dialogó con uno de sus principales dirigentes, Guillermo Franchi.
¿A qué se debe que un grupo de integrantes de Un Solo Uruguay (USU) decidiera alejarse de esa organización para conformar el Partido Por los Cambios Necesarios?
Esta decisión de formar un nuevo partido político nace de la necesidad insatisfecha de discutir con el sistema político aspectos que son fundamentales para la producción, el comercio y el trabajo en Uruguay. Durante muchos tiempos se le plantearon reclamos y propuestas, por ejemplo, al gobierno de Tabaré Vázquez en los años 2018 y 2019, como también se le hicieron planteos concretos a este gobierno cuando asumió. Lamentablemente, muchas veces ni siquiera nos respondieron esas propuestas y reclamos, y no llegamos a tener las instancias de discusión. Lejos de pretender ser dueños de la verdad, teníamos planteos de situaciones reales y no pudimos ni siquiera discutirlas.
¿Por qué estima que nunca se llegó a esa discusión?
Es por el dicho de varios dirigentes políticos, de que el político discute con político o discute con aquel que tiene la capacidad de levantar la mano para votar o tomar decisiones. Si el sistema político no está dispuesto a escuchar a la sociedad, habrá que dejar de hacerlo. Pasemos entonces a pujar por esos puestos políticos, para llevar los temas que les preocupan día a día a todo lo que es comercio y otras actividades económicas, más allá de otros temas como seguridad o educación. Nosotros creemos que tiene que haber cambios en Uruguay, ya que nos estamos embretando en algo muy peligroso que lo venimos arrastrando desde hace muchísimos años y es el crecimiento permanente de la estructura y del gasto del Estado. Eso termina pegando directamente en el bolsillo de cada trabajador, cada jubilado y cada empresa de este país.
¿Cuál es el punto de contacto de ustedes con USU?
Son caminos separados. Muchos de los que integramos este partido político creíamos que desde la sociedad podíamos impulsar algunos cambios, pero nos topamos con que no. Entonces el movimiento social USU va a seguir por su lado, y por otro se crea este partido como algo aparte, reivindicando muchas cosas que, obviamente, durante la época en que estuvimos en USU reivindicábamos. Pero no quiere decir que los caminos sean paralelos, ni que somos socios ni que somos parte. Acá hubo que decidir y algunos se mantuvieron dentro del movimiento social y otros se sumaron a este nuevo partido. Para nosotros se agotó la instancia de intentar discutir e intercambiar con el sistema político. Entonces generemos esta opción y si logramos entrar al Parlamento el sistema no podrá evadir la discusión y estarán obligados a que se discutan los temas que para nosotros son trascendentales.
En su criterio, ¿cuál es el principal problema que tiene el país hoy día ?
El principal problema que tiene Uruguay es el déficit fiscal. Esto se relaciona con el sobredimensionamiento del aparato estatal y su costo. Tenemos este problema, el déficit fiscal, que lo venimos arrastrando desde fines de la década de los años cincuenta y muchas veces la gente no logra asociarlo con lo que le pasa en el bolsillo. Uruguay es el país más caro de América para vivir y para producir, y eso tiene una explicación en el costo del Estado. Ahí es donde hay que atacar. Tenemos que reducir el costo del Estado para volvernos competitivos, algo que no logramos. Producimos lo mismo que los dos gigantes que tenemos pegados, Argentina y Brasil, y estamos siempre fuera de competitividad, con un producto más caro y costos mucho más altos. Entonces la madre de todos los problemas es el déficit fiscal y el manejo que se hace de la macroeconomía. El desafío nuestro es tratar de traducir todo lo que refiere a los números macro para que la gente entienda cómo la afecta en el día a día. También, y en relación con esto, tenemos un costo burocrático por lo interminable de las vueltas que hay que dar para iniciar cualquier actividad económica. Uruguay en burocracia es el número uno en el mundo. Eso es un derivado de la superestructura del Estado.
¿Están pensando en una estructura nacional para el nuevo partido?
La venimos armando. Esto nació hace muy poco tiempo. Son pasos que hemos empezado a dar. Ahora estamos esperando el aval de la Corte Electoral a nuestra inscripción como partido y después de eso comenzar a trabajar en esa estructura. Pero eso no nos impide seguir trabajando y difundiendo las ideas.
Para el 23 de enero USU ha convocado a un encuentro nacional, ¿van a participar?
Cada persona es libre de tomar la decisión que quiera, podrá ir o no. Pero no vamos a participar como partido, ya que, además, todavía falta aclarar mucho que no somos el movimiento USU. Esperamos que ese movimiento siga su actividad y se fortalezca mucho más y sea más masivo. Nosotros vamos por otro lado, que es el de intentar llegar a los lugares de toma de decisiones y de votación para poder dar a conocer todo lo que nos preocupa.
Hoy en Uruguay hay dos grandes bloques. Por un lado, el Frente Amplio y por el otro la Coalición. ¿Ustedes se plantean estar dentro de alguno de estos bloques?
Identificamos que el problema que tienen los partidos políticos actuales es que generan la superestructura que tiene el Estado. No hay casualidades acá. El sobredimensionamiento del Estado nace de esa estructura piramidal que tienen los partidos políticos. Cuando hablo de los partidos, hablo de todos los conocidos. El nuestro, Por los Cambios Necesarios, no es ni de izquierda, ni de centro, ni de derecha, es neutro ideológicamente. Pensamos en Uruguay y su gente, no en ideología. Entendemos que la raíz del problema está en cómo se han estructurado los partidos políticos y cómo funcionan. O sea, con clientelismo, amiguismo y el pago de alguna actividad de militancia con un cargo en el Estado y no a costa del propio partido que le da ese cargo. Ahí es donde definimos la falla del sistema. Eso es algo que se fue dando y termina perjudicando a la gente común, por ese sobredimensionamiento y en ese gasto estatal excesivo, y no es una reflexión contra una persona o quienes integran las colectividades políticas, ya que es algo que se ha transformado en natural. Nuestro objetivo es tratar de corregir esas cuestiones que han llevado a Uruguay a ser caro, ineficiente, burocrático y con poco desarrollo.
¿Como evalúa la actividad parlamentaria?
De todas las discusiones parlamentarias a las que asistimos en esta última legislatura, creo que me sobran los dedos de una mano para contar cuántas fueron de carácter productivo. Porque se discute cualquier otra cosa y los temas que a la gente le preocupa generalmente van quedando. Solo se retoman en los años electorales. Ahora vamos a volver a escuchar de la reforma del Estado, aplicar la Regla Fiscal, reducir el gasto, etcétera. Pero tenemos asumido que no son otra cosa más que propagandas de campaña y después quedan en la nada.
Por lo visto, son muy críticos con el sistema.
No es hacia la gente. No es que existan tres Maquiavelo en cada partido ideando cómo seguir incrementando la estructura del Estado. Pero eso se ha venido dando. Lo adoptó el Frente Amplio, que fue crítico durante treinta años hasta que llegó al gobierno y no hizo otra cosa que aplicar la misma norma de todos los demás. Para qué generar un partido nuevo, con todo lo que ello ha significado en esfuerzo de las personas que lo hemos llevado adelante, con todo los trámites y los requisitos que hay que cumplir, si podíamos haber integrado cualquiera de los partidos ya existentes. Eso nos hubiese simplificado enormemente la tarea, pero identificamos que es ahí, en esos partidos, donde nace el problema que después se traduce en la carestía que tiene este país para vivir y para producir.
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