Una jornada muy especial se vivió el pasado lunes 6 de enero en el Hipódromo de Maroñas en el marco del Gran Premio Ramírez. A la tradicional competencia y fiesta que tuvo su 122ª edición, se sumó como acontecimiento la despedida del jockey uruguayo Pablo Falero, tras casi cuatro décadas de trayectoria con más de 9.500 victorias en su haber.
Falero, que corrió en esta oportunidad su última carrera sobre el caballo Olympic Harvard, fue recibido con una gran ovación por parte del público y sobre el final de la noche dedicó unas palabras de agradecimiento. El homenaje incluyó la proyección por las pantallas gigantes de un emotivo video, la entrega del disco de llegada y la chaqueta de estrellas, y el saludo de sus colegas, autoridades y hasta del presidente electo Luis Lacalle Pou que se hizo presente en el acto.
“Lo conocí cuando vino a mi casa a los 17 años. Tuve una visión con ese joven, de alguna manera fui su inventor”, recordó el destacado compositor (trainer) Walter Báez acerca de los inicios de Falero. Consultado por La Mañana, Báez compartió su “satisfacción de disfrutar esa fiesta tan importante” y cierta “tristeza también porque se retira un jockey que dejó muy alto a Uruguay”. Báez, ganador de cuatro Ramírez, también fue un reconocido jockey que luego de finalizada su carrera incursionó con suceso como entrenador. Apenas minutos después de su testimonio, la yegua Sentimental, que él entrena, ganó por tres cuerpos de ventaja el Gran Premio Montevideo – Presidente Jorge Batlle.
Un total de 19 carreras formó parte de la grilla del lunes, en los que se destacaban los grandes premios. El Gran Premio Maroñas, el clásico de los ligeros; el Gran Premio Montevideo, de yeguas fondistas; el Gran Premio Piñeyrúa, de milleros; y el Gran Premio Ramírez, con los mejores fondistas en 2400 metros. El campeón de la noche fue un caballo uruguayo de sugestivo nombre, que como no podía ser de otra manera acaparó la portada de los titulares del día siguiente. La victoria de Ajuste Fiscal en el Ramírez habilitó rápidamente el comentario político en un contexto económico particular caracterizado por el alto déficit de las cuentas públicas y la transición de gobierno que se vive en el país. “Ajuste Fiscal” a secas tituló El País, “Fiscalazo” el diario El Observador, “Se impuso Ajuste Fiscal” destacó La Diaria.
La competencia y la vidriera al mundo
“A fines del siglo XIX y principios del XX cada país se auto adjudicaba con criterio en los diferentes grupos. En América del Sur había dos grupos 1, el Pellegrini en Argentina y el Ramírez en Uruguay”, explicó Alberto Volonté.
En conversación con La Mañana, el abogado, político y ex embajador, reconocido además en su condición de “burrero”, Volonté indicó que el turf “era propio de los nativos a los que le gustaban los caballos pero la cultura inglesa había dejado el clima de los Jockey Club”. “El ilustre Imperio del Brasil tiene su Jockey Club medio siglo después que Uruguay y Argentina”, añadió.
Montevideo está hoy entre las ciudades del turf a nivel mundial junto con sedes como Buenos Aires, Longchamp (Francia), Hong Kong, Kentucky (EEUU), Berkshire (GB) o Dubai (Emiratos Árabes Unidos), entre otras. Según comenta Volonté, el Ramírez en Maroñas tiene la particularidad de abrir el calendario de carreras de grupo 1 en el mundo.
El Gran Premio José Pedro Ramírez, que se corre desde 1889 cada Día de Reyes, debe su nombre a uno de los fundadores del Jockey Club de Uruguay. Este Club tuvo su emblemática sede social en el edificio de la calle 18 de julio y Andes, una construcción con una superficie de 9.000 m2 que fue inaugurada el 1 de enero de 1932 y consagrado Monumento Histórico Nacional en 1975.
Desde 2002 la empresa Hípica Rioplatense S.A., que surgió de un acuerdo estratégico de trabajo de las compañías Sociedad Latinoamericana de Inversiones (Grupo SLI) y Codere S.A., es la signataria del contrato de concesión con el estado uruguayo. La empresa forma parte hoy del grupo de miembros de la International Federation of Horseracing Authorities (IFHA) que fue creada en el año 1993, a partir de las Conferencias Internacionales que se crearon en 1967 y el antecedente de la coordinación de las autoridades de EEUU, Francia, Gran Bretaña e Irlanda en 1961.
El turf: un igualador social
Para Volonté, el turf “tiene fama de ser el deporte de los reyes, pero en el Río de la Plata es una pasión de pueblo”. “A tal punto que hace muchos años la Asociación Uruguaya de Fútbol con las autoridades del Jockey Club para que no coincidiera con el clásico entre Nacional y Peñarol”, agregó. La comparación con el fútbol es recurrente en el ámbito de las carreras de caballos en cuanto a la pasión que se genera, a las características del profesionalismo y a las oportunidades de negocios que se generan. Pero muchos marcan una diferencia sustancial en cuanto a la violencia en las tribunas. “Acá en este hipódromo en 150 años nunca se conoció una pelea, a diferencia del fútbol. El turf es un aglutinador de amigos. Es una escuela de amistad. Y te enseña a perder”, comentó Volonté.
Un elemento ciertamente importante tiene que ver con el trabajo que genera directa e indirectamente el turf en nuestro país. Durante la jornada del Ramírez sobre todo, pero cada fin de semana de carreras, en Maroñas y Las Piedras se mueve una significativa actividad comercial y de servicios. No obstante, miles de familias se dedican a diario a las tareas que hacen a este deporte y fenómeno cultural. “Acá viven muchas familias y la gente ni comprende. Piensan que esto es timba. No, es una fuente de trabajo muy importante. Más de 50.000 personas dependen de esto”, señaló Walter Báez.
Con la quiebra del Jockey Club en diciembre de 1997, el Hipódromo de Maroñas permaneció cerrado durante cinco años. Las carreras se reiniciaron en el año 2003. “Esto estaba muy caído y lo levantó Jorge Batlle junto a Nicolás Storace. Yo era presidente de los entrenadores de los Jockey y luchamos para que esto no cerrara. Ahora estamos viendo una cosa importante y el Frente Amplio ayudó mucho”, dijo Báez. En tanto, el country manager de Codere S.A., Gabriel Gurméndez, consideró que “el Ramírez es la celebración del trabajo de miles de uruguayos” y se congratuló por la presencia del presidente electo Luis Lacalle Pou y el apoyo que esto supone para todo el sector y la actividad.
La pasión por los caballos
José Luis Carrasco es un domador de caballos, criado y formado en el trabajo de campo, radicado en Treinta y Tres. Domador desde niño, aprendió el oficio junto a su padre y al “grillo” Olascuaga. Durante muchos años se dedicó a domar caballos de carrera e incluso se le ofreció mudarse a EEUU a ocuparse de los “broncos” en aquel país. “Al caballo de carrera no hay que enseñarle a doblar, como en el campo, sino a aceptar al jinete”, dijo Carrasco consultado por La Mañana. Cuando los potrillos cumplen dos años pasan al domador y al cabo de unos meses al compositor (trainer). Carrasco comentó que se empieza a trabajar desde la boca del animal con el “filete”, un conjunto de tiras, de cuero o sintéticas. “El 80% de los jockey son brasileños y se llaman fileteros. Ahora los uruguayos tomaron esa técnica, pero antes no era así”, explicó Carrasco.
Cuanto más cerca de la carrera, más exigentes son los entrenamientos y –sostiene- el caballo nota más los movimientos a su alrededor. “El caballo manso es mejor. El nervioso sufre estrés y baja la performance de carrera. Se nota en el sudor, está más inquieto y deja la comida”, dijo Carrasco.
Preguntado sobre las organizaciones que denuncian maltrato animal, el domador contestó que en las carreras los caballos cuentan con cuidados muy por encima de lo normal. “Pienso que el caballo de deporte es el más cuidado. El que trabaja en una estancia arranca a las 6 de la mañana y es mucho más sacrificado, mientras que el que está en el hipódromo duerme mejor que muchas familias incluso, con aire acondicionado”, comentó.
“Si uno no tiene una pasión, una conexión con el animal no se puede dedicar a esto. Uno ya sabe el carácter del caballo desde que le pone el bozal”, agregó el domador. A diferentes niveles, mucho de lo que se hace en torno a la cría y el cuidado de los caballos en Uruguay tiene más de dedicación que de negocio. En este sentido, Carrasco señala que los criadores de pura sangre en nuestro país están “cada vez más en baja” y que por otra parte los peones que trabajan con los animales ganan muy poco por lo que la vocación es indispensable para seguir adelante.
No obstante, el día del Ramírez es distinto. Es la oportunidad que tienen estos trabajadores de ganar un dinero extra pero además es la instancia en la que se lucen y pueden mostrar a la mayor parte de la población lo que hacen. Para el propio Carrasco es una jornada única. “Venir a ver un Ramírez es como venir a ver Uruguay-Argentina en el Centenario”, comparó. “Es la fiesta del año, en la que yo quiero estar. Cuando empecé a trabajar en el último campo que estoy avisé que los 6 de enero no trabajo y he venido de todas las formas hasta Montevideo”, subrayó Carrasco.
Ramírez aceptó un Ajuste Fiscal
Por Sherlock
El último Gran Premio ‘José Pedro Ramírez’ será por varios motivos, difícil de olvidar. Ganó “Ajuste Fiscal” y se retiró de la actividad como jockey, el coloniense Pablo Falero. Fue el tercero de tres distintas actividades que, en los últimos quince días, dejó ese raro sabor de ausencia al espectador. Primero Diego Forlán y luego María Noel Ricceto. Futbol, Ballet y Turf, perdió a importantes referentes.
El stud La Pomme tiene su origen en Argentina. Su propietario Samuel Libermann fue quien contribuyó a comienzos de la década de 2000 a la recuperación y reinauguración del Hipódromo Nacional de Maroñas. Hoy vive en Panamá junto a su familia y su participación como accionista la vendió a la multinacional española Codere. Sin embargo, desde hace varios años ha traído a nuestro país un número destacado de yeguas madres, que sirve con padrillos de otros haras y sus hijos corren en Maroñas y Las Piedras. Uno de ellos ha sido, precisamente, “Ajuste Fiscal”.
Como toda historia tiene su comienzo. El 6 de agosto de 2016, la yegua ‘Braid’ parió en el Haras ‘La Concordia’ al hijo de ‘Ioia Bigtime’. Era en esos días, que, en conferencia de prensa, el Ministro de Economía, Danilo Astori se refería a una ‘consolidación fiscal’ para justificar el aumento de las tarifas públicas. El hecho, justificó, que al recién nacido se le llamara “Ajuste Fiscal”, un nombre con el cual no simpatiza ningún político, pero algo real y reiterativo que se vive en los distintos períodos de Gobierno. Favorito para quienes asisten a las mañanas de ensayo y los apostadores, “Ajuste Fiscal”, ganó la edición 122 del Gran Premio ‘José Pedro Ramírez’, la carrera más importante del turf uruguayo.
La historia de Ramírez
José Pedro Florencio Ramírez Álvarez y Obes, nació el 7 de noviembre de 1836 y falleció a los 76 años el 13 de julio de 1913. Fue abogado, político, periodista y profesor. Nieto de una saladerista en el antiguo Montevideo, nacido en una familia de cinco hermanos, donde dos de ellos, Gonzalo y Carlos María Ramírez, también tuvieron destacada actividad política en el Uruguay de aquella época. José Pedro Ramírez fue miembro fundador del Ateneo de Montevideo donde dictó clases de Derecho Constitucional, y entre 1882 y 1884 fue Rector de la Universidad de la República. Como negociador, intervino en representación del Gobierno para logar un acuerdo con los revolucionarios de Aparicio Saravia. Como periodista escribió en El Siglo, diario que contó con la primera imprenta a vapor del Uruguay. Fue legislador y ministro de Estado.
Con la fundación del Jockey Club de Montevideo, primero ocupó la vicepresidencia y entre 1903 y 1913 fue su Presidente, año en que falleció mientras ocupaba el cargo. Fue el motivo, porque un año después, el Gran Premio Internacional que se corría desde 1889 llevara, desde entonces, su nombre en homenaje a una de las más importantes figuras en la fundación del Jockey Club de Montevideo y el desarrollo de la hípica en Uruguay.
Volviendo a la figura de José Pedro Ramírez, cuenta la historia, que, en 1872 como diputado por el departamento de Maldonado, protagonizó un escándalo al comprar el voto de Isaac de Tezanos en favor del candidato presidencial que apoyaba a José María Muñoz, lo que determinó que Ramírez renunciara a su banca y quedara muy mal ante la opinión pública. Opuesto al golpe de 1875, fue deportado a Brasil junto a su hermano Octavio, y a su regreso participó en la fracasada Revolución Tricolor. Fue, sin dudas, una figura polémica. Cuando falleció, el Parlamento, luego de una larga discusión, le negó los honores oficiales. Hoy, se le recuerda todos los 6 de enero, porque la carrera más importante del turf uruguayo, lleva su nombre: José Pedro Ramírez.