La Junta Nacional de Drogas y la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal siguen diciendo verdades a medias, distorsionando la verdad. Con trece medidas y un proyecto de ley a presentar, siguen impulsando el consumo y la naturalización del uso recreativo del cannabis, desoyendo todos los informes científicos, incluidos los del Centro Uruguayo de Imagenología Molecular y el Clemente Estable, que establecen claramente el daño que con el tiempo el cannabis puedo ocasionar en el cerebro humano.
Promueven la apertura de nuevos locales y la eliminación del registro de consumidores con la falsedad que eso combatirá el narcotráfico. Ambos olvidan que para el narcotráfico esto es un negocio y que defenderá su participación de cualquier manera.
Una cámara de productores que paga impuesto a la renta, al patrimonio, BPS por sus empleados, al igual que los canales donde se vende o vendería, farmacias, quioscos, etcétera, pretendiendo convencernos de que el aumento de oferta en estos canales destruirá el narcotráfico es de una ingenuidad tal que o nos toman por idiotas o son idiotas.
El narco no paga ni va a pagar nunca ni impuesto a la renta, ni BPS, ni al patrimonio, y producirá donde mejor le convenga a menores costos, siempre en mejores condiciones económicas que un mercado oficial regulado. El problema no es solo la forma en que llega el cannabis al consumidor, el problema es el cannabis, la cocaína, la pasta base, el fentanilo, el problema es la droga y los efectos adictivos y destructivos que tiene en el consumidor.
Dejemos de engañar al público para justificar la ignorancia o, lo que es peor, el interés de un beneficio económico y llamemos a una mesa nacional de todas las partes involucradas en el tema. Plebiscitemos si la ciudadanía quiere un país con droga o sin droga.
Mentir infantilmente diciendo que el turismo cannábico y la venta en más farmacias bajará el narcotráfico es una absurda mentira sin fundamento científico ni comprobado en ningún país del mundo.
Es hora de que los partidos políticos expresen abiertamente su postura frente a estos temas y es hora de que los ciudadanos les exijamos que lo hagan.
Naturalizar el consumo como se ha hecho en estos diez años solo aumenta la tragedia de la adicción y no destruye el narcotráfico. El problema es la droga, el daño que hace a quien la consume, no la forma en que le llega.
Pablo Delfino
Fundación Madres del Cerro
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