Título raro el de hoy, ¿verdad? Es que con el asunto del inicio de las fiestas de Momo, he leído a unas cuantas personas, que muy respetuosamente y en sus estados de Facebook, se expresaban con un para mí extraño “¡Viva el carnaval Uruguayo! ¡El más largo del mundo!”. Como que fuera una cuestión de tamaño.
Y es gente de la coalición gubernamental; de los opositores de izquierda no me llamaría la atención. Esto me lleva a hacerme algunas preguntas y tratar de entender el estertóreo grito graficado en muros.
Algunos justificaban su entusiasmo porque “a papá le gustaba y me llevaba al tablado”. Muy lindo y romántico recuerdo. Pero quizás quienes utilizan este recurso para justificar su alegría en las carnestolendas deberían decir: “¡Viva el carnaval de antaño!”
Aquel carnaval donde compartían las plateas o la tribuna, el blanco, el colorado, el azul, el militar y sus hijos, al decir del inolvidable Dalton Rosas Riolfo.
Hoy no es así y lo saben bien. Hoy, las murgas, como hace ya más de treinta años, suben a ofender y a humillar, no a satirizar, a todos aquellos que no comulgan con la expresión de izquierda.
Si usted es o fue votante de la coalición de gobierno, ¿le gusta ser humillado y ofendido? ¿Para qué paga la entrada, para que insulten su moral e inteligencia? ¿Para qué los ve y escucha?
No me venga con los arreglos vocales y las armonías (vaya y escuche gospel) y tampoco con los atuendos, esos que usted religiosa, directa e indirectamente paga con los aportes que le hace a la Intendencia de Montevideo, que subsidia ayudando a los hijos putativos de Momo. Si es por los carros alegóricos, usted tiene un gran problema visual, consulte a un profesional.
Entonces, ¿por qué el apoyo? ¿Por qué va al Teatro de Verano? ¿Por qué disfruta de que lo traten de corrupto, ladrón o cómplice?
Usted no se ve reflejado en todas esas sandeces, no lo está usted y tampoco cree que lo esté quien usted le dio su voto en las elecciones, salvo que haya cambiado de idea, que sería legítimo, pero no se venda como ser humano progobierno multicolor. Porque en la vida se debe ser, no parecer.
Entonces, por aquí lo del título, “Carnavalfilia o el secreto deseo de ser humillado u ofendido”.
Aquí les doy a los profesionales de la psicología un nuevo trastorno para estudiar. Aunque este problema conductual no esté relacionado con las preferencias y deseos sexuales, parecería tener algo de relación con la coprofilia, que no es una cooperativa, y también con el voyerismo, por aquello del placer de mirar lo que otros disfrutan, aunque no sea lo suyo.
Me queda una interrogante. ¿Carolina desfilará entre los “Ricarditos de la verde bicisenda”?
Versión podcast de la Columna del Teco para aquellos que prefieren oír a leer. Hoy “Carnavalfilia”: https://youtu.be/09Dno-2jn5o
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