Giovanni Tartaglia, reconocido experto en el combate a la corrupción y al crimen organizado transnacional, destacó en entrevista con La Mañana la interconexión entre diversas actividades ilícitas, el papel crucial de la corrupción como facilitadora y la necesidad de una respuesta transnacional coordinada. Además, subrayó la importancia de fortalecer las instituciones, desarrollar marcos normativos sólidos y promover la legalidad en toda la sociedad como pilares fundamentales en la lucha contra este complejo fenómeno global.
Desde hace unos años el crimen organizado ha alcanzado una nueva fase de desarrollo o de sofisticación, por lo que se habla de crimen organizado transnacional. ¿Podría explicar este concepto?
Cuando hablamos de la modernidad del crimen organizado, debemos hacerlo desde diferentes abordajes. Primero, transnacional significa que poderosos grupos criminales trabajan en diferentes países y continentes. Debemos considerar que el crimen transnacional organizado no está solo dedicado a un sector, como puede ser el tráfico internacional de drogas a nivel, sino a muchas actividades ilegales de primera instancia, como la trata de seres humanos, el tráfico de armas, el tráfico de especies protegidas que también está incrementando su amenaza global, sino que al mismo tiempo está involucrado en el lavado de los inmensos activos ilícitos que estos tráficos producen. Esta es la segunda consideración que debemos de hacer. La tercera, que muchas veces no se considera, es que, para practicar esta actividad ilícita a nivel transnacional, está la corrupción, que es un driver, un acelerador de la actividad de los grupos criminales, que permite que la actividad ilícita se realice con mayor seguridad para ellos.
La idea que tengo de los grupos criminales transnacionales es de un triángulo vicioso. En el vértice se encuentran los grupos criminales y abajo, por un lado, está el lavado de activos y, por el otro, la corrupción. Además de los grupos criminales transnacionales que conocemos como violentos, existe un crimen transnacional organizado silencioso, que no es menos peligroso que el violento y que llamamos cárteles líquidos o mafia líquida o criminal networking, porque aplican sus diseños ilícitos en todo el planeta.
América Latina es uno de los continentes más violentos del mundo a causa, principalmente, del narcotráfico. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos que hacen los Estados para atacar este problema, no se ha podido detener su expansión.
La criminalidad organizada transnacional siempre ha existido, solo que en algunos tiempos se manifiesta en una parte del mundo y décadas después en otra. No es un tema de liderazgo ético de un continente sobre otro. Los criminales son exactamente como los flujos migratorios, empiezan en un continente y van a actuar a otro. No es un tema solo latinoamericano, esto se debe aclarar, ya que a veces ese error aísla y se da una falta de respuesta a nivel estratégico. Como los grupos criminales son transnacionales, van migrando y tienen asuntos en otros continentes, la respuesta debe ser transnacional y globalizada, para poder aprovechar las lecciones aprendidas y las buenas prácticas de otros países hermanos, para ganar tiempo y no repetir los errores. Esta es la filosofía que necesitamos asimilar. Debe darse una respuesta holística que tome en consideración máximo las experiencias exitosas que se han desarrollado en otros países. Puedo hacer un ejemplo, en Latinoamérica los carteles colombianos tienen 40 años de historia, y con una década de retraso aparecieron los cárteles mexicanos. Pero hoy existe una amenaza más reciente que es la amenaza de los grupos criminales emergentes como puede ser el Primer Comando de la Capital brasileño, que no es solo brasileño, es de toda la región porque está infiltrado en todos los países a través del sistema penitenciario. Por lo que hablamos de un problema que excede a lo nacional.
¿Qué se puede hacer, entonces, para enfrentar al crimen organizado trasnacional?
La metodología para responder a este tipo de amenaza es única y consiste en cuatro niveles de intervención. El primer nivel consta de la capacitación de policías, fiscales y jueces, porque son nuestro ejército del Estado de derecho para responder a este tipo de amenaza. Capacitación significa especialización y una formación y actualización permanente. Esto es fundamental y debe pensarse con los estándares mundiales, no a nivel nacional. Se debe abrir a la experticia de otros países hermanos, con capacity building [desarrollo de capacidades].
El segundo nivel es un poco más ambicioso. Doy un ejemplo: si yo tengo un juez que está increíblemente preparado y un fiscal que está también increíblemente preparado, pero tengo una oficina de fiscalía y una oficina de corte que no están organizadas para poder enfrentar un proceso de cien personas componentes de un grupo criminal, va a fallar. Si quiero concentrar mi atención solo sobre la capacitación estoy equivocado, porque debo considerar también un segundo nivel, que es de fortalecimiento institucional. Capacity building más institutional building [desarrollo institucional]. La Fiscalía Nacional Antimafia y Antiterrorismo de la República Italiana es un ejemplo mundial de fortalecimiento institucional. Tenemos una sola fiscalía para las investigaciones que tiene sus sucursales en veintiséis fiscalías distritales diferentes, pero es una fiscalía nacional que tiene la coordinación de toda la investigación nacional e internacional. Por eso conoce, tiene un banco de datos único en el mundo, entiende cómo se ha desarrollado la criminalidad organizada. Otro ejemplo es la Fiscalía Española Anticorrupción, que nosotros no tenemos, tenemos en cambio una autoridad nacional para la prevención de la corrupción, pero es una idea interesante. Existen muchos ejemplos a nivel mundial de este fortalecimiento institucional.
En tercer lugar, puedo tener un fiscal perfecto en una fiscalía perfecta, pero falta el marco normativo. Por ejemplo, no existe el delito de asociación criminal trasnacional, no existe el delito de mafia, no existen actividades investigativas especiales permitidas, no existe una ley sobre los arrepentidos o un marco normativo sobre las confiscaciones de bienes. Por lo tanto, el tercer paso es construir un marco normativo que se encuentre en línea con los estándares, a esto lo llamamos law building o fortalecimiento del marco normativo.
Parecen planos de acción técnicos, ¿qué papel juegan otros actores sociales y, más ampliamente, la sociedad civil?
Efectivamente, los tres niveles son técnicos y parece que solo comprenden al sector público sin involucrar a la sociedad civil, al mundo empresarial y económico de un país, sin involucrar a la academia y a la prensa libre. Por esto decimos que el mensaje no tiene posibilidad de ganar, porque su legado está atado a la decisión de un gobierno que es transitorio, por lo tanto, al pasar a un nuevo gobierno se van a cambiar todas las reglas y el cambio de paradigma necesario no se va a alcanzar. Podemos sugerir un cuarto pilar, que es el más importante de todos: consensus building [construcción de consenso], se trata de la diseminación del valor de la legalidad en toda la sociedad, es el humus que va a completar los tres pilares anteriores.
Cuatro pilares y la otra clave de éxito en este tipo de actividades es que no se debe trasplantar un modelo de una organización internacional multilateral a un país. Se deben considerar algunos temas científicos de la metodología de la asistencia técnica internacional, que son, primero, involucrar al país beneficiario en el análisis de las necesidades. El análisis de la necesidad se hace con el país beneficiario o la organización que va a tener este tipo de actividad, de forma que el resultado sea más fiel a la realidad y a la necesidad. Segundo, tenemos que ser flexibles, adaptar los modelos a la situación que vamos a encontrar, construyendo una cultura del combate a la criminalidad organizada exactamente como es hoy.
¿Qué tan válida es la prisión como respuesta? Por una parte, parece estar bajo discusión su centralidad, mientras que para otros es deseable su endurecimiento.
La respuesta no es solo la prisión. La idea de utilizar la prisión como destino final de estos criminales, y que como con cualquier delito deben recibir este tipo de tratamiento, parece a veces más necesario para demostrar que el Estado tiene el control que para contrarrestar la criminalidad organizada efectivamente. Para que la mano dura funcione como filosofía de combate, necesitaríamos de sistemas penitenciarios perfectos. Si el sistema penitenciario no es perfecto, tiene hacinamiento, no hay control de las prisiones y en el interior de la prisión los criminales no están clasificados en circuitos penitenciarios calibrados según las características criminales de cada componente, la prisión se puede volver una herramienta del crimen organizado, porque es un lugar donde se realiza entrenamiento, proselitismo y reclutamiento de los presos, ya que el crimen organizado busca continuamente nuevos recursos humanos. Por ello, pensar en resolver el tema solo con las prisiones no es una respuesta que nos demuestre atención a la experticia global bien entendida que tienen los criminales graves, que son los que jefes de estos grupos criminales. Necesitamos no solamente de la prisión, sino de una prisión especial que corte la comunicación de estos con los otros presos y con el mundo libre.
Al mismo tiempo, el primer infractor no puede llegar a una prisión solo por un crimen de segunda relevancia. Existe la posibilidad de aplicar medidas alternativas a la prisión que permitan disminuir el hacinamiento penitenciario y tener prisiones más gestionables, con los presos peligrosos tratados como peligrosos. Esta es una respuesta que podemos considerar en línea con los principios del Estado de derecho.
Hay un extenso debate en este momento en el mundo, no solamente en la América Latina, sobre los modelos de respuestas a este tipo de amenazas. Para mí, la única respuesta en línea con el panorama mundial es permanecer siempre dentro de los principios del Estado de derecho, como la Convención de Palermo [convención de las Naciones Unidas contra el crimen transnacional organizado] nos dice, de la cual son parte todos los países y es el marco normativo bajo el cual podemos construir un nuevo multilateralismo funcional.
¿Qué planes de cooperación ha llevado o está llevando adelante Italia en América Latina en materia de lucha contra el crimen organizado trasnacional?
Muchísimos. Existen planes bilaterales y también planes europeos que tienen sus especialidades según el target de referencia. Por ejemplo, tenemos un plan que se llama Falcone Borsellino, que es uno de los programas más exitosos que yo conozco a nivel bilateral contra la corrupción en particular, pero es un programa de cooperación y soporte a la actividad judicial a nivel internacional para crear equipos investigativos comunes, intercambios de datos, para crear las bases de memorandos de entendimiento o memorandos técnicos entre fiscales para permitir una nueva forma de respuesta a una nueva forma de amenaza, a la que no se puede hacer frente como tradicionalmente se responde a la criminalidad internacional.
A nivel europeo, tenemos muchos planes. Está la experiencia exitosa de El Paccto [Programa de Asistencia Contra el Crimen Transnacional Organizado], un programa fundamental para combatir el crimen transnacional organizado, que ha profundizado en temas policiales, judiciales y penitenciarios, y se va a hacer otro más transversal en el futuro próximo. Hay un programa contra el tráfico de drogas que se llama Copolad [Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en materia de política de droga]. También existe un programa con enfoque específico sobre las fronteras terrestres, que se llama Eurofront. Tenemos muchísimos ejemplos de estos programas, que son fundamentales.
Recientemente estuvo en Chile, ¿qué nos puede decir sobre su trabajo allí?
En Chile asistí a la reunión de la XXXI Asamblea General de Ministerios Públicos de Iberoamérica. Participó también España y el fiscal nacional Antimafia y Antiterrorismo de la República Italia. Es una reunión de intercambio de perspectivas, pero también bilaterales operativas para hacer cosas, para compartir informaciones, para hacer un mapeo de la criminalidad como está hoy, donde están las nuevas rutas, dónde surgen nuevas amenazas, cuáles son las perspectivas. Esta es para mí la semilla que se necesita para responder a la amenaza de la criminalidad transnacional organizada hoy. Ojalá este tipo de actividades se puedan realizar también en otras partes del mundo. Chapeau a la Aiamp [Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos], como una organización que tiene redes y grupos de trabajos de gran relevancia.
¿Podría darnos su opinión sobre la situación actual de Ecuador?
En Ecuador, uno de los temas más sensibles es el tema penitenciario, porque se ha constatado que el control de las prisiones no ha estado en manos del Estado por muchos años. No es un tema de este gobierno, ni del de antes, sino que viene de décadas atrás, y que ha permitido a los criminales organizados fortalecer su presencia también en el mundo libre, porque cuando uno tiene el control de la prisión, tiene el control de la sociedad. Y esto permite a los grupos criminales legitimarse, porque sí la punición máxima, que es la prisión, no funciona como disuasión para el criminal, hay un problema.
Al mismo tiempo sucede que un primer infractor ingresa en la prisión menos peligroso que cuando sale y esto no se puede permitir. Hay en marcha un programa de emergencia europeo en el país que es muy exitoso para las prisiones y que ha logrado que baje muchísimo la tasa de homicidios en la prisión. En un año y seis meses se ha bajado veinte veces. Pero, por otro lado, hemos registrado un aumento de la violencia ciudadana, en particular en algunas regiones del país.
¿Qué se puede hacer en casos como esos?
Se debe responder, como decía antes, con una acción más holística, con pilares que se mantengan uno con el otro y fortalezcan una estrategia de futuro para el país.
Ya hemos aclarado que existen diferentes modelos de abordaje, se puede tener un modelo de mano dura o se puede tener una vía que mire con atención máxima al Estado de derecho. ¿Qué hacer? Yo soy un convencido de que algunos modelos tienen un gran resultado en el corto plazo pero pueden mostrar fallas en el mediano y largo plazo. Mirando a la experiencia europea, permanecer dentro del marco de los principios del Estado de derecho es una garantía de gran duración para este tipo de respuesta. Hablo a nivel científico y de algunas convenciones. La única respuesta real a la criminalidad está en el Estado de derecho.
¿Cómo se puede golpear efectivamente al crimen organizado?
La confiscación de bienes es el golpe al corazón del crimen organizado. Se debería invertir más en las investigaciones patrimoniales de los narcotraficantes, de los traficantes de seres humanos, porque la disponibilidad patrimonial es la fortaleza de la criminalidad organizada, la fuerza del poder, del territorio, de tener dominio del mercado, de corromper, de hacer corrupción también a alto nivel, como la historia nos demuestra. Y esto se puede cortar con un ataque a la criminalidad organizada a través de las confiscaciones de bienes. Porque cuando tienes un target debes mirar a su corazón. Si va a tener solo prisión y no hay una atención a los bienes de los criminales, solo se está logrando un cambio generacional en el interior del grupo criminal, porque los presos van a estar presos y los nuevos van a tomar su lugar. Los presos siguen en algunos casos mandando desde la prisión, y el problema del crimen organizado no se va a resolver.
A través de medidas patrimoniales como las incautaciones, siendo capaces de identificar los bienes, de tener los testaferros claros, de entender quiénes son los beneficiarios finales y efectivos: bienes, empresas, bancos se puede dar una gran respuesta. De estos bienes, al final, se puede hacer un uso magnífico, que va a ser útil para fortalecer la lucha de la criminalidad organizada y para demostrar a la sociedad civil que el crimen nunca paga.
Para un criminal, un jefe de un grupo organizado, perder su fuerza económica es mucho peor que la prisión. Cuando un ciudadano que puede estar desilusionado con las instituciones de su país por esta amenaza criminal mira, por ejemplo, que la villa, la finca o lo que sea, simbólicamente el poder económico de un jefe criminal, va a ser restituido a la sociedad, esto refuerza la confianza en la institución y relanza el pacto, el respeto a las instituciones. Los ciudadanos confían en una institución que demuestra su capacidad de responder, también golpeando al corazón la criminalidad organizada.
La necesidad de marcos institucionales sólidos y ambiciosos, así como la promoción de un cambio cultural y social exigen políticas de Estado.
Sobre la lucha contra la criminalidad organizada no puede haber un abordaje diferente en la política porque es una defensa de la sociedad que debe vernos unidos. Solo juntos logramos vencer este tipo de amenaza. Lo mismo pasa a nivel internacional. Los países deben colaborar, deben intercambiar datos, deben tener equipos investigativos comunes, deben abordar este tipo de amenaza a través, efectivamente, de una nueva forma de cooperación.
Giovanni Falcone, nuestro mártir de la mafia con Paolo Borcellino, nos ha dejado un legado moral que es hacernos entender que este tipo de grupos criminales no se puede combatir sino a través de una nueva forma de confianza internacional. No se puede responder a una criminalidad organizada con una respuesta desorganizada. Nosotros tenemos que organizarnos antes, a nivel de fiscales internacionales, jueces internacionales, cooperación internacional de la Policía y de un marco normativo compartido. Este tipo de multilateralismo va a ser también un motor de la economía del desarrollo sostenible, de la actividad empresarial, también de la migración legítima y de las aspiraciones de la juventud, porque la criminalidad organizada transnacional es el verdadero robo del futuro de generaciones enteras.
¿Cuál es la situación de Uruguay? La fuga de Morabito de Cárcel Central, ¿le parece una prueba de que la ‘Ndrangheta tiene lazos en Uruguay?
La situación de Uruguay no es diferente de la condición que conocemos en los países fronterizos. Por supuesto la ‘Ndrangheta está presente y conectada con los grupos locales y regionales, de igual forma el lavado de activos es un tema de atención. Morabito estuvo también fugitivo antes de ir a la prisión.
Últimamente, a causa del aumento de homicidios y algunos casos de corrupción que han trascendido en la opinión pública, como el caso del pasaporte del narcotraficante Sebastián Marset, se opina que el crimen organizado trasnacional pudo haber permeado algunas estructuras del Estado. ¿Cree que es posible?
Mi respuesta es científica y está contenida en lo dicho antes sobre la infiltración a través de la corrupción en la administración pública como medio de actividad ordinario de los grupos criminales modernos.
Giovanni Tartaglia y la lucha contra el crimen y la corrupción
Es considerado uno de los más relevantes expertos de combate a la corrupción, al crimen transnacional organizado y al lavado de activos a nivel mundial. Giovanni Tartaglia es magistrado de coordinación y soporte a la actividad judicial a nivel internacional. Se desempeña en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional y es coordinador de actividades internacionales de lucha contra la corrupción. Es miembro de la delegación italiana en los foros multilaterales anticorrupción (G7, G20, OCDE), presidente del G20 Anticorrupción en 2021 y copresidente en 2023, es jefe de la delegación italiana, también es delegado anticorrupción en el Grupo de Trabajo Temático de la OCDE desde 2015 y experto y delegado de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (Cnucc) desde 2016. Responsable de los programas de Justicia y Seguridad y coordinador del componente penitenciario del programa de asistencia técnica internacional El Paccto y deputy director del segundo componente del Programa El Paccto 2.0. Es director de la revista Il Diritto penale della Globalizzazione y autor de numerosos escritos monográficos, ensayos y artículos en revistas jurídicas internacionales. Es miembro del Comité Científico y del Observatorio sobre la seguridad de Eurispes.
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