El vicepresidente de INAU se mostró confiando en que los trece CAIF que están construidos, pero aún no habilitados queden funcionando en los próximos meses. No obstante, en diálogo con La Mañana, el representante de Cabildo Abierto en el organismo señaló: “Todavía no sabemos cuándo nos van a dar ese presupuesto” para poner en marcha los locales.
¿Qué evaluación hace de lo realizado por INAU en 2023 en materia de mejoras para el funcionamiento?
INAU es un organismo muy grande, por lo cual hubo diferentes avances. Por ejemplo, en el área de gestión, si bien los procesos fueron lentos, estoy bastante conforme con lo que se ha avanzado en mejorar temas de gestión interna, aunque nos falta muchísimo. No obstante, hemos dado pasos importantes, sobre todo en incorporación de tecnología a la institución. Desde el 2 de enero se logró implantar un sistema que se llama GRP, que es de gestión gubernamental para manejar la planificación presupuestal, ejecución del presupuesto, área de logística, inventario y los movimientos de mercaderías. Eso nos va a dar toda la trazabilidad, desde el presupuesto hasta la entrega de los insumos y el control de stock en los distintos hogares. Esto no existía. Nosotros nos enterábamos de la ejecución del presupuesto con dos o tres meses de retraso, y ahora vamos a tener todo en tiempo real. Esto es un cambio de modelo de gestión. No solo cambia la forma de gestionar el presupuesto, también las compras y el control de los contratos con los proveedores. Otro cambio importante fue la incorporación de un sistema de gestión documental para poder comenzar a digitalizar la información de la institución. Esto se hace desde hace dos años y de esta manera se evita la pérdida de documentos que están en papel. Estamos también incorporando un control para la asistencia de los niños a los Centros de Atención a la Infancia y a la Familia (CAIF).
¿Cómo se logró implementar el denominado Plan de expansión de primera infancia de los CAIF?
Tuve muchas diferencias con el presidente Pablo Abdala y la directora Natalia Argenzio durante todo este proceso. El plan tal cual se desarrolló, lo llevaron adelante ellos dos. Yo voté en contra del plan que se presentó en el Parlamento, debido a que había CAIF en lugares donde no eran prioritarios o que estaban uno cerca de otro, a pocas cuadras. Luego de que se votó ese plan, no se ejecutó. Se llevó adelante otro similar, pero no siempre poniendo los CAIF en los lugares donde más se necesitaban. Sumado a esto, se hizo un contrato con la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) [para desarrollar los CAIF] que es mucho más caro que el del período anterior. Esto llevó a que las obras también subieron de precio, no solo por las comisiones de la CND, sino también por un aumento de los costos. Estaba previsto que los CAIF costaran setecientos mil dólares cada uno y están costando más de un millón de dólares. Para poner un ejemplo, hubo un CAIF en Aiguá (Maldonado) y cuando se fue a adjudicar a la empresa que ganó, el costo es de un millón de dólares. En ese momento la Intendencia de Maldonado nos llamó y planteó que a ellos les parecía muy caro. Nos propusieron tomar el inmueble que se iba a demoler para hacer el CAIF, remodelarlo y dejarlo a nuevo, con las mismas características. Ahora lo va a hacer la Intendencia de Maldonado y el costo es de 350 mil dólares.
¿Qué consideración le merece el manejo de los CAIF?
El INAU ha gastado mucho en esto. Algunos fueron construidos en lugares necesarios y otros no. La Auditoría Interna de la Nación realizó un informe en el que revela que encontró debilidades muy grandes y críticas en los controles que tiene el INAU en el manejo de los recursos de los CAIF. Ahí creo que tenemos mucho para mejorar y avanzar.
Usted mencionó que hay CAIF a los cuales no van niños, ¿a qué se debe esto?
En muchos CAIF tenemos una muy baja asistencia. Nosotros no tenemos las herramientas para controlar las asistencias. Ese es un informe que lleva cada uno de los CAIF, lo cual no nos da las garantías como para poder realmente controlar. Todavía no hemos desarrollado la herramienta para controlar bien la asistencia. A su vez, tampoco hemos hecho, pero sí se está trabajando con el Mides, en algún mecanismo para fomentar la asistencia.
La directora Natalia Argenzio, del Frente Amplio, ha planteado que hay CAIF construidos, pero no están operativos. ¿A qué se debe esa situación?
Esos son los CAIF que están dentro del plan y se espera que sean inaugurados en estos meses. Ahí hay un tema de presupuesto. En la última Rendición de Cuentas no se dieron los recursos que necesitaba INAU para la apertura de todos los centros que se pusieron en el plan. Como dije, es un plan que yo no voté. Creo que el Ministerio de Economía vio que yo tenía razón cuando planteaba algunas de estas cosas y quiere revisar bien el uso de ese dinero. Mi opinión es que ese presupuesto para la apertura de los CAIF se va a ir dando a medida que se vaya requiriendo. ¿Cuál es la situación actual? Todavía no sabemos cuándo nos van a dar ese presupuesto. Además, falta solucionar otros temas, como la asociación civil que estará a cargo de cada centro y hacer un relevamiento en las zonas sobre los niños que van a concurrir
¿Por qué que a muchos CAIF no van los niños de la zona?
Creo que históricamente se ha trabajado mal en el tema de los CAIF, de los cuales hay más de quinientos. Se parte de que hay una zona donde hay muchos niños con dificultades y problemas socioeconómicos. Entonces se va, se construye un CAIF y los padres muchas veces, por distintos motivos, no quieren mandar a los hijos. Opino que hay que trabajar más sobre la demanda que sobre la oferta. No se trata de construir un CAIF en cualquier lugar, sino ver primero si las familias están dispuestas a enviar a sus hijos. Otro tema, que es una discusión que hemos tenido bastante larga con la oposición, ha sido el modelo. Está perfecto el tener un modelo como el de Finlandia, el cual dice que en cuarenta metros cuadrados tenemos doce niños como máximo. Pero si anotamos doce niños para una sala, que es lo que hacemos, y después empiezan a abandonar y vienen solo tres o cuatro por día, estamos subutilizando ese espacio. Un ejemplo de esto es un caso que conozco. Un funcionario del INAU manda a su hijo a un CAIF y la mayoría de los días es el único en la sala. A la vez, dejamos a otros niños afuera, ya que cuando se fueron a inscribir no pudieron porque el cupo de doce por sala estaba completo. Mi planteo siempre fue permitir anotar más niños por sala y contemplar esa situación, sí se tiene un lugar donde la asistencia es muy buena, construimos una sala nueva. Hicimos un cálculo que permitiendo anotar tres niños más por sala, podríamos ampliar la cobertura en 6.700 niños aproximadamente. Del plan original, que era de una cobertura de diecisiete mil niños, tendríamos gran parte cubierto y con eso ahorramos casi la mitad del presupuesto.
Incremento de adopciones
En materia de adopciones, el INAU había iniciado una campaña. ¿Qué resultado tuvo?
Dentro del INAU hay 558 niños en condición de adoptabilidad, en un universo de siete mil niños que están bajo la protección de la institución. De un promedio de cien adopciones en el período anterior, ahora estamos en unas 150. En referencia a los niños de más de cinco o seis años, siguen siendo muy poca las adopciones. El año pasado fueron unas diez.
Con respecto a los siete mil niños que están en el INAU, ¿están todos en hogares de la institución?
La mitad está en hogares del INAU y la otra mitad en acogimiento familiar. De esos 3.500, la gran mayoría está en familias extensas, o sea con algún familiar y se les realiza un seguimiento por parte del INAU. La otra parte está en los hogares de familias amigas. Esos niños no están con condición de adoptabilidad porque tienen algún familiar o alguna situación que no permite que sean adoptados. En general, los niños de menos de tres años que tienen condición de adoptabilidad, la cual es dictada por un juez, son adoptados enseguida. Hay muchas familias esperando para adoptar. El problema con las adopciones es que,si bien ahora es mucha más rápida la evaluación, hay más familias esperando adoptar que bebes. Si bien la evaluación de los adoptantes se realiza en dieciocho meses, después deben esperar a que haya un niño adecuado para esa familia.
Se debe tener en cuenta que la adopción no es el satisfacer la necesidad de una familia de adoptar, sino la necesidad de un niño ser adoptado. Pero ahora no pasa lo que pasaba antes. Cuando llega un bebé es adoptado enseguida. Antes ese bebé terminaba creciendo en el INAU y se convertía en mayor, perdiendo la posibilidad de ser adoptado.
¿Se ha incrementado la cantidad de niños que atiende el INAU?
Los jueces son los que envían a un niño al INAU, y sí, se ha incrementado la cantidad respecto a años atrás en un quince por ciento aproximadamente. Tampoco son algo lineal los ingresos. Muchos niños llegan y entonces los técnicos trabajan con la familia y, si los técnicos lo entienden, el niño puede volver con la familia y quedar con ellos, o por algún problema reingresar al INAU.
Tras la aprobación de la ley de custodia compartida, ¿han existido algunos cambios en materia de números?
La Unidad de Intervenciones Familiares ha señalado que no han existido cambios desde que entró en vigencia la ley, y se mantienen las mismas situaciones que en años anteriores.
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