El lunes 6 de enero, otra vez la rambla capitalina fue escenario de un conjunto de desmanes y delitos, provocados por algunos de los jóvenes que se habían reunido en la playa de Malvín, para escuchar música y tomar cerveza, en una fiesta que fue convocada a través de las redes sociales.
Bajo el nombre “Michigan Manija” fue publicitada esta fiesta que reunió a más de mil personas en la Rambla O’Higgins y Amazonas, en la playa del barrio Malvín. Vale aclarar que este evento no tiene ningún tipo de relación con el Bar Michigan ni con las fiestas electrónicas organizadas por la empresa Manija Producciones.
Si bien, la mayoría de los adolescentes, de entre 15 y 20 años, disfrutaba en paz, sobre las últimas horas de la tarde, varios jóvenes iniciaron una batalla campal. Entre las piedras y las botellas que volaron se escucharon tres disparos de arma de fuego. Uno de los tiros dio en el hombro izquierdo de un joven de 17 años que fue trasladado al Hospital de Clínicas, donde fue dado de alta horas más tarde. La Armada dio cuenta de otro herido, pero en este caso producido con arma blanca.
Sobre la rambla y Rímac un joven de 18 años fue rapiñado por dos delincuentes que, a punta de pistola, le quitaron varias de sus pertenencias personales. Por ese delito, la Policía pudo detener a un joven de 17 años, con varias anotaciones, y al que se le encontraron los objetos denunciados por la víctima. Fue internado de manera provisoria en un centro del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) imputado por un delito de rapiña, según informó Fiscalía.
Cuando efectivos de la Guardia Republicana arribaron a la zona, para dispersar y controlar los disturbios, fueron recibidos por una lluvia de piedras y botellas. Los incidentes se trasladaron a varios puntos de la rambla, principalmente en torno a la estación Ancap ubicada en la esquina de la calle Amazonas, donde algunos jóvenes provocaron destrozos y mientras otras intentaban saquearlo.
Las fuerzas de seguridad finalmente pudieron dispersar al grupo más revoltoso, mientras que los efectivos de Prefectura Naval dieron protección a las demás personas ajenas a los hechos vandálicos y delictivos que se estaban cometiendo.
Tres situaciones similares en menos de dos meses prendieron las alertas de los encargados de la seguridad pública, de los políticos y de los vecinos.
Sobre este tema se refirió el acalde del municipio E Agustín Lescano en entrevista con Informe Nacional. En primer lugar lamentó los hechos ocurridos en la tarde del lunes 6 en la rambla de Malvín y aseguró “que se pudo haber prevenido la magnitud de los incidentes” con un “buen despliegue policial” indicó. Para Lescano faltó coordinación entre el Ministerio del Interior y la Prefectura Nacional en el momento de actuar.
Respecto a ese tema comunicó que habrá una reunión para crear un protocolo de actuación -entre Policía, Prefectura y la Intendencia- ante la posibilidad de que se presenten este tipo de situaciones.
El alcalde informó que la fiesta no tenía autorización municipal de ningún tipo y mostró su preocupación por “el alto nivel de violencia y daños” registrados. Lescano no cree que “estas fiestas sean auto convocadas” y entiende que los incidentes “no son espontáneos”, que detrás de estos hechos “hay una pequeña organización y distintos intereses de que se instalen determinados rituales”.
Por su parte un ex inspector de la policía, en diálogo con La Mañana, manifestó que existe “un grado de violencia latente” en toda la sociedad y en especial en los jóvenes. Además dijo que el “consumo de alcohol y drogas” agrava la situación.
El policía retirado cree que en este tipo de acontecimientos “hay cosas que son espontáneas y hay cosas que no son espontáneas”. Haciendo un paralelismo con algunas situaciones que se dieron en manifestaciones, en el que “muchas veces se filtran grupos más radicales y violentos, que tienen detrás otro tipo de intereses”, el ex inspector sostiene que en este tipo de incidentes grupales “entre los vándalos siempre hay delincuentes que se aprovechan de esa situación”.
Para el ex policía, “las jurisdicciones son todo un tema”, en la zona limítrofe entre la costa montevideana–Prefectura Nacional- y la ciudad, -Ministerio del Interior-. Hay que “manejar e intercambiar mejor la información” dijo; y entiende que hay que “incrementar la tarea de inteligencia para poder prevenir estas situaciones”.
En Pocitos también existen antecedentes de actos vandálicos y delictivos en el medio de la muchedumbre de acontecimientos convocantes en la vía pública.
Antecedentes similares
También en Malvín, pero en vísperas navideñas de 2018, se registró una batalla campal entre jóvenes que se encontraban en la esquina de Orinoco y Amazonas. En esa ocasión, Lescano responsabilizó a la Intendencia por hacer “caso omiso”, ya que ese evento no contaba con las habilitaciones municipales requeridas.
Al igual de lo que planteó esta semana, en ese entonces señaló que convocaría a” una mesa de trabajo al Ministerio del Interior, a Prefectura y a la Intendencia” para poder establecer qué mecanismos poner en marcha para evitar estos acontecimientos, además de “mecanismos para realizar prevenciones”.
En Pocitos también existen antecedentes de actos vandálicos y delictivos en el medio de la muchedumbre de acontecimientos convocantes en la vía pública. La “Noche de las luces”, organizada por canal 10 y patrocinada por Coca-Cola, generó controversia y preocupación entre vecinos de ese barrio de la capital.
De hecho 700 montevideanos se unieron a una página de Facebook llamada “Movimiento pro eliminación de la noche de las luces” que procuraba suspender definitivamente la organización de este espectáculo -lo que finalmente sucedió-, debido que en las últimas ediciones habían “aumentado los robos, corridas, botellas rotas, mugre, violencia y asaltos a comercios, por lo que la situación se había vuelto incontrolable”, decía el reclamo enviado al Defensor del Vecino.
“Hace unos años fue una fiesta popular agradable, hoy ha pasado a ser un suplicio para vecinos y comerciantes de la zona y un verdadero castigo para los que viven en las inmediaciones” manifestaban en Facebook estos vecinos de Montevideo. Además acusaban a los medios de ocultar o minimizar los hechos delictivos que sucedían, por tratarse de un evento organizado por un canal de televisión.
También durante los festejos por el aniversario del Club Atlético Peñarol se registraron desmanes similares a los ocurridos las últimas semanas en la costa. Si bien desde el club de fútbol, hace años se desligan de esta convocatoria en la rambla de Pocitos, graves incidentes y daños a lo propiedad privada ocurrieron varios años consecutivos cuando la policía se aprestaba a dispersar y reprimir.