El lunes 26 de febrero, en horas de la madrugada, Gonzalo Aguiar (de 46 años) llegó hasta la casa de su expareja, Romina Camejo (de 26 años), de la cual estaba separado. Aguiar ingresó a la vivienda de Maldonado y terminó recibiendo varios disparos de una pistola automática 9 mm. Cuando llegó la Policía, tras el llamado de la mujer que le disparó, constató que Aguiar estaba seriamente herido y una emergencia médica confirmó en el lugar su fallecimiento.
Camejo confesó ante la Policía que ella había efectuado los disparos en defensa propia. Según declararía ante los agentes, Aguiar la había llamado amenazándola, diciendo que iría a buscar la hija de siete meses que tienen en común.
La mujer fue conducida ante la Fiscalía y su abogado, Camilo Silvera, dijo que “ella venía con un trauma importante a nivel psíquico”, por las amenazas que recibía del hombre, y sostuvo que se trató de un caso de legítima defensa. Después se sabría que la cantidad de disparos sobre el empresario habían sido siete y que su expareja era una experta en armas.
Mientras las investigaciones siguen en manos de la Justicia (la mujer quedó con medidas limitativas por 150 días), se conocieron más datos sobre quién era Gonzalo Aguiar.
En Punta del Este, Aguiar era conocido por ser propietario de una de las casas más lujosas de la península, La Maison, la cual había comprado por cuatro millones de dólares en 2022. Llevaba un estilo de vida opulento. Pero tal nivel de vida estaba relacionado con una estafa que realizó a un grupo de inversores canadienses. En 2020 inauguró una empresa de cannabis medicinal: Boreal. Esta se encontraba en Salto y comenzó con cuatrocientos empleados, pero en los últimos meses no llegaban a cuarenta. El 20 de junio de 2023 dio quiebra.
El dinero para montar la que se definía como la planta más moderna de América del Sur en el procesamiento de cannabis Aguiar lo había conseguido de un grupo inversor canadiense, encabezado por John Joseph Pollesel. Este había conocido al uruguayo cuando vivía en Canadá, país del cual retornó en 2019, precisamente para llevar adelante el emprendimiento de cannabis. Para eso, los canadienses le dieron a Aguiar veintisiete millones de dólares.
En 2019, en sus informes a los socios canadienses, Aguiar señalaba que había comprado el lugar para instalar Boreal y que ya se había gastado 1,5 millones de dólares. Después se sabría que en realidad había costado setecientos mil dólares.
En 2020 la empresa estaba en funcionamiento, habiendo ya gastado casi catorce millones de dólares. Aguiar solicitó a los canadienses 7,5 millones de dólares más. Dijo que planeaba abrir una zona franca en Bella Unión dedicada al cultivo de marihuana. El dinero le fue girado.
Pero el año pasado, los socios de Canadá decidieron denunciar a Gonzalo Aguiar por fraude. De los veintisiete millones de dólares invertidos, aseguran que quince terminaron en las cuentas del uruguayo, el cual lo derrocharía en autos de lujos y propiedades. Y acá surge otro dato que sorprendió: la demanda también implicaba a su verdadera esposa, Roxana Donan, la cual sigue viviendo en Canadá. Aguiar se había casado en una ceremonia falsa con quien a la postre le quitó la vida, Romina Camejo. Para la ocasión realizó una fiesta que costó 150 mil dólares, pero el casamiento nunca se inscribió en el Registro Civil. No lo podía hacer porque ya estaba casado.
Sigue la estafa
En 2022 Aguiar continuaba con su estafa a los inversores canadienses. Les presentaba documentación falsa, como estados contables de los bancos que mostraban que la empresa tenía noventa millones de dólares en depósitos, o recibos de ventas ficticias, cada uno por valores que iban de los dos millones a los tres millones de euros. La realidad era que las ventas apenas superaban los 7.500 dólares y no podía exportar, porque al dejar de pagar los aportes de sus empleados al BPS no tenía el certificado de libre de deuda.
Mientras, Aguiar compraba autos de lujo (tenía un Ferrari 458 Spider y un Lamborghini) y hacía inversiones, como un campo que adquirió para dedicarse a la plantación de cannabis e integrarse al grupo de empresas que venden marihuana a través del Estado. También compró terrenos en José Ignacio y varias otras propiedades.
Los problemas comenzaron a surgir cuando los socios canadienses le reclamaron que les enviara su parte de las ganancias. El dinero nunca llegaba. Las excusas eran varias, pero una de las mayores la realizó cuando una persona cercana a él se hizo pasar por el presidente del Banco República, Salvador Ferrer. Mediante mensajes de Whatsapp, el supuesto presidente del BROU les indicaba a los socios canadienses que no se podía enviar el dinero, ya que debía pasar por el sistema financiero de Estados Unidos y al ser dinero producto de la venta de cannabis no se podía remitir. Para ratificar esto, también Aguiar arregló una conferencia por Zoom, en la que un supuesto integrante de la Secretaría Nacional para la Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo ratificaba por qué los canadienses no recibían sus ganancias.
También el supuesto presidente del BROU se comunicó con el gerente del Toronto-Dominion Bank, para asegurarle que una transferencia de 39 millones de dólares iba en camino y tenía como destino a los inversores de Boreal.
La solución planteada entonces era triangularlo con otra empresa que se debía crear, pero para esto Aguiar les pedía más dinero a sus socios y comenzaron las sospechas.
En la denuncia presentada por los inversores canadienses, se indica que quien suplantó la identidad del presidente del BROU fue uno de los abogados de Aguiar, quien también ocupó el papel de funcionario judicial que lo casó con Romina Camejo.
Tras su muerte, ahora se sustancian dos casos. Por un lado, se intenta discernir qué ocurrió realmente cuando recibió los disparos de su expareja. Por otro lado, está la investigación de la Fiscalía de Delitos Económicos, que tiene a su cargo la denuncia por estafa. Otro dato que se conoció en los últimos días es que la esposa de Aguiar había reclamado que se le entregara el Lamborghini de su fallecido esposo. Pero el vehículo (que vale trecientos mil dólares) está retenido por la Policía. Tiene matrícula canadiense, pero nunca se hicieron los trámites de importación. Aguiar se lo trajo a Uruguay cuando se vino de Canadá. Es posible que el dinero para comprarlo fuera parte de la pequeña fortuna que los canadienses le habían dado.
“Agresivo y violento”
El periodista Eduardo Preve reveló en su programa de M24 que Aguiar había contactado, entre otros, al diputado de Cabildo Abierto Sebastián Cal. Este explicó que lo conoció, como se le acercan otras tantas personas, pero se alejó de él, ya que tenía actitudes que no le parecieron correctas. El legislador recordó que en una ocasión Aguiar le solicitó una reunión, a la cual se negó, y admitió que había recibido por parte del empresario un audio el cual era “agresivo y violento”. Cal puso en conocimiento de altas autoridades del gobierno esa situación y también que Aguiar señalaba que tenía amistad con el actual ministro del Interior, Nicolás Martinelli.
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