El historiador Jorge Muniz resaltó el aspecto histórico de un evento que permanece vigente en un mundo cada vez más tecnificado y complejo.
Del 2 al 10 de marzo se realizó la trigésimo séptima Fiesta de la Patria Gaucha, un evento nacido en 1987 con el retorno de la democracia y que tiene lugar en la Laguna de las Lavanderas, en Tacuarembó. Se caracteriza por la ambientación de época que traslada al visitante doscientos años atrás, mostrando costumbres y tradiciones que establecieron una forma de vida, junto con la presencia de miles de caballos que conforman el mayor desfile ecuestre del país.
Para profundizar en la importancia de la fiesta, La Mañana conversó con Jorge Muniz Cuello, un retirado policial y auxiliar de enfermería de 63 años, cuya principal característica es su pasión por la investigación histórica regional. Autodidacta de la ciudad de Vergara, Treinta y Tres, cuenta con ocho libros editados, todos referentes a aspectos históricos de la zona.
Muniz dijo que durante la realización de la Patria Gaucha se vive “una cultura que para muchos está perimida, porque allí se ven carretas, gauchos ataviados como en otros tiempos”, todo lo cual “existió en Uruguay”, aunque “los libros hoy no lo enseñan”. Sin embargo, “allí se realiza una obra didáctica que no es ver una ficción, sino algo que existió en Uruguay y que es nuestra verdadera raíz”.
En esa raíz, “el gaucho juega un rol protagónico, pero no podemos hablar de gaucho como hombre blanco, porque en ese mundo debemos introducir también a los indios guaraníes y a los negros, que eran de piel oscura y era como se los denominaba en esa época”.
Una forma de esparcir cultura
Consultado sobre el papel que cumple la Fiesta de la Patria Gaucha y si el evento como tal es capaz de transmitir a los visitantes, en general, y a los jóvenes, en particular, el espíritu verdadero de la época que se busca representar, el historiador dijo que no es fácil responder porque por un lado se ve “una juventud que está para la tecnología” y esa misma tecnología ha derribado distancias y pone al alcance de su mano mucha información sobre las cosas que están pasando en el mundo. Tanta información tan accesible, de lugares tan lejanos hace que “las cabecitas estén muy ocupadas en otras cosas”.
De todas formas, Muniz señaló que cuando visita la Patria Gaucha ha observado que esos mismos jóvenes “se arriman a los fogones a preguntar sobre cosas del mundo de los gauchos, y eso hay que verlo con muy buenos ojos”, sobre todo porque “vi mucha gente joven, y esa es una forma de esparcir cultura y nuestra historia nacional”.
Por otra parte, dijo que corresponde a la Patria Gaucha reflejar el pasado lo más fielmente posible respecto a lo que fue. “Eso se cumple en los fogones”, aseguró, porque quienes participan están ataviados debidamente y asumen esa impronta. “Lo que no veo es que se cumpla con eso encima del escenario; no veo que los artistas sean el reflejo de lo que sí se ve en los fogones, pero esto no es una crítica destructiva”, aclaró.
“Yo quisiera que allí se bailaran mazurca, milongas, cielitos, media caña, pericones, todo ese mundo que en un tiempo fue y que se sabe que lo bailaban nuestros antecesores, en los tiempos de [Fructuoso] Rivera, de [Juan Antonio] Lavalleja, de [Manuel] Oribe; se bailaban en tiempo de la Guerra Grande [1839-1851], porque no era cosa de pelear solamente, había bailes también”, describió.
Son bailes que hacen a nuestra identidad, y aunque “no eran cien por ciento orientales, fueron adaptadas a nuestro territorio. Por ejemplo, la mazurca vino de Polonia”; y como hecho curioso señaló que le consta que en Inglaterra hay personas que por internet han estado mirando el baile de los lanceros, otra danza típica que “en Uruguay hace tiempo no se ve”.
“Todo esto que menciono es porque hay abundante cultura en el campo y es lindo que en esa semana que se realiza la Patria Gaucha se pueda ver todo eso”, planteó Muniz, “pero también comprendo que nos tengamos que adaptar a los jóvenes” que viven un mundo diferente y cambiante, de forma tal se les pueda transmitir “la historia que se vive como los cimientos del presente y el trampolín del futuro”.
“Hemos perdido el amor a la tierra”
En otro orden de coas, Muniz señaló que “la gente se ha ido del campo porque hemos ido perdiendo el amor a la tierra”, y la respuesta de muchas personas es “arrendarla para plantar árboles”. Eso tiene sentido si pensamos que el que tiene campo “en lugar de andar preocupándose por vacunar las vacas contra la aftosa o que no coman mío-mío, arrienda a una papelera y sabe que todos los meses cobra por eso” con el menor esfuerzo. Otro factor que empuja a las personas a la ciudad es el retraso en el acceso a la tecnología, porque “a muchos lugares no ha llegado internet”, y hoy la tecnología es sumamente necesaria.
“En ese mundo, la Patria Gaucha es una recreación de un tiempo. No se trata de volver a vivir como entonces, sino de conocerlo”, resumió Muniz.
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