Es de los eventos que vistos en retrospectiva marcan historia, pero hacia el futuro indican un rumbo, porque muestran hacia dónde va el mundo de la producción agropecuaria.
A pocas horas de comenzar la Expoactiva Nacional, un fuerte temporal y el anuncio de lluvias durante toda la semana obligó a postergarla, pasando a realizarse del martes 19 al sábado 23 de marzo, manteniendo toda la programación con algunas excepciones como el remate de Lote 21 o cambios en la grilla artística debido a compromisos asumidos con anterioridad. Es el caso de Chacho Ramos, cuyo espectáculo fue cancelado y en su lugar estará Lucas Sugo, artista de diferente estilo, pero igual profesionalismo. En lo que tiene que ver con la esencia de la muestra, esta sí se mantiene conservando todo su esplendor y brillo.
El vicepresidente de la Asociación Rural de Soriano (ARS), Jorge Andrés Rodríguez, aseguró que a pesar de la adversidad que atraviesan, la exposición “va a salir mejor y más linda”, y en un reciente comunicado sus organizadores afirmaron que “la Expoactiva, sigue activa”.
La confianza tanto del ingeniero agrónomo Rodríguez como de los organizadores seguramente se sostiene por el espíritu pujante tan natural en nuestros productores agropecuarios, así como por la experiencia generada a lo largo de casi treinta ediciones.
El inicio de algo grande
La historia de la Expoactiva, desde aquella primera realizada en abril de 1992 para celebrar los cien años de la ARS y que llamaron Expo Dinámica, hasta el presente es un recorrido a través de diversos desafíos y adversidades, pero sobre todo es un largo camino de logros y objetivos alcanzados para, cada vez, volver a mirar más lejos y asumir nuevos retos. No es casualidad que constituya hoy una referencia nacional y regional para todo quien quiera estar al día con los desarrollos de la tecnología.
Las crónicas periodísticas de 1992 recuerdan que esa primera edición se realizó en el establecimiento Santa Amelia, próximo a la ciudad de Mercedes. Aún se sufrían los coletazos de la sequía de 1989, que entre otros estragos productivos y financieros llevó al cierre de algunas empresas agrícolas. De todas formas, la exposición logró reunir algunos equipos de riego, ochenta tractores y maquinarias en una cantidad tal que para el momento significó el comienzo de algo grande. Se realizaron demostraciones y se logró concretar un evento totalmente innovador que desde entonces no dejó de evolucionar y superarse.
Desde 1992 a 1999 hubo ocho Expoactivas consecutivas, lo que sirvió para asentar las bases de lo que conocemos hoy.
Cuatro años sin Expoactiva
Pero la década siguiente con el cambio de siglo y milenio tuvo un comienzo especialmente desafiante debido al contexto nacional, generado por la introducción de la aftosa en el país y la posterior crisis económica que apagó varios motores de la economía, obligando a un paréntesis de cuatro años, de 2000 a 2003, tiempo en el cual el campo siguió produciendo, trabajando y preparándose para el futuro.
La Expoactiva regresó en 2004 sin interrupciones hasta 2020. Ese año se debió suspender pocos días antes de su realización por la emergencia sanitaria causada por la pandemia. También entonces el campo continuó andando.
Desafiando el temporal
En las últimas horas, con el viento que causó destrozos en las instalaciones ya prontas para la exposición, muchos habrán recordado que las voladuras y roturas sufridas en la noche del viernes al sábado no fueron las primeras que organizadores y participantes de la Expoactiva debieron soportar. Ya se conocieron adversidades similares y en un contexto de mayor urgencia. Fue en 1998 cuando a muy pocas horas del inicio de la séptima edición que tuvo lugar en la estancia presidencial de Anchorena, en Colonia, un fuerte temporal arrasó con todas las instalaciones causando pérdidas millonarias. No es difícil imaginar el golpe bajo en lo anímico ante lo inesperado de la situación.
En ese momento se evaluó la posibilidad de suspender, pero fue una opción que rápidamente se descartó, apenas si se postergó veinticuatro horas, tiempo que increíblemente resultó suficiente para efectuar las reparaciones necesarias, sobreponerse al revés y desarrollar la programación con el éxito esperado.
Pasando raya, el resultado es que desde aquella primera exposición hasta el presente mucho se avanzó. En 2020, cuando el ingeniero Rodríguez presidía al ARS dijo que la Expoactiva era “la única exposición en el mundo que es organizada por productores”. Quizá ahí esté la razón del empuje, la explicación del éxito permanente contra toda adversidad sanitaria, financiera, económica o meteorológica.
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